sábado, 4 de noviembre de 2017

Las picardías del Banco Unión

Javier Paz García
Recientemente tuve que hacer un pago en el Banco Unión. Llegué a las 7:06 am y ya había una cola de aproximadamente 20 personas afuera del banco, vi un letrero que indicaba que la atención se iniciaba a las 7 am. El banco ya estaba abierto pero un joven funcionario dejaba ingresar a las personas a medida que otras salían. Un afiche situado en la vitrina pregonaba que dicha institución era “el banco de los boliviano”. Ingresé a las 7:24, saqué mi ticket de atención y me senté. Imaginaba que adentro estaría repleto por lo que me sorprendí al no encontrar ni la mitad de las sillas de espera ocupadas. No entendía por qué dejaban al sol y a la intemperie a una cantidad de personas (que al momento en que yo ingresé al banco sobrepasaba tranquilamente las 30 personas) hasta que leí un letrero que todos los bancos están obligados a tener por ley que indicaba que si un cliente pasaba más de 30 minutos sin ser atendido podía hacer un reclamo. Fui atendido a las 7:40, dentro del plazo legal si consideramos el momento en que saqué mi ticket (7:24), pero con un tiempo mayor a los 30 minutos si consideramos el momento en que inicié la cola (7:06).
No me causó sorpresa descubrir que una ley destinada a mejorar el trato a los clientes había ocasionado que el banco donde el Estado es el mayor accionista los trate peor que en ningún otra institución financiera, después de todo, el Estado es el mayor violador de la ley general del trabajo y de la misma constitución política del Estado, por citar algunos ejemplos. Para lograr cumplir con la ley, “el banco de los bolivianos”, deja a los bolivianos haciendo filas en la calle, bajo el calor o el frío inclemente según el lugar y la época, incluso teniendo espacio para que todos se sienten cómodamente. Y hace esto con el único propósito de que la diferencia entre el momento en que uno saca el ticket y es atendido no supere los 30 minutos. El “banco de los bolivianos” merece un aplauso por la picardía, por la viveza criolla con la que logra atender peor y maltratar a los compatriotas y al mismo tiempo mejorar en sus estadísticas de atención al cliente; un aplauso por cumplir la ley, violando el espíritu de la ley.
Podría haber reclamado porque efectivamente tardaron más de 30 minutos en atenderme a mí y a todos los que estaban ahí. Sin embargo consideré que sería una pérdida de tiempo: el banco es del Estado, y la institución que lo supervisa es del Estado. El gobierno se protege y se apaña a sí mismo. Entre compadres y cómplices no se van a molestar.
Santa Cruz de la Sierra, 19/10/17

http://javierpaz01.blogspot.com/

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