viernes, 13 de marzo de 2009

Anatomía de un gobierno irresponsable

Javier Paz García
Los principios de responsabilidad financiera son aplicables tanto para individuos, empresas, como gobiernos. Las personas que gastan menos de lo que ganan, tienen la posibilidad de ahorrar e invertir esos ahorros. En el futuro esas inversiones terminan incrementando los ingresos y mejorando sus niveles de vida. Por otro lado, quienes gastan más de lo que ganan, pueden mantener ese gasto solamente mermando sus ahorros o recurriendo a préstamos. Por supuesto, quien se presta dinero, debe pagarlo en el futuro y mientras mayor sea el préstamo, mayor serán los sacrificios que la persona tendrá que hacer en el futuro para devolver ese préstamo.
Aunque a veces pensamos que los países no se rigen por estas normas de sentido común, lo cierto es que estas normas son inescapables para todas las personas o entidades.
En este sentido, uno de los gobiernos más irresponsables del planeta en cuento al manejo de su hacienda es el gobierno de Estados Unidos. La deuda pública de este país es de aproximadamente $us 1,09 x 1014, es decir 10,9 billones de dólares (los anglosajones dicen “trillones”). Esto es aproximadamente 76% del PIB del país. Para tener una referencia de lo que esto significa podríamos ver la deuda de otros gobiernos irresponsables, pero que en este sentido muestran más prudencia que el de Estados Unidos. Por ejemplo, la deuda pública de Argentina es de aproximadamente 51%, de Bolivia 53%, de Ecuador 29%, de Venezuela 17,4% (Datos proporcionados por la CIA – The World Factbook). No por nada, el gobierno de China, que es acreedor de un billón de dólares de deuda del gobierno americano, está preocupado por esta situación, según una nota de la BBC Mundo.
El gobierno de Estados Unidos ha mantenido déficit fiscales crónicos durante la mayor parte del siglo XX comenzando en los años 30, comienza el siglo XXI gastando cientos de millones en una guerra pobremente justificadas (Irak), y ahora gastando otros tantos cientos de millones en rescatar empresas y bancos que no deberían ser rescatados por ineficientes o irresponsables.
A la irresponsabilidad fiscal, debemos agregar la irresponsabilidad monetaria y crediticia del gobierno, que es en buena parte culpable de la actual crisis en el país del norte. Durante gran parte de la presente década la Reserva Federal de los Estados Unidos (Banco Central) mantuvo los intereses bancarios muy bajos, lo cual creó los incentivos para que la gente se preste dinero de los bancos. Por otro lado el gobierno creó leyes y normas que facilitaron el crédito de viviendas. A las corporaciones semi-públicas Fannie Mae y Freddie Mac que tienen la mayoría de los créditos de vivienda en el país, se las hizo rebajar sus requisitos de solvencia para adquirir un crédito hasta el punto que incluso un desempleado sin patrimonio podía adquirir una casa sin poner ningún capital en avance. Como resultado de esto, no es de extrañar que miles de personas adquirieran créditos que no podían pagar.
Como dije al comienzo, cuando una persona adquiere una deuda, tiene que hacer un sacrificio en el futuro para poder pagarla. Con los gobiernos es lo mismo, con una gran diferencia: en el caso de una persona, es la misma persona quien realiza el sacrificio de ahorrar en el futuro para pagar esa deuda. En el caso de un gobierno, son futuras generaciones de ciudadanos quienes tendrán que pagar las deudas contraídas por la irresponsabilidad de generaciones actuales y pasadas. Por su puesto, esto crea el incentivo para que los gobiernos gasten; total si quienes van a pagar la cuenta son personas que todavía no han nacido.
La Paz, 13/03/09.

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