jueves, 26 de abril de 2007

Diario de viaje V

Miércoles 18 de abril
Pereira, Colombia
8:02
No pude seguir escribiendo ayer a causa del bus. Decía que en la familia Enciso había mucho amor y mucha unión, en muchos sentidos es una familia similar a la mía. Don Hector Rodríguez es un señor muy berraco y estar con él es una berraquera. Ayer conocí a Andrés y Jorge, los dos hijos menores de los Enciso. Ellos están iniciando una cadena de cocktails y helados llamada Cocoloba. Con Andrés nos pasamos la tarde entera charlando del proyecto, me pareció muy interesante. En realidad a lo que ellos apuntan es a captar inversiones de terceras personas para generarles ingresos pasivos. El proyecto me pareció serio y bien organizado aunque todavía en su infancia. Ojala las vaya bien.
Ya hablé con Juan Miguel, el hermano de Andrés Angulo y me está esperando en Popayán. ¡Voy a montar a caballo luego de años! En otras palabras, me via´ partir el trasero.
En Colombia está candente el tema de la parapolítica – vínculos entre políticos y paramilitares. Los paramilitares (también llamados paracos) se crearon como grupos de autodefensa y defensa a sueldo contra la guerrillas de izquierda y degeneraron en grupos terroristas y narcotraficantes. Los paracos nacieron debido a la inhabilidad del Estado de proteger a los ciudadanos. Hoy el Estado está cumpliendo ese rol y por lo tanto los paracos no tienen razón de ser y son un grupo terrorista más. Las guerrillas nacieron por la corrupción de los gobiernos y porque antes solo existían dos partidos políticos – conservadores y liberales – en guerra constante y cualquier grupo alternativo que trataba de surgir era eliminado, incluso mediante la eliminación física de sus miembros, por estos partidos. Por lo tanto la violencia en Colombia data de mucho antes del surgimiento de las guerrillas y es más bien uno de los factores que dieron nacimiento a ésta. La violencia ha sido tan común, larga y generalizada en este país que la gente se refiere a “la violencia” casi como si fuera una entidad física, una institución.
Hoy en día Colombia goza de plenas libertades y garantías por parte del Gobierno y cualquier ciudadano puede expresar sus puntos de vista, formar su partido político y acceder al poder de forma democrática, por lo tanto la guerrilla no tiene una razón válida para existir. Pero existe y sigue insistiendo en llegar al poder por las armas.
A Pastrana mucho se le critica por haber cedido todo a la guerrilla, pero Don Guillermo, en un análisis muy similar al que me hizo Andrés Angulo meses atrás, dice que ese fue un paso necesario, una etapa que debía quemarse. Las negociaciones de paz mostraron que la guerrilla no tiene palabra, no tiene intenciones de buscar la paz y revelaron al pueblo colombiano y al mundo la verdadera cara de la guerrilla. El desprestigio político que sufrió la guerrilla por haberle tomado el pelo a Pastrana – y al pueblo colombiano – permitió el ascenso de Uribe al poder y un apoyo masivo de su política de mano dura. Los avances en seguridad desde que está Uribe son evidentes. Antes era altamente riesgoso viajar por tierra, hoy son pocas las áreas de peligro. Los secuestros, asesinatos y coches bombas no son cosa común y los colombianos empiezan a redescubrir lo que es vivir en paz y con seguridad. Todavía queda mucho por hacerse; los grupos armados están golpeados pero vivos. Roguemos porque Colombia alcance la paz.

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