viernes, 23 de noviembre de 2007

Institucionalidad y desarrollo

Javier Paz García
¿Por qué los emigrantes generan más divisas en sus países de destino que en sus países de origen? ¿Por qué un emigrante boliviano no puede generar en su país las ganancias que logra en España? ¿Es que acaso era flojo en Bolivia y de repente le nació una valentía inusitada y un amor al trabajo al arribar a España? Dudo que este sea el caso, el emigrante, es tan trabajador en su país de origen como en su país de residencia, y sin embargo por alguna razón gana mucho más en su país de residencia.
Es por tanto menester estudiar este fenómeno para entender las condiciones que impiden países subdesarrollados generar suficientes trabajos con adecuada remuneración.
Este ejercicio requiere un análisis comparativo entre los países que generan migración (Latinoamérica, África, Turquía, etc.) y los que captan la migración (básicamente Unidos y Europa occidental).
¿Qué tienen Estados Unidos y Europa para ser tan atractivos a los emigrantes? La respuesta es libertad, democracia, respeto a las leyes e institucionalidad, es decir, tienen un sistema liberal. Estos son los países que menos restringen el libre mercado y dan mayor libertad al individuo. Son países democráticos, donde se cumplen los derechos civiles mejor mucho más de lo que se cumplen en los países generadores de emigrantes. Son estables; España, por ejemplo, es una monarquía parlamentaria desde 1978, Francia es una república desde la II guerra mundial y Estados Unidos desde su independencia en 1776 nunca ha tenido un golpe de estado y mantiene básicamente la misma constitución desde 1787. Son países donde se cumple la ley: en Estados Unidos, si uno no paga la renta, el dueño puede expulsar al inquilino en cuestión de días, sin la necesidad de un engorroso juicio que puede durar años y dinerales como sucede en Bolivia. Son países con instituciones sólidas, con baja corrupción, con reglas de juego claras y estables. Estas son las condiciones que hacen que estos países crezcan y atraigan emigrantes de otras latitudes.
Por otro lado ¿qué características tienen los países que generan la migración? Inestabilidad política, corrupción, amor loco por el estatismo, leyes y reglas de juego que varían de forma caprichosa, irrespeto a los derechos civiles, restricciones al individuo, a la prensa y al mercado.
Ante esta comprobación, lo prudente ¡lo lógico! sería que imiten a aquellos países exitosos. Los tigres asiáticos han seguido ese camino y están experimentando un crecimiento asombroso e incluso la misma China se mueve en dirección al libre mercado con excelentes resultados. ¿Y sin embargo qué hace Latinoamérica?... Se empecina en sus defectos, toma la dirección diametralmente opuesta y revive sistemas que no pasan ni el dictamen de la historia ni del sentido común. Mira hacia una Cuba en la que no quiere vivir nadie, ni siquiera los mismos cubanos, vuelve al estatismo que logró que los ochentas sea denominada “la década perdida” y no se escapa de ese caudillismo y populismo idiota cuyo final predecible es la repetición de la historia, de una historia que no vale la pena repetir.
Santa Cruz de la Sierra, 23/11/07
El Deber, 11/12/07

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