martes, 27 de septiembre de 2011

Los indígenas apoyaron su propia represión

Javier Paz García
Hay un famoso escrito sobre un cura que no hizo nada cuando los nazis se llevaron a los judíos, a los homosexuales, a los gitanos, etc. porque él no era ni judío, ni homosexual, ni gitano… Y cuando vinieron por él no hubo quien lo defienda.
Los indígenas que ahora son reprimidos a palos, apoyaron la imposición también a palos y con muertos de la constitución actual. Participaron de los cobardes cercos al congreso y al menos no se opusieron al cerco a Santa Cruz. Apoyaron o callaron ante la persecución canalla que este gobierno ha realizado y sigue realizando contra la dirigencia cívica, política y empresarial de todo el oriente del país. Entraron entusiastas al juego del MAS de llamar racista y discriminador a todo aquel que no compartía sus opiniones. Participaron o fueron cómplices del golpe de Estado en Pando en septiembre del 2008. Los indígenas reclaman ahora que el gobierno no cumple la constitución, pero ¿es que alguna vez la cumplió? Denuncian indignados las violaciones a sus derechos humanos pero, ¿acaso no había violado con anterioridad los derechos de cientos o miles de bolivianos? Reclaman sus muertos y heridos, ¿y qué es de Christian Urresti, Edson Ruiz y los muertos y heridos de la Calancha, Caranavi o Porvenir? Los indígenas, con su voto le dieron carta blanca una y otra vez al gobierno para que reprima, abuse del poder, mienta, calumnie, persiga y denigre a todo aquel que se oponga al MAS y hoy les tocó a ellos ser víctimas de métodos usados muchas veces por el MAS, con su pleno conocimiento. Aquí no hay nada de qué extrañarnos. Lo novedoso y sorprendente hubiera sido que el gobierno los haya dejado marchar pacíficamente, eso sí hubiera sido raro. No hay un reclamo principista de parte de los indígenas, porque lo que el gobierno hoy hizo con ellos, lo ha hecho muchas veces contra otros, sin que los indígenas digan nada o dejen de apoyar al MAS.
Esta nota no es de regocijo por la suerte de los marchistas del TIPNIS (siento profunda pena e indignación por lo sucedido), es un reclamo y una advertencia a ellos y a todos sobre lo que acontece en Bolivia. Es un llamado a defender los derechos de todos cuando éste o cualquier gobierno los violenta, y no solo los derechos de nuestros aliados y amigos. Es un llamado a los cruceños de defender los derechos de gente como Carlos Mesa o Juan del Granado por más anticruceños que creamos que sean y de los paceños a defender los derechos de los líderes cruceños; es un llamado a defender los derechos de los cocaleros y la libre expresión de las Amalias Pando y los Arturos Mendívil por más odio que sus discursos generen. Y si existe justicia y el día de mañana a Morales y sus secuaces les toca sentarse en el banquillo de los acusados, también exigir que se respeten sus derechos. Solo así tendremos la autoridad moral para exigir que respeten los nuestros y podremos comenzar a construir una sociedad pacífica, tolerante y solidaria. Creo que esa es la más valiosa lección que podemos sacar del TIPNIS.
Santa Cruz de la Sierra, 27/09/11
http://javierpaz01.blogspot.com/

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