jueves, 31 de octubre de 2019

La violencia ante un cambio de paradigma

Javier Paz García
En mi anterior artículo mencionaba que Evo Morales había provocado una suerte de embrujo en todo el país. Fue tanta la esperanza que generó, que buena parte de la población estaba dispuesta a creerle todo. Así, si el MAS mataba en la Calancha, era culpa de la derecha, si mataba en Cochabamba y quemaba la prefectura, era culpa de Manfred, si mataba en Pando era culpa de Leopoldo, si mataba en El Alto y quemaba la alcaldía, era culpa de Doria Medina y los incendios en Mairana hace dos días son culpa de Luis Fernando Camacho. Si creemos a Morales, opositores de diferentes regiones, de diferentes agrupaciones políticas y en diferentes momentos históricos al parecer tienen una predilección común por matarse entre ellos y quemar edificios; más razonable es suponer que el elemento común en todos estos casos, el MAS, fue el causante de la violencia, las muertes y los incendios. 
El gobierno reprimió, incluso mató, y logró quedar de víctima, perseguir gente y ganar popularidad. Y esa es una característica fundamental de su estrategia: usar la violencia y luego, de alguna manera hacer creer a la población que los violentos eran los otros, los opositores, los neoliberales, la derecha, los vendepatrias. Y para mérito del MAS, su estrategia les funcionó… hasta ahora. Y el paradigma bajo el cual esta estrategia funcionó fue la de un Evo Morales que era considerado un semi-dios, una persona honesta hasta el límite de la honestidad, desprendida hasta el límite del desprendimiento, desprovista de interés propio y solo con el interés común en mente. Entonces, si esta especie de santo decía que tal o cual era el malo, el violento, el racista, el lacayo del imperio, la gente le creía. El problema para el MAS es que la burla a la voluntad popular expresada el 21F y el fraude electoral han desnudado la farsa que es Juan Evo Morales Ayma. Lo han mostrado como un impostor, un mentiroso, un ambicioso que quiere amarrarse al poder a como dé lugar. Cómo ejemplo pongo el cerco a las ciudades. Al inicio de su gestión Evo Morales no solo amenazó con cercar ciudades, sino que las cercó: cercó Cochabamba el 2007 y quemó la prefectura y cercó Santa Cruz el 2008 y su popularidad subió. Hace unos días solo amenazó con hacerlo y ha recibido una condena sin precedente. Lo que hizo el 2007 y el 2008 fue mucho más grave que la simple amenaza actual. Sin embargo, antes ganó popularidad, hoy ganó repudio. 
Hoy el MAS juega a lo mismo: a generar miedo, a amenazar con cercar ciudades, a generar enfrentamientos y muertes y luego culpar a la oposición. Sin embargo hay una diferencia fundamental: ya nadie les cree. Hoy quien no está con el MAS sabe que son una sarta de maleantes, mentirosos y ladrones y quien está con el MAS también sabe que son una sarta de maleantes, mentirosos y ladrones. Y ante el cambio de paradigma, la segunda parte de su estrategia no funciona. Luego de generar la violencia no pueden convencer a la población que ellos son las víctimas y a la afrenta de la violencia se le suma la afrenta de la mentira. Entonces ante cada acto violento, ante cada amenaza que realizan, pierden popularidad y generan el repudio de la población. Y cuando salen con la mentira, con la historia descabellada de que ellos son unos santos que fueron atacados por hordas violentas de la oposición, la gente se molesta aun más. 
Para el MAS esto es un problema serio porque les arrebata las únicas armas que saben usar: la violencia y la mentira. Creo que el cambio de paradigma es irreversible y que la popularidad de Evo Morales caerá en picada y ante cada acto violento, ante cada amenaza que él y su partido hagan caerá aun más. Hay un riesgo: una vez descubierta la farsa que es Evo, el MAS puede renunciar a todo intento de pretender respetar la democracia, el Estado de Derecho y las libertades civiles y radicalizar la violencia. Creo que la estrategia para la resistencia democrática debe seguir siendo la protesta no violenta evitando la confrontación, la adhesión de sectores sociales a las protestas y la masificación de la gente en las calles de todo el país. Falta poco. ¡Nadie se cansa! ¡Nadie se rinde!
Santa Cruz de la Sierra, 31/10/19
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Se acabó el embrujo

Javier Paz García
La ascensión de Evo Morales al poder generó una especie de hechizo, de embrujo en la población boliviana y el mundo entero. La historia del indio pobre, relegado, discriminado que llegaba a ser presidente de su país era demasiado linda e inspiradora, al estilo de las telenovelas mejicanas. Bolivia no era la Sudáfrica del apartheid, tenía una constitución que reconocía a todos como bolivianos y les otorgaba los mismos derechos, una constitución que no discriminaba a nadie, a diferencia de la constitución que actualmente tenemos que sí discrimina en base a clasificaciones étnicas y raciales (pero este es otro tema). Bolivia estaba lejos de ser como Sudáfrica durante el apartheid, pero existía y sigue existiendo la discriminación y el racismo y Evo pudo haber sido una figura similar a la de Nelson Mandela, quien, a través del perdón y la tolerancia, pacificó a su país. En cambio, Morales eligió la ruta de la impostura, el latrocinio y violencia. 
Evo nunca estuvo a la altura de su envestidura y desde el principio de su gestión dio muestras de actos reñidos con la cultura de la paz que en sus discursos pregonaba. Para muestra cito los siguientes artículos publicados por mí el 2006 en su primer año de gobierno: Paralelismos funestos (El Deber, 04/10/06), Poder total: económico, político y cultural (El Deber 16/10/2006) y El tirano y el pueblo (El Deber, 04/12/2006). Estos artículos muestras que desde sus inicios había fuertes indicios de las intenciones tiránicas y totalitarias del Movimiento al Socialismo. Sin embargo, no importaba lo que hacía el MAS, su popularidad aumentaba. Casos como la Calancha, el cerco a Santa Cruz, el cerco a Cochabamba con la quema de la prefectura, la masacre de El Porvenir muestran el modus operandi del MAS: generar violencia y luego utilizar un abrumador y efectivo aparato propagandístico para aparecer como víctimas y dejar a los opositores como los violentos, como los vendepatria, los racistas, etc.
Su estrategia les funcionó, porque como en el príncipe hechizado en el cuento de la sirenita, gran parte del pueblo creyó ciegamente en Evo Morales, creyó que era “la reserva moral de la humanidad” como él mismo se hizo llamar y entonces sucedía algo que cuesta explicar: cada vez que el MAS utilizaba la violencia, su popularidad subía. Y cuando el MAS cometía alguna fechoría que no podía endilgar a la oposición, como el escandaloso robo del fondo indígena, quienes estaban bajo este embrujo exculpaban a Evo diciendo que “deben ser sus ministros” o que “no le informan bien al pobrecito” o cosas por el estilo. 
Evo siempre fue un mentiroso: mintió el 2009 que iría solo a una reelección, y volvió a mentir para la 3ra. reelección y 4ta. reelección y mintió sobre muchas cosas más, se pasó su constitución por el trasero, ha sido un impostor con su discurso de la cultura de la paz y el indigenismo que nunca practicó y su gobierno ha robado como ningún otro gobierno y ha despilfarrado el dinero de los bolivianos y aun así su popularidad era altísima. Pero cuando mintió que tuvo en sus brazos a un hijo que no existió y luego mintió que respetaría los resultados del 21F la gente empezó a salir de su hechizo, empezó a ver a Evo Morales como la persona que siempre fue: un mentiroso e impostor.
Hoy, con el escandaloso fraude electoral, hay un cambio de paradigma fundamental: ya nadie les cree. Bolivia ha salido de un largo hechizo. Se acabó el embrujo.
Santa Cruz de la Sierra, 31/10/19
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miércoles, 30 de octubre de 2019

¡Sí tenemos miedo carajo!

Javier Paz García
El heroísmo les es ajeno a los dioses greco romanos, porque el héroe es alguien que arriesga su vida o su integridad física por una causa justa. Los dioses, siendo inmortales y por ende incapaces de perder sus vidas, no conocen el heroísmo. Roberto Gómez Bolaños, el creador del Chavo del ocho y del Chapulín Colorado, argumenta que el personaje del Chapulín es mucho más heroico que los superhéroes de comics como Superman. Mientras Superman es un superhombre con superpoderes y con cierta invencibilidad, el Chapulín es una persona común, sin más fuerza que un hombre normal y encima miedoso. Lo que lo convierte en un héroe es su voluntad de enfrentarse a la injusticia a pesar de su miedo, y no por la ausencia del mismo.
Yo sí tengo miedo. Tengo miedo porque el MAS conoce sólo el odio y la violencia y sus movimientos sociales atacan con machetes y disfrutan de matar gente. Yo sí tengo miedo, miedo a que me pase algo y deje a mi esposa y a mis hijos solos para batírselas en este mundo cada vez más difícil. Yo sí tengo miedo porque tengo hermanos, primos, amigos que están en las calles y mientras escribo esto se me aguan los ojos y se me hace un nudo en la garganta de pensar que les pueda pasar algo. Yo sí tengo miedo, de que llegue a fallecer cualquier persona en esta lucha, alguien como Christian Urresti, un total desconocido para mí, cuyo recuerdo hace que se me ericen los pelos porque se ha ido dejando sus padres, familiares y amigos con el corazón roto. Yo sí tengo miedo, porque quienes nos gobiernan, nunca pensaron salir por las buenas y la vida humana no significa nada para ellos. Yo sí tengo miedo, porque si el mal triunfa una vez más, personas valerosas serán perseguidas, el aparato de represión y control político será fortalecido y cualquier atisbo de disidencia será expulsado de las Fuerzas Armadas y Policía, dejando a los más sanguinarios y obsecuentes. Yo sí tengo miedo porque la prensa, que ya opera bajo un régimen de miedo y extorsión, será aun más subyugada. Yo sí tengo miedo, porque si no se van ahora, no se irán nunca.  
Tengo mucho miedo, y pienso en mis hijos. Deseo que ellos no experimenten este miedo que tengo hacia el gobierno de mi país. No deberían. Uno debería vivir en un país donde a uno a veces le gustan sus gobernantes y a veces no le gustan, donde uno está de acuerdo con ciertas políticas y está en desacuerdo con otras, pero no que le tenga miedo a su propio gobierno. Yo, a mis 39 años, me considero una persona con el criterio formado y con capacidad de análisis crítico. A diferencia mía, mis hijos no tienen un criterio formado y me asusta que vivan en un régimen que controle el sistema educativo para formar personas sumisas, ingenuas, tontas, incapaces de pensar por sí mismas, amaestradas para rendir culto al líder supremo como sucede en Cuba, China o Corea del Norte. Prefiero irme de mi país a trabajar de lo que sea y vivir en la pobreza, antes de dejarle a los seres que más quiero un legado de miedo, ignorancia y servilismo. Por eso salgo a las calles, por eso escribo estas líneas que tal vez más adelante puedan ser usadas en mi contra: por miedo. Y también porque ya no quiero sentir más miedo y sobre todo porque no quiero que mis hijos lleguen a sentir este miedo que siento. Y sé que como yo, hay millones de personas que tienen miedo y en un acto de heroísmo, de verdadero heroísmo, se sobreponen al mismo y salen a las calles a defender algo sagrado: la libertad. 
Santa Cruz de la Sierra, 30/10/19
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martes, 29 de octubre de 2019

Los tentáculos de la solidaridad

Javier Paz García
Ayer fue un día diferente, fui en bici al comité a llevar una donación pregunté en qué podía ayudar. Me dijeron que necesitaban camionetas así que ofrecí la mía. Volví en bici a mi casa y comenzó un periplo para llegar hasta el comité. Incluso con el pase de circulación, la gente desconfía y también hay calles donde simplemente no se puede pasar, porque está trancado con vehículos y no hay nadie o es muy complicado mover los objetos. Para cuando llegué ya no necesitaban ayuda y ahí estuvimos un buen tiempo de ociosos con mi cuñado quien también se había ofrecido a ayudar con su camioneta. Vimos la llegada de Luis Fernando Camacho de La Paz, generando alegría y aplausos de todos los presentes. 
Luego de un largo rato de no hacer nada me acordé que mi tía Kitty Landívar siempre está ayudando en el comité cívico femenino así que me fui al último rincón del comité, donde las damas cívicas tienen su sede. Ahí estaba ella y un montón de valientes mujeres haciendo un trabajo oculto, preparando sándwiches de mortadela, cortando queques en rodajas y sirviendo refrescos a los jóvenes presentes. Alguien dijo que necesitaban recoger una donación de 200 kilos de pollo de la zona sur para llevar a un hogar de niños y que no tenían en qué ir; entonces yo me ofrecí y fui con una escolta de 6 jóvenes voluntarios llenos de pasión por la causa democrática y yo feliz de poder ayudar. Fuimos con todas las dificultades que tiene atravesar la ciudad, recogimos lo que en realidad no eran 200 kilos, sino 200 octavos (como nos indicó la persona que nos entregó la donación) que equivalen a unos 45 kilos aproximadamente. Luego fui a recoger una donación de 50 platos de majadito de un restaurante de la zona de Sirari. Cuando llegué al lugar, la señora tenía la comida en 6 bolsas y empecé a cargarlas en mi camioneta. Cargamos 5 y al querer cargar la 6ta. me dijo que no era para el comité, sino para donar a las personas que bloqueaban en su barrio. 
Esta lucha apenas se hace con dinero, no es gente pagada la que está en las calles cuidando su cuadra o su rotonda, no hay coerción para que la gente done su tiempo, para preparar un sándwich o llevar alimentos a un hogar. Es la solidaridad la que nos mueve y el sentido de tener una causa justa. Las mujeres del Comité Cívico Femenino hacen una labor oculta, sin prensa, sin reconocimiento, pero llena de sacrificio y amor por su tierra y por su gente y lo hacen todos los días ¡Realmente se merecen nuestra admiración! Hay jóvenes que donan su tiempo, chefs que donan su talento para preparar un delicioso majadito, otras que llevan pan, agua, sodas y tantas cosas que se necesitan, los vecinos que llevan café a quienes cuidan las calles y tantas otras muestras de solidaridad. Si algo positivo podemos encontrar a estos momentos oscuros de nuestra historia, es que también sale a relucir lo mejor de nosotros: la solidaridad, el sentido de justicia, el amor al prójimo.
Santa Cruz de la Sierra, 29/10/19
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lunes, 28 de octubre de 2019

Sobre pasear en bici y divertirse en el paro

Javier Paz García
Es maravilloso y emocionante ver el civismo militante de la población. Estamos en nuestro sexto día de paro y la gente sigue firme, y no solo en las rotondas y avenidas principales; uno pasea por callecitas alternas y encuentra “pititas y llantitas” y los vecinos sentados en las calles tertuliando y cuidando el tráfico. Doy fe de esto porque yo vivo por la radial 19 y con mi comparsa me ha tocado bloquear en la Av. Beni y 4to. anillo. Es decir, tengo que atravesar la ciudad. Nos hemos dividido en 4 grupos y hacemos turnos de 8 horas. Ayer me tocó el turno de 12 de la noche a 8 de la mañana, quedé hecho bolsa. Hoy me toca de 8 am a 4 pm. pero voy a llegar tarde porque mi esposa tiene que reabastecerse y yo me quedo con los chicos. Voy haciendo 4 turnos, es decir 32 horas de bloqueo más aproximadamente 1 horas que demoro en llegar al punto y otra hora para regresar son 40 horas, en aritmética no linerista. Hasta ahora me he movido en moto, junto con un primo (dueño de la moto) que vive en mi condominio, pero cada vez es más difícil y uno se encuentra con vecinos que se molestan con uno por circular. 
Para evitar las molestias y tener que dar explicaciones en cada esquina y encontrarse también con gente que insulta antes de preguntar qué es lo que uno está haciendo, hoy voy a salir en bici (prestada porque yo no tengo). Lamentablemente desde ayer han empezado a circular mensajes pidiendo intolerancia con las bicis y que no salgan los niños, porque supuestamente quienes bloquean se están sacrificando y quienes pasean en bici se están divirtiendo. Todos estamos haciendo un sacrificio y deberíamos hacerlo lo más tolerable posible. Prefiero a los niños en las calles andando en bici, patines, triciclo, jugando fútbol antes que encerrados mirando tele; de hecho a mis hijos de 7 y 5 años les he explicado que estamos haciendo esto porque tenemos un presidente malo que quiere quedarse para siempre en el poder, ellos entienden más de lo que uno cree y es bueno que sepan lo que está pasando. Mientras el paro transcurra en paz, prefiero a las familias paseando y además haciendo número en las calles, que encerradas en sus casas. Es más saludable, es bueno para la causa y ayuda a hacer más llevadero el paro. Por supuesto, si llegan a haber enfrentamientos, los padres tienen que sacar a los niños de las calles.
He visto que en algunos puntos de bloqueo que exigen que la gente se baje de su bici y cruce el punto caminando “por respeto a los que están bloqueando”. Entiendo el celo de quienes estamos participando en esto y entiendo que nos jugamos la democracia, pero no veo cómo andar en bici e incluso en moto sea una falta de respeto a quienes están bloqueando y con el perdón de quienes hacen esto, me parece una reverenda pelotudez. 
Alguien dirá que no necesito atravesar la ciudad para bloquear y que podría hacerlo en mi barrio. Es cierto. Pero lo hago porque ahí están mis amigos de infancia y estar con ellos es más divertido. Alguien dirá que el paro no es para divertirse. Estoy de acuerdo, pero tampoco tenemos por qué amargarnos gratuitamente y lo debemos hacer llevadero. Si voy a estar 8 horas bloqueando, lo voy a hacer al estilo cruceño, con alegría, sin alcohol, haciéndonos bromas entre nosotros hasta que alguien diga ¡Baaaasta! “Como el Rocabadosss” (el pobre está en mi comparsa y lo tenemos jodido), porque aunque el objetivo del paro no es divertirse, no hay nada de malo en hacerlo en la medida de lo posible. Entiendo que lo que se viene es grave y la cosa es seria, pero no contribuyo en nada poniendo cara de amargado y pasándola mal. Más bien, estos son momentos para compartir entre amigos y vecinos, mostrar solidaridad, contagiarnos de civismo y sentirnos bien por lo que estamos haciendo.
El paro es contundente, las empresas están cerradas, el transporte público no circula, la gente no está yendo a trabajar. Que circulen unas cuentas motos y bicis no cambia eso. Prohibir la circulación de motos y bicis es confundir la forma con el fondo. El fondo, la esencia de este paro es tener una ciudad paralizada, en una huelga de brazos caídos. El bloqueo es la forma, el método. El método no es más importante que la esencia. Seamos tolerantes con quienes, al salir a pasear en bici o en moto, están contribuyendo con los objetivos de este paro cívico indefinido. 
Santa Cruz de la Sierra, 28/10/19
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domingo, 27 de octubre de 2019

Unidad, coordinación y estrategia

Javier Paz García
Asumo que el MAS viene preparándose para un escenario como el actual desde hace 13 años: el control de todos los poderes del Estado, la compra de lealtades en las Fuerzas Armadas, la persecución a opositores y la extorsión no comenzaron ayer, vienen realizándose prácticamente desde el primer día en el poder. Ellos tienen teoría y práctica sobre el manejo de la represión y la violencia, después de todo, tienen el asesoramiento de Cuba y Venezuela, dos dictaduras exitosas en la represión de la resistencia democrática. Asumo que, a pesar del nerviosismo que puedan tener los masistas, sus acciones y sus palabras se enmarcan dentro de un plan, de una estrategia. Por nuestra parte creo que todos nuestros líderes son inexpertos en esto. Luis Fernando Camacho, con toda su encomiable valentía, no tiene ninguna experiencia en este tipo de conflictos y supongo que el resto de los líderes cívicos y políticos en el país están en una situación similar. Nuestros líderes políticos no se han capacitado en Cuba, y no son agentes subversivos ni mucho menos. ¿Eso significa que estamos perdidos? Para nada. Pero significa que no la tenemos fácil y que debemos ser inteligentes en nuestro accionar; que nuestras acciones no deben ser reacciones espontáneas y viscerales a lo que dicen o hacen los masistas, sino parte de un plan, de una hoja de ruta para la consecución de objetivos estratégicos. El simple ejercicio de preguntarse, ante cada acción o pronunciamiento del MAS cosas como ¿por qué están diciendo o haciendo eso? ¿Cuál es su intención? ¿Cuál es el plan del MAS? ¿Cómo quiere el MAS que reaccionemos? ¿Nos conviene reaccionar como ellos quieren? ¿Qué alternativas tenemos? ¿Cuáles son los pro y los contra de cada alternativa?
Una de las mayores responsabilidades de los líderes actuales es tener un equipo de planificación estratégica dedicado a elaborar una hoja de ruta, analizar diferentes escenarios y alternativas y plantearse todo el día y todos los días interrogantes como las anteriores y en la medida de lo posible y lo conveniente mantener a la población informada sobre los pasos a seguir. Y creo que no hay nada más estratégico que lograr una coordinación nacional. Para mostrar un ejemplo de lo que nos falta, Santa Cruz viene bloqueando desde el miércoles 23 de octubre y La Paz, una ciudad clave en este conflicto, recién se sumará al paro el lunes 28. Eso no muestra unión, ni coordinación y no muestra un sentido de urgencia. Si Santa Cruz hubiera decidido esperar una semana para convocar al paro cívico, tal vez la mística y el coraje que ahora sentimos quienes estamos en las calles ya hubieran amainado y estaríamos lamentando el inexorable triunfo de la usurpación y la tiranía. Al frente tenemos un aparato gubernamental bien aceitado, bien preparado y dispuesto a todo. Nuestros líderes (incluido Carlos Mesa, a quien no le tengo mucho aprecio pero que tiene todo mi apoyo) no deben tomar la dificultad del reto a la ligera y no deben enfrentar al MAS por separado. Para recuperar la democracia necesitamos unidad, coordinación y estrategia.
Santa Cruz de la Sierra, 27/10/19
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sábado, 26 de octubre de 2019

Sobre los rumores de represión

Javier Paz García
Ayer corrió el rumor de que a las 5 de la tarde la policía saldría a reprimir las calles. El mismo presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho indicó que le habían informado tal cosa. La gente igual salió a las calles y quedó expectante a lo que podría pasar pasadas las 5 pm. Al final no pasó nada y tuvimos otra pacífica jornada. Sin embargo no creo que el rumor haya sido fortuito. Lo entiendo como globos de ensayo de la dictadura para ver cómo reacciona la gente y para asustarla. Mantenernos en un permanente estado de nervios, preocupación y miedo es parte de la estrategia de toda dictadura, porque a lo que ellos más miedo le tienen es a que les perdamos el miedo y nos sacudamos la apatía. Por ello sospecho que no será la primera vez que ellos mismos hagan circular noticias falsas, que la policía va a salir, o que ya está la orden para arrestar a tal o cual y cosas por el estilo. Creo que no hay que tenerle miedo a la policía, porque creo que la estrategia no debe consistir confrontarlos, sino en darles campo y apartarse para que no tengan con quien pelear ni a quien reprimir. Si quieren desbloquear una avenida, hay que dejarlos, existen literalmente miles de puntos de bloqueo por toda la ciudad y que desbloqueen incluso una centena (algo para lo cual no tienen capacidad) no cambia para nada la situación y el hecho de tener una ciudad paralizada. Ellos tienen las armas para controlar cualquier punto de la ciudad, pero a diferencia de nosotros que somos más de un millón de personas, no tienen la capacidad para desbloquear todos los puntos y menos aun, custodiarlos indefinidamente. 
Recordemos que quienes quieren a toda costa que haya violencia son ellos para militarizar el país y encarcelar a los líderes de la resistencia. Ellos quisieran tener grabada una golpiza para victimizarse y pintarnos como racistas. Hay que evitar caer en su juego. Mantengámonos en las calles, de manera masiva y pacífica y colaborémonos entre nosotros.      
Santa Cruz de la Sierra, 26/10/19
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jueves, 24 de octubre de 2019

El origen del desdén al paro cívico

Javier Paz García
En el segundo día del paro cívico cruceño Evo Morales se ha hecho la burla diciendo que son “dos o tres personas amarrando pititas y poniendo llantitas” y que él sería “capaz de hacerles seminarios y talleres sobre cómo hacer un paro”. 
Para entender su postura, uno tiene que entender cómo se ha forjado Evo. Su hoja de ruta siempre ha sido y sigue siendo la violencia y la fuerza bruta. Ascendió como líder cocalero por ser radical y violento. Su fama a nivel nacional no provino de su oratoria, sino de su capacidad de bloquear el país. Su llegada a la presidencia se debió en parte a la idiota tesis de muchos votantes quienes, ante tanta convulsión social (causada por él), veían en Morales al único capaz de reducirla y conseguir estabilidad política (vaya el precio que hemos pagado por ese simulacro de estabilidad). Su asamblea constituyente y su nueva constitución se gestaron con bala, sangre y muerte, violando toda legalidad, pero bajo el amparo de la fuerza y la popularidad. El cerco a Santa Cruz, la quema de la prefectura de Cochabamba, la masacre de Porvenir o la pateadura a la marcha indígena son algunos ejemplos de cómo el MAS ha conseguido cada objetivo estratégico en su lucha por la hegemonía política, utilizando la violencia. Y ante cada abuso, ante cada muerte, ante cada pateadura su popularidad subía, impulsada por un aparato propagandístico impecable y la ingenuidad o la apatía de la población.
Evo Morales siempre fue violento y le funcionó muy bien, lo de la cultura de la paz sólo fue para el discurso, para la ONU o para los encuentros con los europeos que estaban tan embobados por Evo como muchos acá (hasta lo consideraron para premio Nobel de la Paz, dizque). Evo Morales y el MAS han conseguido el control total de los poderes públicos con violencia, con amenazas, con persecución judicial y con turbas armadas y pagadas para generar desmanes. En la violencia está la fortaleza del MAS que se ha ido refinando en el ejercicio del poder con asesoramiento de los servicios de inteligencia cubanos y venezolanos principalmente. 
Por lo expuesto, para Evo es incomprensible un paro cívico como el cruceño donde entre vecinos y amigos salimos a “poner llantitas” y a charlar, escuchar música y contar chistes. Evo tiene razón cuando afirma poder enseñarnos cómo hacer un paro violento. Pero nosotros seríamos tontos si queremos seguir su ejemplo. Le seguiríamos el juego si entramos al territorio donde nunca le vamos a ganar. Nosotros no somos violentos porque esencialmente somos gente de familia, porque a diferencia de él que ha sido un padre ausente, sabemos lo que es pasar noches en vela por un hijo enfermo y aun así considerar la paternidad como el milagro más maravilloso que existe, porque a diferencia de su vicepresidente que se enorgullece de haber aprendido a matar, nosotros nos enorgullecemos de ayudar a otros, de contribuir al bienestar del país y sentimos tristeza y dolor ante la muerte de cualquier ser humano. 
Hemos vivido periodos muy oscuros en este país bajo un gobierno que ya lleva al menos 5 años usurpando el poder y se vienen horas más difíciles aun, porque si el libreto chavista es una guía, no se van a ir fácilmente como son ejemplo Cuba, Venezuela, Nicaragua y Honduras. Pero como oposición democrática, tenemos que entender nuestras fortalezas y debilidades y luchar desde nuestras fortalezas, no desde nuestras debilidades. No le vamos a ganar al MAS siendo violentos; al contrario, los actos vandálicos y los enfrentamientos serán el pretexto para militarizar el país, arrestar a los líderes de la resistencia democrática y reprimir a la población. Por eso es que quien más ansioso está porque haya enfrentamientos y muertes es el partido de gobierno y por eso su líder máximo ha solicitado a sus bases organizarse y por eso quieren “desbloquear”, con civiles militantes del MAS y no con militares y policías. Y es muy posible que logren su cometido porque ellos han planificado escenarios, analizado alternativas, estudiado los pro y los contra antes de lanzar cada palabra y decidirse por una línea de acción. Y una vez definida la estrategia, la cumplen de manera organizada y militante, con perfecta logística y comunicación. Por otro lado nosotros somos un grupo espontáneo, desorganizado, fragmentado, articulado alrededor de amigos y vecinos en miles de barrios diferentes con apenas comunicación entre sí y sin ninguna planificación estratégica. Y esta situación empeora si consideramos que para lograr la recuperación de la democracia, se requiere un movimiento a nivel nacional y no solo en uno o dos departamentos. El Comité pro Santa Cruz convoca pero no controla a nadie, entonces es fácil para cualquier grupo de vecinos, ante la bronca, ante la violencia masista, caer en la provocación y querer dar ejemplos de hombría y valentía que generalmente sirven a los propósitos del MAS. Tal es así, que cuando no caemos en ello, el mismo MAS arma un grupo de pandilleros supuestamente opositores para generar desmanes, como aparentemente sucedió hace días en la corte electoral de Santa Cruz. Entonces, si un grupo de masistas quiere pasar por una calle, hay que dejarlos, total, la ciudad está paralizada, las empresas cerradas, la gente acatando voluntariamente, y eso es lo que determina el éxito de la medida. 
La recuperación de la democracia no se hará en una refriega en Santa Cruz con un puñado de masistas, no se logrará de la noche a la mañana pateando a unos cuantos tipos pagados. Esta es una lucha larga, difícil, donde llevamos las de perder, y donde nuestra única chance es luchar desde nuestra fortaleza que es el paro pacífico, y la protesta masiva en las calles y ciudades de todo el país. Y aunque hacer esto requiere tiempo, requiere inteligencia, es cansador y por momentos parece no dar resultados, sí los da. Lech Walesa y su movimiento solidaridad lograron la recuperación de la democracia en una Polonia controlada por la dictadura comunista con masivas protestas pacíficas, Mahatma Gandhi logró la independencia india mediante métodos de no violencia y el muro de Berlín cayó sin que haya un solo disparo. Seamos inteligentes y no pongamos en riesgo con acciones hormonales, la libertad de nuestros líderes cívicos y políticos y la recuperación de nuestra democracia. 
Santa Cruz de la Sierra, 24/10/19
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martes, 22 de octubre de 2019

Es ahora o nunca

Javier Paz García

No serán la OEA, ni la ONU quienes recuperen nuestra democracia; tampoco Estados Unidos ni la Unión Europea. Los organismos internacionales sólo harán declaraciones indicando preocupación, llamando a diálogos sin sentido y sin fin, que en muchos casos oxigenan a los tiranos. Para ejemplo basta ver Venezuela, un país mucho peor que nosotros con una dictadura despiadada que sigue ahí, intacta, mientras sus ciudadanos se debaten entre la miseria y la migración. 
La recuperación de la democracia sólo depende de nosotros, de los bolivianos en todo el país. De la participación masiva e ininterrumpida de la ciudadanía en las calles. No cometamos el error de esperar que sea el vecino el que se sacrifique. No caigamos en la apatía esperando que sean los estudiantes, los jóvenes o los políticos los que hagan la diferencia, la lucha es de todos y para todos. 
Los tiranos tienen el miedo y la apatía como sus grandes aliados. Ellos necesitan de nuestra apatía para ganar ¡No les demos el gusto! Las masas pacíficas en las calles cumpliendo un paro nacional indefinido son más poderosas que todos sus cañones y su propaganda. ¡No tengamos miedo! No podrán reprimir a miles de personas en las calles, ellos son abusivos solo cuando son mayoría.  
Seamos inteligentes. No será la violencia y la brutalidad los medios para recuperar la democracia. Los usurpadores son más violentos que nosotros y tienen el monopolio de las fuerzas. Nuestra fuerza no está en las armas y la violencia, sino en la masificación de protestas pacíficas y la paralización del país. Por último, no seamos ilusos, si no salimos hoy a las calles de forma pacífica y mantenemos la vigilia, olvidémonos que se vayan a ir en 5 años. Es ahora o nunca.

Santa Cruz de la Sierra, 22 de octubre de 2019