miércoles, 20 de junio de 2018

Consideraciones sobre el aborto

Soy liberal, es decir, defiendo la libertad. Estoy en contra de la prohibición a las drogas, porque creo que cada persona (adulta) tiene el derecho a decidir qué quiere meterse a la boca. Defiendo la eutanasia y el suicidio asistido, porque creo que cada persona tiene el derecho a decidir qué hacer con su cuerpo. Defiendo el derecho de personas del mismo sexo a amarse y convivir como pareja y que el Estado les dé el mismo estatus en cuanto a potestad, herencia, etc. que a un matrimonio heterosexual. Defiendo la noción de que todos debemos ser tratados iguales ante la ley y que como sociedad, debemos repudiar el racismo, pero creo también que la libertad de expresión debe ser respetada incluso para emitir opiniones que considero repudiables, como ser opiniones de odio racial. Entonces quienes conocen mis ideas poco conservadoras, pero no conocen los principios de donde provienen, suponen que también estoy a favor del aborto (en algunas ocasiones discutiendo el tema mis interlocutores han expresado sorpresa ante mi posición en contra del aborto).
Podemos resumir el liberalismo como el derecho de hacer con nuestras vidas lo que queramos y la obligación de respetar la vida y la libertad de todos los demás. Ese es el principio rector de mis posiciones. Entonces creo que cuando una mujer se embaraza, asume una responsabilidad con la vida que lleva dentro y que no es suya. Si aceptamos el principio moral de que matar es malo, entonces no podemos atentar contra una vida ajena. Para escapar de este principio moral, quienes defienden el aborto indican que lo que llevan dentro en realidad no es un ser humano todavía. Eso conlleva a preguntarse, ¿Acaso a los nueve meses, un día antes de salir de la panza, no es ya un ser humano completamente formado? ¿y a los 7 meses cuando tiene todo desarrollado y ya podría salir? ¿y a los 6 meses y 29 días? ¿y a los 6 meses y 28 días? Y así podemos hacer esta regresión hasta el día 1 y nos sería difícil, si no imposible definir en qué día exactamente un feto pasa de la nada a la humanidad. Puede que quienes defienden el aborto tengan razón y un feto no sea un ser humano, digamos que por los 3 primeros meses. Pero si están equivocados, un aborto es un atentado contra la vida. Entonces, yo no sé en qué momento un feto se convierte en un ser humano, pero prefiero errar del lado que protege la vida (o lo que será una vida) antes que errar del lado que termina segando una vida ajena.


Santa Cruz de la Sierra, 19/06/18

martes, 2 de enero de 2018

¿Y la disciplina del elector?

Javier Paz García
Decir que la cuarta candidatura de Evo Morales es inconstitucional es extemporáneo. Ya la tercera (la actual) lo es porque la constitución claramente la prohíbe en su articulado transitorio. Lo único que ha sucedido es una nueva prevaricación de los miembros del Tribunal Constitucional; reitero, una nueva, porque no es la primera y no será la última. De un gobierno de prevaricadores, mentirosos y autoritarios podemos esperar de todo, como sucedió en el Beni con los candidatos a alcaldes y gobernador de un partido en el Beni que fueron descalificados mediante otra prevaricación.
Mucho se hablará en lo venidero de la necesidad de que la oposición política se una y logré una sola candidatura para enfrentar al MAS. Eso sería lo óptimo, pero no es lo más probable. Los apetitos de quienes, al final de cuentas, son tan humanos como el resto de nosotros, hará difícil que busquen un bien común por encima de la vigencia y el crecimiento de sus propios instrumentos políticos. Los actos de sacrificio son escasos en la historia de la política, aquí y en todo el mundo. Tal vez, aunque tenemos el ejemplo a no seguir de Venezuela, esperemos a estar como Venezuela antes de que se articule una mesa de unidad.
Ante esta situación, el elector, el pueblo, tan proclive a equivocarse, podría lograr artificialmente una candidatura única, incluso existiendo varias candidaturas, votando por el candidato con más posibilidades de ganar. Esto estrictamente es imposible. Quien se presenta como candidato, lo hace porque tiene cierto apoyo que en lo mínimo consiste en el de su mamá y cada candidatura adicional resta. Pero no impide que haya una conciencia de la importancia, no de que gane el candidato de nuestros sueños, sino de impedir que siga la impostura actual. Le tocará al elector dejar de lado al candidato que más le gusta y votar por quien, según las encuestas tenga las mejores posibilidades de ganar. No solo los líderes políticos deben estar dispuestos a hacer sacrificios, sino también los electores. Ojala haya sensatez en ambos.
Santa Cruz de la Sierra, 11/12/17
http://javierpaz01.blogspot.com/

Reflexiones sobre la ignorancia racional

Javier Paz García
Todas las personas somos ignorantes. Esto no es un insulto, es un hecho. La persona más sabia, inteligente y culta que exista o haya existido domina apenas una parte infinitesimal del conocimiento humano. Adquirir conocimiento tiene un costo que mínimamente consiste en el tiempo invertido. Y como es imposible saberlo todo, los seres humanos nos especializamos en un área, digamos carpintería, y cuando necesitamos ayuda en otra área buscamos a un experto que nos provea tales bienes, servicios o conocimientos. Por eso en vez de mediocres “todólogos” tenemos albañiles, abogados, zapateros, administradores, médicos… e incluso dentro de cada área encontramos un sinfín de subdivisiones como neurólogo, cardiólogo, traumatólogo, etc.
Algo análogo sucede cuando elegimos a nuestros líderes políticos. Cada votante podría interiorizarse en el perfil de cada candidato, su historial, su propuesta ideológica y programática y elegir de manera realmente racional y educada. En la práctica, conocer a profundidad a un candidato no es algo que pueda hacerse en unos minutos, ni siquiera horas. Una mujer que cría dos hijos y vende refrescos en un mercado, un agricultor que atiende su chaco de sol a sol o un empresario que administra una empresa, no tienen el tiempo para verdaderamente conocer a los candidatos a una elección. A la mayoría de las personas les sucede lo mismo y por eso toman su decisión con información limitada. Algunos votan siempre por el mismo partido, sin importar quién es el candidato, porque confían en la línea ideológica del partido, otros votan por lo que les dice su cónyuge o su amigo, unos por quienes prometen algún privilegio para su sector, otros por quien les regaló una polera… 
Imagínese que tenga que votar para elegir a los cirujanos en un hospital, sin usted saber nada de medicina ¿Cree posible elegir correctamente? Algo similar sucede con la pronta elección de magistrados en Bolivia. ¿Qué sé yo del Tribunal Agroambiental o las funciones del Consejo de la Magistratura para elegir a sus miembros? Educarse sobre los candidatos es costoso y el beneficio particular es ínfimo, después de todo, un voto rara vez decide una elección. Más aun si los cargos a llenarse son varios y altamente especializados. La mayoría elegirá no educarse sobre los candidatos y votará sabiendo poco o nada de ellos.
Santa Cruz de la Sierra, 27/11/17

http://javierpaz01.blogspot.com/

Voto por una mejor justicia

Javier Paz García
Las próximas elecciones judiciales serán, como casi todas las elecciones desde que Evo Morales asumió la presidencia, un plebiscito sobre su popularidad. Quienes apoyan al MAS en su mayoría van a votar por algún candidato, aunque no lo conozcan y quienes no lo apoyan, probablemente anularán su voto. No debería ser así. Cada persona debería ir a votar procurando tomar la decisión más acertada para mejorar la justicia en el país. Deberíamos votar, no en base a nuestra militancia política, sino a nuestra conciencia y nuestra voluntad de tener un país mejor.
Desde que yo recuerde, el sistema de justicia boliviano ha sido lento, caro y corrupto. Los juicios tardaban años, incluso décadas y era necesario pagar coimas desde el diligenciero hasta el juez. Encima de esto, no existía independencia del poder político. El actual gobierno (al igual que todos los gobiernos, todos los partidos y todos los políticos) prometió luchar contra la corrupción. Los resultados de esa lucha (si es que ha existido) son pobres. La promesa de que la elección de magistrado cambiaría la justicia ha caído en saco roto. Los actuales magistrados, elegidos por voto popular, no han estado a la altura de su cargo. Hoy la justicia, al igual que antes, sigue lenta, cara y corrupta y la injerencia política es más evidente que nunca. Yo no conozco a los magistrados que se postulan, pero sé que un solo partido los eligió por plancha, sin buscar consenso. Sé que entre los postulantes hay ex-asesores y admiradores declarados de los actuales gobernantes. Sé de un examen que parecía un burla, un mal chiste. Y por lo anteriormente citado, no creo que esta elección, más allá de las buenas intenciones que puedan tener algunos postulantes, vaya a generar el cambio que requiere nuestra justicia. Creo que la mejor posibilidad de que haya un verdadero cambio en la justicia es que la población muestre de manera contundente su rechazo… a las colas interminables, a los valorados innecesarios, a los retrasos, a la compra de la justicia, a la institucionalización de la injusticia. Por eso yo votaré nulo.
Santa Cruz de la Sierra, 19/11/17
http://javierpaz01.blogspot.com/