jueves, 26 de abril de 2007

Diario de viaje IV

Domingo 15 de abril
Popayán, Colombia
22:15
Hoy lavamos mi ropa con la señora Marthica (ella la lavó, yo la colgué). La señora es un amor de gente (me tiene prohibido que le diga señora) y con Don Guillermo se llevan muy bien. El le escribió el soneto que transcribo a continuación:

PARTITURA
Por: Guillermo Enciso Arbeláez.

Cual campana feliz del Dios benigno
que anuncia bendición cuando repica,
es así la presencia de Marthica
pues de bondad en ella todo es signo.

La luna, el sol y todas las estrellas
como el viejo, el adulto y hasta el niño
a ella ven y saludan con cariño
por tener de virtudes las más bellas:

Adoquiera que vaya, su ternura
lleva prendas de paz y de alegría
y alivio a las angustias, su dulzura.

Tanta fineza en ella encontraría
quien busque del Creador la partitura
que gozoso su canto entonaría.
Manizales, Abril 11 de 2005

Me pareció un detalle muy bonito (además que el soneto esta bien hecho) y creo que vale la pena compartirlo. Con la familia Enciso, Don Héctor y dos señoras más hicimos una caminata de 3 horas y media por unas pendientes bravas. Respiré ese aire agreste, puro del campo y sentí después de mucho tiempo el maravilloso olor del umbacá (mierda de vaca). Tomé un montón de fotos del paisaje y de flores silvestres. En el almuerzo Marthica cocinó un plato sencillo pero sabroso, con ese gusto que solo tiene la comida casera. Todos dormimos una siesta y por la tarde fuimos con Don Guillermo y Juan Carlos a tomar café a Juan Valdez. Don Guillermo es profesor de sociología y las charlas con él son muy entretenidas. Ale consiguió un ‘internship’ para el verano, ¡qué belleza! Ya me empezó a picar la barba; las siguientes dos semanas voy a parecer sarnoso.
Martes 17 de abril
11:45
Salgo para Pereira. Dejo Manizales con sus quebradas, paisajes bellísimos y las mujeres más lindas que he visto en Colombia. Dejo a los Enciso, una familia muy linda, muy unida y muy cariñosa.

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