viernes, 6 de julio de 2007

Desabastecimiento de combustibles e inflación

Javier Paz García

El sustento de nuestra economía se basa en la producción de bienes tangibles. Otras economías producen y exportan servicios – Suiza exporta servicios financieros, Santo Domingo tiene un turismo internacional, Estados Unidos exporta tecnologías, innovaciones y películas, por dar algunos ejemplos. Nosotros en cambio dependemos de nuestra agroindustria y recursos naturales. Estas industrias son muy sensibles al costo del combustible y obviamente a la falta de éste.
Veamos por ejemplo el caso de un aserradero. Para que funcione, necesariamente necesita de diesel. Si el diesel se acaba, el aserraje se paraliza. Sin embargo algunos costos no se paralizan; los sueldos y comida para los trabajadores, las multas y contratos perdidos por incumplimiento, el inexorable pago de intereses sobre el capital, son algunos de los costos que no se congelan ante la falta de carburante. El empresario tiene que cubrir estos costos y por tanto requiere subir el precio de su madera. Si no lo hace, funcionará a perdida y eventualmente quebrará.
El dueño de nuestro aserradero hipotético, por causa de la falta de diesel, producirá menos madera y además tendrá que venderla a un mayor precio para cubrir sus costos fijos. El efecto macroeconómico será una disminución en la oferta de madera y un incremento en su precio. Esto ocasionará que toda industria que usa la madera, tenga una contracción de su actividad, por el simple hecho de que hay menos madera en el mercado y porque además está más cara; los muebles van a subir de precio, las casas van a subir de precio, y los tacuses van a subir de precio.
Este resultado se extiende a toda industria que requiera diesel y sea desabastecida de este combustible. Si se pierde parte de la cosecha de soya entonces, la oferta de soya va a decaer, su precio va a aumentar, y el aceite de soya también. Si el trigo disminuye por causa del desabastecimiento, adivinen que va a pasar con el precio del pan… es correcto, va a aumentar, y si el gobierno prohíbe el aumento de precio, entonces las panificadoras dejarán de hacer pan, y usaran la harina para otros productos ¿No es eso lo que está pasando ahora?
Conste que los aumentos de precios no se dan por causa de ningún complot del productor o de algún deseo de desestabilización. Ni se dan para castigar al gobierno ni al consumidor. Simplemente se dan porque el productor tiene que cubrir sus costos para seguir produciendo y si sus costos aumentan, entonces el precio final del producto tendrá necesariamente que aumentar.
El departamento de Santa Cruz lleva meses de desabastecimiento. He constatado personalmente que en varios pueblos de la chiquitanía se acaba el combustible antes del medio día. Mi padre me dice que hace meses que viene sucediendo lo mismo. Y los efectos se empiezan a sentir; en los mercados TODO ha subido de precio. Y sin embargo el Gobierno dice descaradamente que todo está bajo control, que no hay desabastecimiento, que la inflación está dentro de lo esperado y que aquí todo es un vaso de leche. Ante tales declaraciones yo les pregunto ¿de cuál país están hablando estos señores?... porque en Bolivia las cosas están mal.
Santa Cruz de la Sierra, 05/07/07.
El Deber, 10/07/07.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mas claro imposible!!
Saludos,