sábado, 1 de septiembre de 2012

Sobre el control de las armas y la prensa


Javier Paz García
El hecho de que ninguna dictadura se haya instaurado en los Estados Unidos tiene mucho que ver con la prohibición constitucional que tiene su gobierno de regular o limitar en cualquier manera la libertad de expresión y la posesión de armas a los ciudadanos. La constitución norteamericana establece en su primera enmienda la libertad de prensa y en su segunda enmienda el derecho de portar armas, precisamente para proteger a sus ciudadanos y para que sus ciudadanos puedan proteger al sistema democrático si éste se ve amenazado. Es que para instaurar una tiranía, es indispensable que los gobernantes controlen la prensa y las armas de fuego.
Pero es raro que un aspirante a tirano declare abiertamente sus verdaderas intenciones. Lo normal es que disfrace sus aspiraciones de poder irrestricto con motivos nobles. Por ejemplo el control de medios de prensa es justificado por los tiranos como una forma de “democratizar” la información. Mario Vargas Llosa ha dicho al respecto que “cada vez que los gobernantes han hablado de democratizar los medios, la libertad de expresión ha entrado en receso y ha desaparecido.” Igualmente, el control de armas es justificado como una medida de seguridad para reducir los crímenes comunes y la violencia. En 1935 Hitler dijo: “Este año marcará un hito en la historia. Por primera vez una nación civilizada tiene un completo registro de las armas. Nuestras calles serán más seguras, nuestra policía más eficiente…”. No es casualidad que Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales adopten políticas parecidas a las de Adolfo Hitler y utilicen los mismos justificativos. Por supuesto prohibir la posesión de armas tiene el efecto contrario, ya que los ciudadanos decentes obedecen la prohibición, pero los criminales no. Es decir, con estas medidas se logra desarmar y desproteger a las personas honestas y dar más bríos a los criminales para que puedan actuar sin miedo.
Tanto las leyes para “democratizar los medios” como aquellas para controlar las armas, tienen como consecuencia concentrar el poder en manos de los gobernantes. Estas leyes ni democratizan los medios, ni reducen la criminalidad, de hecho la aumentan. Hoy en Sudamérica, gobiernos con tintes totalitarios como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Argentina han implementado medidas contra la prensa y la posesión de armas de fuego. Venezuela, a pesar de tener estas imposiciones durante años, es una de los países más peligrosos del mundo en cuanto a criminalidad. En Bolivia el gobierno prohibió las armas el 2008 y la criminalidad ha empeorado. Pero eso no preocupa a los gobernantes porque su propósito no es mejorar la libertad de expresión ni la seguridad ciudadana, sino neutralizar cualquier elemento que pueda interponerse en su proyecto de perpetuación del poder.
Santa Cruz de la Sierra, 01/09/12
http://javierpaz01.blogspot.com/

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