viernes, 14 de agosto de 2009

La clave es la competitividad

En “Cuentos Chinos” el periodista Andrés Oppenheimer nos advierte que la clave del crecimiento de un país radica en la competitividad de sus empresas.
Para entender que es la competitividad debemos entender dos conceptos adicionales: productividad y eficiencia.
La productividad podemos definirla como la cantidad de producto por unidad de trabajo. Es decir, si un trabajador A cosecha 200 naranjas por hora y otro trabajador B cosecha 1.000 naranjas por hora, pues el trabajador B tiene una productividad 5 veces superior a la del trabajador A.
La eficiencia puede ser definida como la obtención de una cierta cantidad de producto con un mínimo de recursos. Por ejemplo, si una empresa A gasta 20 pesos para producir 100 naranjas y otra empresa B gasta 10 pesos para producir 100 naranjas de la misma calidad que la empresa A, pues entonces la empresa B es más eficiente que la empresa A.
Finalmente, la competitividad de una empresa o país viene dada por su capacidad para ofrecer un cierto producto a un menor precio que otras empresas o países. Y por supuesto, las empresas o países que ofrezcan los precios más bajos serán los que consigan la mayoría de los clientes a nivel mundial. Crear una empresa competitiva requiere ser eficiente en el manejo de los recursos y buscar como aumentar la productividad del capital y el trabajo.
Y cuando una empresa es competitiva, pues no tiene miedo a competir con otras empresas o países, consigue nuevos clientes, crece y genera más fuentes de empleo. De hecho, una empresa competitiva, no solo no tiene miedo al libre comercio internacional, sino que se beneficia del mismo porque le permite crecer y expandirse a un mayor ritmo.
Por el contrario, las empresas poco competitivas, se estancan, y ante la amenaza de la competencia internacional, buscan proteger los mercados internos, se oponen a los tratados de libre comercio y en lo posible utilizan sus influencias políticas para mantener los monopolios dentro de un país. La falta de competitividad genera poco o nulo crecimiento y una baja creación de empleos.
Y cuando en un país abundan las empresas poco competitivas, no debemos extrañarnos que los salarios sean bajos, el desempleo sea alto, haya altos niveles de pobreza y exista mucha oposición al libre comercio nacional e internacional.
Santa Cruz de la Sierra, 07/08/09

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