jueves, 6 de agosto de 2015

Las sutilezas del lenguaje

Javier Paz García
La interacción humana se vale de los diferentes idiomas que el ser humano ha ido desarrollando, desde las lenguas vernáculas hasta los complejos idiomas de programación. Y mientras los lenguajes de programación requieren de exactitud y rigurosidad, los naturales tienen tanta flexibilidad que nos permiten ser chabacanos y aun así hacernos entender.
Sin embargo, el abusar de la chabacanería puede llevarnos a cometer errores de comunicación e interpretación. Verbigracia, no es lo mismo decir “No quiero comer” a decir “No, quiero comer”; “Solicito empleada, inútil presentarse sin referencias” vs. “Solicito empleada inútil, presentarse sin referencias”; “Él viaja sólo en avión” vs. “Él viaja solo en avión” o “Vamos a comer, niños” vs. la atroz “Vamos a comer niños”.
 Por supuesto, las sutilezas del lenguaje no se limitan al lugar donde colocamos la coma en una oración. Recientemente a una concursante de belleza le preguntaron: “¿Qué le diría a la gente que no le gustan los certámenes de belleza?”. La respuesta que quiso dar – o para ser más riguroso, la respuesta que yo supongo que quiso dar – es bastante razonable e incluso inteligente; la respuesta que dio la ha convertido en objeto de burlas. Ella respondió que “Los certámenes de belleza están hechos para las personas que les gustan los certámenes de belleza. Por ejemplo, a mi me gusta el fútbol y no el básquet” cuando lo que quiso decir – nuevamente para ser riguroso, lo que yo supongo que quiso decir – es que a quienes no les gustan los concursos de belleza, tienen la opción de no mirarlos y dedicar su tiempo a otras cosas que sí sean de su agrado, pero que existe un sector de la población que disfruta de los concursos de belleza y en una sociedad libre cada persona tiene derecho a usar su tiempo como le plazca y ver (o no ver) los programas de televisión según sus preferencias.
Reitero que lo que creo que quiso decir es inteligente y propio de una persona tolerante que respeta las diferencias. Felizmente lo que dijo es una simpática tontería, una tautología, una repetición inútil que no genera nueva información, algo análogo a decir que “el color blanco es blanco porque es blanco” o “me gusta la piña porque es deliciosa” pero que tuvo el mérito de hacernos reír e interesarnos más por los concursos de belleza.    
Santa Cruz de la Sierra, 02/08/15

http://javierpaz01.blogspot.com/

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