miércoles, 29 de noviembre de 2006

El tirano y el pueblo

Javier Paz García
Me asusta cuando alguien clama representar al pueblo y seguir su voluntad. Generalmente estas declaraciones son hechas cuando parte del pueblo mismo está opuesto a algo que la autodenominada “voz del pueblo” desea hacer. Me asustan estos mártires que viven, “se sacrifican” y lo dan todo por el pueblo. La razón de mi miedo es la historia. Abundan los casos de líderes que hicieron y deshicieron “por el pueblo”, veamos algunos de ellos:
Maximiliano Robespierre: En nombre de la revolución francesa y del pueblo instauró el Reino del Terror en el cual entre 20 y 40 mil personas murieron en menos de un año siendo él mismo una de las últimas víctimas.
José Stalin: Gobernó la Unión Soviética desde 1924 hasta su muerte en 1953. Fue líder de un sistema que pregonaba la igualdad de los hombres. Entre sus muchas barbaridades está la liquidación de los kulaks (campesinos ricos). Como consecuencia la producción agrícola cayó, lo que ocasionó la muerte por hambruna de más de 4 millones de ucranianos, todo con el beneplácito del líder del pueblo. Destrozó a toda oposición – dentro y fuera del partido – e inclusive a aliados que pudieran adquirir prestigio o liderazgo (Siguió a Trotsky hasta Méjico para asesinarlo). Instauró el culto al líder como pocos en la historia. Deportó a millones a campos de concentración (Gulags) donde muchos morirían posteriormente.
Adolfo Hitler: Prometió mil años de prosperidad al pueblo alemán. En lugar de ello causó la muerte de 4 millones de alemanes, 20 millones de rusos, más de 10 millones de europeos y la exterminación premeditada y sistemática de 6 millones de judíos en uno de los capítulos más horrorosos de la historia contemporánea.
Fidel Castro: Presidente cubano democráticamente elegido con el 100% de los votos. Máxima expresión de la demagogia y el cinismo. No posee fortuna alguna excepto una isla con todos sus habitantes y recursos a su disposición. Vive cómodamente mientras “su pueblo” sufre hambre y necesidad. Amado por un pueblo que hace lo que sea para cruzar – a riesgo de perder la vida – el estrecho que lo separa de Miami. Orador exhaustivo, exagerado amante de la libertad de expresión cuando se trata de su expresión, pero rápido en encarcelar y castigar a cualquier otro que se atreva a ejercer este derecho. Es tan justa su causa que su propia hija es una disidente en Miami. Hoy enfermo, miles de personas le deseamos una muerte pronta y en paz.
Todos estos líderes buscaron la hegemonía del poder político, económico y cultural; y destrozaron a toda oposición que se atreviera a diferir; una vez eliminada, se convirtieron verdaderamente en la única “voz del pueblo” ya que por miedo, el pueblo no podía hablar.
Ni por si acaso esta lista es exhaustiva, pero tiene ejemplos de tiranos ilustres que en cada acción infame que han llevado a cabo, han dicho representar al pueblo y hacer las cosas por el bien del pueblo. Por el bien del pueblo poco a poco le quitaron la libertad de expresión al pueblo, poco a poco eliminaron las garantías jurídicas, la libertad de culto, y hasta la libertad de movimiento. Poco a poco fueron “descolonizando” al pueblo para posteriormente colonizarlo con su doctrina única, doctrina que el pueblo debía adoptar si no deseaba perder la vida o la poca libertad que le quedaba.
Fayetteville, 20/11/06.
El Deber, 04/12/06.

lunes, 27 de noviembre de 2006

El desafío del calentamiento global

Javier Paz García
El aumento de la temperatura promedio a escala mundial es algo indiscutible. Lo que se discute es si el ser humano ha ocasionado tal aumento, en qué magnitud y qué acciones puede tomar para frenarlo. Algunos dicen que el planeta durante su historia ha pasado por épocas de hielo y deshielo, y que los cambios climáticos actuales pueden ser parte del ciclo natural del mundo y no causados por la actividad humana. Sin embargo, el aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera es un hecho y también es un hecho que este aumento es debido a la polución de la actividad humana. Igualmente es difícil argumentar que los humanos no son, aunque sea en parte, responsables por la disminución de la capa de ozono. Por lo anteriormente expuesto, doy como cierta la premisa de que el hombre es parcialmente el causante de los cambios climáticos en el planeta. También creo que la humanidad es capaz de frenar y tal vez revertir esta tendencia. ¿Pero cuál es el problema con el aumento de la temperatura? Después de todo, ¿no sería mejor tener veranos más largos para disfrutar por más tiempo de idas al río, piscinas, fútbol y churrascos? La respuesta es un rotundo no. El aumento en la temperatura a escala mundial puede tener catastróficas consecuencias como sequías, huracanes más potentes y más frecuentes, alteración de ecosistemas, desaparición de especies animales, distorsiones de los ciclos agrícolas, entre otros efectos. El costo en vidas humanas puede ser mayor que el causado por el virus del sida y el costo económico mayor que cualquier depresión o guerra que el mundo haya vivido. El problema es real, inmediato y severo, y su solución de lo más compleja. Es necesario que los casi 200 países del planeta participen de cualquier solución posible. Si un país unilateralmente decide disminuir sus emisiones de gases y el resto de los países no hace nada, entonces la reducción de gases a escala mundial es insignificante. Por otro lado, si todos los países disminuyen sus emisiones, que algún país no las reduzca no causa mayor incremento en los niveles mundiales. Como consecuencia cada país tiene la tentación de no hacer nada y dejar que los demás hagan algo al respecto. Incluso si todos los países están de acuerdo en que algo debe hacerse, existe la dificultad de decidir qué se debe hacer, qué medidas son suficientes para frenar el aumento de temperatura y en qué proporción debe aportar cada país a la solución del problema. El Protocolo de Kyoto es un primer intento de poner metas de reducción de emisiones de gases dañinos para la atmósfera. Sin embargo, el mayor contaminador del mundo (Estados Unidos) no participa de esta iniciativa. Esperemos que los líderes mundiales tengan la visión necesaria para tomar medidas adecuadas a fin de proteger a las actuales y futuras generaciones de este peligro. Bolivia también debe hacer su parte restringiendo los chaqueos, adoptando tecnologías que no contaminen y educando a su población sobre la importancia del tema. El futuro del planeta está en nuestras manos.
Fayetteville, 19/11/06.
El Deber, 27/11/06.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Como la cigarra

Como la cigarra
María Elena Walsh

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Mis frases favoritas

Comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva dentro.
Jorge Luís Borges

Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios – el saber más elevado – aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.
1ra carta de Pablo a los corintios

La vida es un sueño.
Pedro Calderón de la Barca

La vida es un juego.
Javier Paz García

Toda persona que es sincera y meditativa no puede no cambiar; solo no cambian los políticos.
Jorge Luís Borges

Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo.
Abraham Lincoln

Every man I meet is my superior in some way. In that I learn of him.
Ralph Waldo Emerson

No toda persona es digna de admiración, pero existe algo admirable en toda persona.
Javier Paz García

I can calculate the motions of the heavenly bodies, but not the madness of people.
Isaac Newton

Remember the Golden Rule: those who have the gold, make the rule.
Desconocido.

Lo importante no es leer, sino releer.
Jorge Luís Borges

Mirá hacia el futuro sin descuidar el presente. Viví el presente sin olvidar el futuro. Ambos son importantes.
Javier Paz García

Jamás muere en el noveno año el que ha de vivir diez años.
Las mil y una noches.

Y de la mentira
necesito siempre ir a la verdad
de la locura a la paz
de mi carne a la libertad.

Y de lo irreal
necesito siempre ir a lo real
de la oscuridad a la luz
de la muerte a la inmortalidad.
Piero (probablemente inspirado en versos orientales).

sábado, 18 de noviembre de 2006

¿Por qué los bajos salarios?

Javier Paz García
¿Por qué los salarios en países en desarrollo son tan bajos? Antes de intentar responder a esta pregunta voy a postular dos premisas.
A) No se puede consumir más de lo que se produce o, lo que es análogo, no se puede recibir un sueldo mayor al valor de la producción del trabajador. Esta premisa simplemente dice que si por ejemplo, yo cosecho tres manzanas, lo máximo que puedo consumir son tres manzanas. Sólo las empresas estatales gastan más de lo que generan, pero obviando este caso, ninguna empresa va a pagar salarios que estén por arriba de la producción de los asalariados; hacer tal cosa lleva a su quiebra y desaparición.
B) En mercados laborales casi competitivos el asalariado gana un salario cercano pero inferior al valor de su producción. Con esto quiero decir que si el valor de mi trabajo equivale a tres manzanas, mi sueldo será cercano a tres manzanas – digamos dos manzanas y media. Este resultado se da porque si el mercado es competitivo y si el salario en una empresa es bajo, los asalariados buscaran alternativas en otras empresas que estarán dispuestas a pagar un mayor salario para ganar el excedente de producción.
Si aceptamos estos dos postulados, llegamos a la conclusión de que un empleado gana lo que produce y que, para aumentar su salario, tiene que aumentar su productividad.
Considerando que en los países desarrollados los salarios son mayores que en los países en vías de desarrollo, tenemos como corolario que los asalariados en los países desarrollados son más productivos.
Voy a dar 4 causas para estas diferencias en productividad.
1.- Educación: gente mejor preparada producirá más y recibirá mejores sueldos. Éste es un resultado tan lógico y evidente que no necesita mayores explicaciones.
2.- Infraestructura y tecnología disponibles: incluso si dos personas tienen la misma preparación y capacidad, aquella que disponga de tecnologías más avanzadas, será más productiva. Pedro y Sancho pueden ser igualmente buenos para las matemáticas, pero si Pedro tiene una calculadora y Sancho no, Pedro podrá hacer cálculos más complejos más rápidamente. Lo de infraestructura es similar, un camión es más veloz en asfalto que en ripio y por tanto el que va maneja sobre asfalto es más productivo que el que maneja sobre ripio.
3.- Seguridad jurídica, burocracia eficiente y estabilidad política: países donde los contratos no tienen ningún valor, los juicios los gana el que tiene más plata e influencia, donde aplicar para un negocio toma meses y requiere de mil coimas y donde las huelgas, los bloqueos, el avasallamiento a la propiedad privada son la norma, como consecuencia producen menos, lo cual se traduce en menores salarios. Pero la inseguridad jurídica, la excesiva burocracia y la inestabilidad política no solo disminuyen los salarios de forma directa sino que también ocasionan la huida de capitales nacionales y extranjeros lo cual causa una disminución en la inversión de tecnología, educación e infraestructura que, como vimos en anteriores puntos, influyen en la productividad. Luego vemos que la inseguridad jurídica, la excesiva burocracia y la inestabilidad política también tienen un efecto indirecto y negativo sobre los salarios.
4.- Efecto derivado: Alguien dirá que una niñera hace exactamente la misma labor sea en Bolivia o en España y sin embargo la niñera en Bolivia gana menos. La razón se debe a que quien contrata a la niñera en España es más productivo que el que contrata a la niñera en Bolivia y por lo tanto puede pagar mejores sueldos. Luego el mayor sueldo de la niñera en España es un efecto derivado de la mayor productividad del contratante.
En resumen, los bajos salarios son causados por la baja competitividad de los trabajadores en países en desarrollo. ¿Qué hacer para aumentar la productividad? Invertir en educación, infraestructura y tecnología, atraer la inversión nacional y extranjera, garantizar la seguridad jurídica, la estabilidad política, y mantener un gobierno eficiente y honesto.
Fayetteville, 07/11/06.
El Deber, 18/11/06.

domingo, 12 de noviembre de 2006

La liebre y la tortuga


Javier Paz García
La siguiente es una sucesión cronológica de hechos verídicos.
Hacía un par de meses que me había mudado a mi nueva casa. Desde que llegué, noté que había una liebre que paraba en el jardín.
Un día manejando mi auto vi una pequeña tortuga cruzando la avenida y decidí llevarla de mascota. Di la vuelta al auto, lo estacioné y me bajé para recogerla. Cabalmente el último coche que tenía que pasar antes de que yo pueda recoger a la tortuga la pisó por un costado. La tortuga saltó por los aires y rebotó en el pavimento. La pisada había fragmentado parte del caparazón por el lado de la cola, pero el animal seguía vivo y juzgué que la herida no era mortal. A pesar de todo, me partió el alma lo ocurrido y lamenté no haber podido salvarla del accidente. La recogí y fui a Harp’s – el supermercado más cercano – a comprarle guineos y lechuga.
Cuando llegué a la casa la dejé en el jardín junto con un guineo, una hoja de lechuga y un plato con agua. Advertí que sería trabajoso para la tortuga beber agua debido a la altura del plato, pero en ese momento no encontré nada más adecuado. Traté hacer que la tortuga coma, pero no le prestó la mínima atención a la comida y yo me entré a la casa.
Al día siguiente salí al jardín a buscar a mi tortuga. Lo primero que noté fue que la comida permanecía intacta (aunque en proceso de deterioro). Seguí buscando y encontré a la liebre muerta en un rincón. Nunca encontré a la tortuga.
Repito que ésta es una sucesión cronológica de hechos verídicos. Dejo al lector cualquier inferencia.
Fayetteville, 12/11/06.

jueves, 2 de noviembre de 2006

Teleología del calcetín

Javier Paz García
Los calcetines son uno de los sujetos más elusivos de este planeta. Digo sujetos y no objetos porque estos animalitos verdaderamente tienen vida y voluntad… y finalidad. Sería lógico pensar que esta finalidad es la de ser calzados por su dueño. No falta, sin embargo, el calcetín aventurero, aquél que no se conforma con pasar de un cajón oscuro al pie de alguien que debería bañarse aunque sea una vez al día, posteriormente ir a un cesto cuyos ilustres inquilinos son un par de calzoncillos curtidos, un pantalón roto y algunas camisas sudadas, para finalmente terminar – después de una lavada – en el mismo cajón oscuro donde comenzó. Y una vez allí repetir el ineludible ciclo.
Seguramente para la mayoría de los calcetines este destino es llevadero y hasta cargado de cierto grado de emoción: el roce ocasional con una media femenina, el choque con un calcetín enemigo en algún partido de fútbol, etc. No obstante, como en toda sociedad, existe aunque sea un calcetín diferente a los demás, un calcetín que rechaza tal rutina, cuya monotonía halla insoportable. Comprende que su destino es perderse por el mundo, donde ni su dueño ni su par puedan encontrarlo. Lo curioso es que nunca se extravía un par completo de calcetines, es inexorablemente uno y sólo un calcetín el que desaparece, dejando atrás al otro para hacer evidentísima su ausencia y su existencia. Y así por así, se va, a vagar ¡quién sabe adónde!, en busca de su destino, casi siempre para no volver jamás.
Queda tras éste el otro, el que no se animó y que por lo tanto esta sentenciado a pasar sus días solo, en el cajón oscuro, sin siquiera la esperanza de salir alguna vez a pasear con su amo. También abandona a un dueño sumido en la más inmensa perplejidad, porque éste puede dejar su billetera, sus llaves y chamarra regadas en todas partes, pero nunca las pierde, pero cuyo calcetín que nunca se lo saca ni en casa ajena, ni en la calle, ni en el trabajo ni en ninguna parte que no sea su propia casa, desaparece inexplicablemente (e inexplicablemente solo, porque como ya lo dije, nunca desaparece un par completo de calcetines, es siempre uno).
Es así como poco a poco en el cajón oscuro se forma el grupo de los impares, aquellos calcetines que están en mejor estado que el resto por falta de uso, pero cuya condición de únicos los hace inservibles. Permanecen ahí, en el más remoto rincón, donde menos estorben. Seguramente alardean su buen estado y arguyen que son más felices sin la inconveniencia de ser usados y envejecer, pero yo se que en el fondo envidian a la pareja aventurera que los abandonó y que hoy vaga por el mundo, tal vez por París, tal vez por Samaipata. El dueño por su parte mantiene a su ejército de calcetines impares con la vana esperanza de ir encontrando las yuntas que según él, tienen que estar en alguna parte de la casa.
Fayetteville, 02/11/06.
El Deber, 13/11/06.