miércoles, 21 de noviembre de 2007

Homenaje a mi abuelo Hernando

Javier Paz García
El lunes 12 de este mes el doctor Hernando García Vespa recibió muy merecidamente el Premio Departamental de Cultura del Beni. Hombre multifacético, inteligente y activo, sus actividades abarcan lo político, lo cívico, lo empresarial, lo literario, lo diplomático, a niveles locales, nacionales e internacionales. A continuación y sin ningún orden menciono solo algunos de sus logros: fundador del Comité pro Santa Cruz, Ministro de Educación y Cultura, autor de Los Ríos Peregrinos, creador de un periódico, padre de tres hijas y un hijo, autor de La Vigilia Profunda, Embajador de Bolivia en la Unión Soviética, presidente de la FUL, ganadero, productor y comercializador de unos quesos fabulosos. Por supuesto la razón del premio fue su aporte a la cultura, y dentro de esto mi abuelo Hernando (tengo la suerte de ser su nieto), ha escrito varios libros, ha colaborado con un sinnúmero de artículos de prensa en diversos periódicos del país, fundó la Academia Cruceña de Letras, es su actual presidente y tiene bastantes libros en proceso de publicación. Los temas que constantemente toca su prosa poética son la naturaleza, la mujer y los valores humanos. Sus versos están llenos de referencias a ríos peregrinos, paisajes campestres, aves silvestres y libres, amaneceres, anocheceres, la selva, el agua. Así nos transmite la belleza del campo, la paz, la serenidad y la pureza que la naturaleza nos otorga cuando estamos dispuestos a escucharla. En el trasfondo es fácil ver un amor a la vida, llevada con armonía y equilibrio, con meditación e intensidad.
Y su vida refleja muchos aspectos de su prosa (no todos). Hombre que verdaderamente disfruta del campo y la naturaleza viva, en sus recuerdos lleva al Itonamas y a la Magdalena de su infancia. De gran pulcritud, difícilmente se le puede oír alguna necedad, o mala palabra, más bien su lenguaje es amplio, preciso y elegante. Es también elegante en su postura y vestimenta. Persona muy apegada a su familia, sus obsesiones son rememorar anécdotas de sus nietos y Chutín. Posee también un gran sentido del humor, sin entrar nunca en lo burlesco u ordinario. Por último, existe un tributo que solamente yo le debo: el de incentivarme desde niño a escribir. Su persistente insistencia finalmente logró que yo publique mis primeras notas y es un premio a esa insistencia el que ahora yo le pueda rendir tributos públicamente. Felicidades abuelito y muchas gracias.
Santa Cruz de la Sierra, 15/11/07.
El Deber, 20/11/06.

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