sábado, 24 de septiembre de 2016

Las taras del feminismo


Javier Paz García
John Stuart Mill publicó en 1869 “El sometimiento de la mujer”, donde defiende la idea de que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres. En tal sentido, quienes defienden la dignidad humana, deben tener una posición similar: la defensa de los derechos civiles y políticos y la igualdad ante la ley para todas las personas.
Sin lugar a dudas hay movimientos feministas que defienden estos conceptos y que por tanto merecen todo el apoyo de quienes persiguen una sociedad libre y abierta. Pero también hay movimientos feministas que en vez de luchar por la libertad de las mujeres, buscan que todas las mujeres se sometan al concepto que sus líderes tienen de lo que debería ser una mujer. De tal manera encontramos líderes feministas que pareciera que rechazan lo femenino y buscan parecerse a un hombre, incluso procurando ser conspicuamente feas; vemos líderes feministas criticando e insultado a las mujeres que deciden incursionar en el modelaje o ponerse implantes mamarios.
Tales feminismos no defienden a la mujer, sino que buscan implantar un modelo de lo que creen que la mujer debería ser, de manera similar a lo que hace el islam que las obliga a usar el burka. En tal sentido buscan someter a las mujeres a su propio concepto de mujer.
La defensa de la mujer, la verdadera defensa de la mujer, aquella que la dignifica en vez de someterla es la que protege sus libertades civiles y políticas. Es la que concibe a la mujer como otro ser humano, ni más ni menos, y que entiende que como ser humano tiene el derecho de ejercitar su libertad y buscar su felicidad, que tiene el derecho de ser ingeniera, ama de casa, política, modelo publicitaria, ejecutiva de negocios, o incluso para poner el oficio históricamente más vilipendiado, prostituta. En tal sentido, ni siquiera tenemos que hablar de una defensa de la mujer, sino de una defensa de la libertad para todos por igual: de la libertad de todos los ciudadanos, hombres y mujeres, para hacer con nuestras vidas lo que queramos, mientras no hagamos daño a otros.
Santa Cruz de la Sierra, 12/09/16
http://javierpaz01.blogspot.com/

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