viernes, 31 de julio de 2009

Lecciones sobre la amenaza chavista en Bolivia

Javier Paz García
En días pasados estuvo en el país María Corina Machado, presidenta de SUMATE, un movimiento ciudadano en Venezuela dedicado a construir democracia concienciando a los habitantes de aquel país a cumplir con sus deberes ciudadanos y a exigir sus derechos. La tesis de María Corina es que Hugo Chávez está “destruyendo la democracia democráticamente”. Es decir, mediante el uso de medios democráticos, como las elecciones y referendos, ha logrado socavar el sistema democrático de derecho en Venezuela. Esto lo lleva a cabo mediante un control absoluto del sistema electoral, donde las elecciones se hacen a su medida; un uso abusivo y ventajista del aparato estatal, usando los recursos del Estado para hacer campañas políticas y obligando a medios privados de televisión a transmitir sus discursos y actos públicos; y finalmente atemorizando a la población, con represalias para quienes voten en contra del presidente o para quienes se opongan al gobierno de alguna forma.
El control y la manipulación de las elecciones, el ventajismo electoral mediante el uso abusivo de los recursos públicos, y la campaña de terror y silenciamiento para quienes se opongan al régimen hacen que los procesos electorales sean casi imposibles de perder. Además, el régimen tiene la participación cómplice de instituciones que supuestamente velan por la democracia y los derechos humanos como la OEA y el Centro Carter. Estas instituciones le dan legitimidad internacional a un régimen tan democrático como el de Mussolini. En Bolivia por ejemplo, poco o nada han dicho sobre el voto comunitario, a costa por supuesto de su propia credibilidad y relevancia; nadie puede esperar nada serio de la OEA de José Miguel Insulza.
La lección que nos trae María Corina es que el régimen totalitario de Hugo Chávez consta de un plan muy bien elaborado y ejecutado para tener el control absoluto del país y perpetuarse en el poder; que parte de la estrategia consiste en infundir el miedo en la población, en especial entre los líderes de oposición, para que así nadie se atreva a retar al régimen, por miedo a las represalias; que no hacer nada es precisamente lo que el gobierno quiere que hagamos; que no hacer nada por miedo a las represalias, conlleva a que las futuras generaciones vivan con miedo y sin libertad. La lección más importante entonces es que hay que sobreponerse al miedo, y organizarse como sociedad para defender los derechos de todos. Es la única forma de hacerle frente a un régimen como el de Chávez.
Evo Morales, bajo la tutela de Chávez, está llevando a cabo un plan similar con el mismo objetivo: tener el control absoluto del país y perpetuarse en el poder. La buena noticia es que Morales no está tan avanzando como Chávez y que la oposición boliviana tiene en el caso venezolano una hoja de ruta sobre lo que se debe y no se debe hacer. Esperemos que nuestros líderes también tengan la sabiduría cuando tomen decisiones.
Santa Cruz de la Sierra, 31/07/09

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