domingo, 22 de agosto de 2010

Inconsecuencias con la libertad

Javier Paz García
Sintonizando radio Fides en Santa Cruz, escuché al presentador de noticias criticar a las agencias de empleo y pedir a las autoridades que las intervengan y las prohíban, por “esquilmar” a los trabajadores cuando les consiguen un puesto de trabajo. Voy a ilustrar mi oposición a este tipo de pronunciamientos con un ejemplo: Si yo voy a un banco en busca de un préstamo y considero que el interés es muy alto, simplemente no tomo ese préstamo y si me conviene, lo tomo. Absolutamente nadie en el banco me obliga a recibir el préstamo. Lo mismo sucede con las agencias de empleo, o con agentes de bienes raíces, o con las vendedoras de verduras. Ellos ofrecen un producto y cobran cierto precio por ello, y el interesado decide voluntariamente si compra o no dicho producto. Si una agencia de empleo puede conseguirme un empleo en menos tiempo del que yo tendría que invertir buscando por mi cuenta, es lógico que considere contratar una agencia y pagarle una comisión por esos beneficios.
Toco este tema porque me preocupa inconsecuencia que existe para con la defensa de la libertad individual. Todas las personas, pero especialmente los periodistas que son esenciales en la defensa y promoción de la libertad, deberían pensarlo dos veces, antes de emitir un criterio contrario a una transacción en la cual las partes involucradas participan voluntariamente.
Una agencia de empleo es un intermediario entre un empleador y un empleado, y cobra cierto monto por este trabajo de intermediación. Si este periodista opina que las agencias de empleo deberían estar prohibidas, para ser consecuente con su opinión, también debería propugnar el cierre de bancos, que funcionan de intermediarios entre gente que tiene exceso de fondos y gente que tiene necesidad de fondos; debería pedir a la alcaldía que clausure a todas las cholas en los mercados que nos “esquilman” al vendernos tomates más caro de lo que ellas los compraron; debería propugnar el cierre de agencias de bienes raíces que funcionan de intermediarios entre vendedores y compradores de inmuebles.
Conceptualmente no existe ninguna diferencia entre la función de un banco, una chola de mercado, un agente de bienes raíces y una agencia de empleo, en su rol de intermediarios, y como economista los defiendo, porque juegan un rol importantísimo en la economía. Pero también los defiendo como liberal, y considero que toda persona que promueve la libertad debería hacerlo, porque la actividad de estos intermediarios requiere el libre consentimiento de las partes, y si un empleador y un empleado, libre y voluntariamente deciden usar una agencia de empleo, ¿quién soy yo para prohibirles hacerlo?
Santa Cruz de la Sierra, 20/08/10

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