sábado, 27 de enero de 2007

Los Estados Unidos, mi segundo hogar.

Javier Paz García
En un par de meses retorno a Bolivia, pero no sin antes pasar por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, y Paraguay. Calculo que el viaje me tomará dos a tres meses, durante los cuales tendré la oportunidad de conocer un poco mejor nuestro continente y escribir un par de notas al respecto. Pero mi punto de partida son los Estados Unidos de América y por aquí debo empezar.
La decisión de venir a estudiar a Estados Unidos la tomé en una pivotante conversación que tuve con mi madre durante mi último año de colegio, conversación que podría ser motivo de otra nota. Llegué a Arkansas durante los calores infernales de agosto de 1999, y luego de conseguir mi licenciatura y mi maestría sigo aquí hasta el día de hoy.
Es cierto que abandono los Estados Unidos con mucha alegría. Sin embargo tengo mucho cariño y admiración por esta tierra y es un asunto de justicia el que antes de partir, yo le rinda un tributo al país que fue mi hogar por casi siete años.
Tierra de Benjamin Franklin, filósofo, científico y político cuyo retrato aparece en los billetes de 100 dólares, y que tiene el honor de ser la única persona cuya firma aparece en los tres documentos más importantes de la independencia de los Estados Unidos: La Declaración de Independencia, el Tratado de París, y la Constitución. Tierra de Thomas Jefferson, quien redactó uno de los documentos más sublimes que cualquier ser humano ha escrito: la Declaración de Independencia. Tierra del cincinato George Washington, que siendo el hombre más rico de Virginia, arriesgó su vida para comandar al ejército de la independencia, llego a ser presidente y una vez en ese cargo, con un poder y un prestigio inigualables, tuvo el nobilísimo y muy raro gesto de renunciar a perpetuarse en él.
Estos hombres, entre otros, crearon una nación que en 230 años de historia, mantiene una democracia ininterrumpida, ¡sin un solo golpe de Estado! Donde los individuos tienen plena libertad, hasta el punto de quemar su propia bandera si así lo desean. Un país de diversidad donde blancos, negros, amarillos, azules, y rojos conviven paz. Donde están las mejores universidades del mundo, los mejores hospitales, los más renombrados científicos. País de vastas fronteras y rubias despampanantes. Tierra de Wal-Mart, el supermercado más maravilloso del mundo. País de tolerancia; los peregrinos que fundaron las primeras colonias americanas, huyeron de Inglaterra por causa de la persecución religiosa y prometieron que aquí nadie sería perseguido por su fe, promesa que aun se cumple. Tierra de caridad y beneficencia, de donde salen miles de jóvenes misioneros y billones de dólares en ayuda humanitaria destinados a todo el mundo.
Bastión de la libertad y los derechos civiles. Fue Estados Unidos quien salvo a Europa de la amenaza Nazi y al mundo de la amenaza Soviética. Y a pesar de no ser perfecto y de haber cometido (y seguir cometiendo) muchas barbaridades execrables, siempre que pienso en lo que hubiera pasado si la URSS hubiese triunfado, celebro la existencia de los Estados Unidos. George Bush y Guantánamo pasarán, pero los valores e ideales de la revolución americana están para quedarse y servir de ejemplo a todo el planeta.
País donde la comida no es muy buena pero la amabilidad y cortesía de sus habitantes es excelente. País de burocracia eficiente, donde no es infrecuente que un funcionario público te atienda con una sonrisa en el rostro. País de carreteras interminables con puentes y pasos a desnivel que son verdaderas maravillas de la ingeniería.
Nación injustamente vilipendiada por su ‘capitalismo salvaje’ pero que cada año acoge a miles de ciudadanos que huyen de países cuyos modelos abundan demagogia y ‘justicia social’ y escasean en trabajo y oportunidades para su gente.
País que me dio una educación que va mucho más allá de lo académico y una visión que va mucho más allá de lo personal. Sin lugar son muchas las cosas que voy a extrañar de esta gran nación, y espero que no sea la última vez que vuelva a ella.
Fayetteville, 27/01/07.
El Deber, 27/04/07.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Good job!I guess you fixed your last comment.This country is m...mucho bonito...
bj