miércoles, 31 de octubre de 2007

Mente caprichosa

El cansancio hacía presa de mi cuerpo; sin embargo no podía dormir. Ni la preocupación de la inmediatez de la mañana con sus consecuentes actividades laborales pudo sacar de mi cabeza el deseo de escribir. Muchas veces había postergado el tema, muchas veces la tele, la lectura o el sueño habían vencido, pero no esta vez, ahora mi mente no sucumbiría o mejor dicho, no me permitiría sucumbir al deseo de escribir. Yo traté, lo juro. Traté de cerrar los ojos y callar la mente. Pero ésta también puede ser caprichosa y decidió que yo no dormiría antes de darle gusto. No me quedó más. Mas tarde publicaré mi desvelo. Ahora me toca soñar.

1 comentario:

MiRiam dijo...

El prurito de escribir lo tenemos, como tu, muchos. Pero más que un cuantioso blog con muchas entradas, o un blog profuso, como me has aconsejado, prefiero darle calidad. Escribir, escribe cualquiera –inclusive yo- pero escribir bien y con sustancia... muy pocos. Cada cosa a su tiempo, y lamentablemente ocho horas de trabajo (no literario), un doctorado y el hogar, no me dejan claros en el día para narrar nada que tenga el valor que yo quisiera. Tengo una prioridad ahora, y con mis 23 años, sé que puedo llevar a cabo todo lo que estoy haciendo, que no es poco y sólo cuento con el apoyo de una persona a la que quiero con el alma, pero que también demanda dedicarle tiempo, bastante tiempo. No puedo negárselo, ni al doctorado y tampoco al trabajo. En un futuro cercano podré complacerte con un blog profuso, abundante y sobretodo, de excelencia. Por ahora, sólo escribo, alguna cosa que otra, y cuando puedo. Ojalá pudiera sacrificar las pocas horas de sueño que tengo para escribir, pero... aún necesito dormir. :)
Saludos cariñosos.