jueves, 19 de febrero de 2009

¿De qué nos rasgamos las vestiduras?

Javier Paz García
Leo azorado la nota “El precio de la credibilidad” de Ilya Fortún (La Razón, 19/02/09) y me pregunto donde ha vivido este señor los últimos tres años. Ésta hace referencia a una nota anterior suya titulada “Mierda” (La Razón, 5/02/09) donde “expresaba, con el hígado, con el estómago y con el corazón, la decepción y el desasosiego que todos experimentamos a raíz del escándalo protagonizado por el señor Santos Ramírez”. Luego habla sobre como existen algunos que, en cambio, se alegran por lo sucedido, porque ahora pueden decir que el MAS es tan corrupto como los anteriores partidos. “Así de grave es el rollo en el que el señor Ramírez ha metido al Gobierno, al MAS, al Presidente de la República” escribe Fortún. El artículo da a entender que hasta antes del escándalo en YPFB el actual gobierno era una maravilla, con pequeñas salvedades, liderando “un proceso tremendamente importante”.
Yo por mi parte diré que no estoy sorprendido de que exista corrupción en YPFB, lo que me sorprende es que la hayan encontrado (cosa que fue fortuita y de ninguna manera mérito del actual gobierno). Pero para explicarle al señor Fortún por qué no debería estar rasgándose las vestiduras, voy a referir algunos hechos tan graves o peores que los que motivan sus dos notas.
Cuando Alvarado fue presidente de YPFB, un funcionario de la Contraloría hizo un informe negativo sobre un contrato lleno de irregularidades y que ocasionaba daño económico al Estado. ¿Sabe que pasó señor Fortún? A Alvarado se lo “castigó” con una Embajada en Venezuela y al funcionario de la Contraloría se lo “premio” con una carta de despido. Este simple hecho, reviste mayor gravedad que el actual escándalo en YPFB, porque es precisamente la génesis del problema y muestra sin ninguna ambigüedad el compromiso del gobierno para luchar contra la corrupción (cero). ¿O cree usted que con ese precedente, va a existir algún otro funcionario suficientemente valiente y estúpido para hacer un informe negativo contra alguien del Gobierno? Por otro lado, Santos Ramírez estaba implicado en las visas chinas, en los avales, el narco asesor, pero Evo lo puso en YPFB. ¿Y los 33 camiones de Quintana?
Además, en este gobierno no solo existe corrupción, existe autoritarismo e irrespeto por las normas republicanas. La semana pasada, la Corte Departamental de La Paz, dio un fallo a favor de los importadores de autos usados, y el Ministro de Hacienda, convirtiéndose en Tribunal Constitucional, decide que el fallo es inconstitucional y que no lo va a acatar. Hace apenas unos días las FFAA secuestraron a pandinos, violando los derechos establecidos en la actual CPE (art. 25 y 114); sí, en la Constitución que Evo pidió, prometió cumplir y ya incumplió repetidas veces. El gobierno predica la intolerancia, la xenofobia y el racismo (lea el preámbulo de la CPE). Todo el proceso constituyente ha sido un abuso tras otro. La Contraloría, el BCB, YPFB están en manos de interinos leales. Lo de Pando es terrorífico, porque organizar, armar y transportar campesinos para que se maten con tal de acabar con un enemigo político es verdaderamente maquiavélico, y ahí sigue Quintana de Ministo. ¿Acaso no son estos motivos para rasgarse las vestiduras?
Antes de que salga a la luz lo de YPFB, creo que teníamos elementos para calificar al actual gobierno como el peor de todo el periodo democrático desde 1982, lo de YPFB es una cosa más, entre las tantas que han aparecido e irán apareciendo.
Así que por favor, no nos hagamos los tontos ni desentendidos y menos pretendamos estar sorprendidos “con el estómago” de YPFB, que este gobierno ha hecho peores cosas que robar 30 milloncitos.
La Paz, 19/02/09

1 comentario:

Don Juan de Sarco dijo...

Particularmente me alegré abstante con que haya sido descubierto el escándalo de YPFB, de otra manera la corrupción podría seguir ante la ignorancia de los bolivianos. Las dos alternativas que le quedan al MAS ahora son: o institucionalizar YPFB o seguir sin vergüenza, llevando a la quiebra a todas las estatales a manos de ineptos (quizás corruptos) interinos.

Con éste escándalo ojalá se fijen en todas las empresas nacionalizadas, quien sabe que cosas están pasando ahí.

Saludos