Javier
Paz García
¿Fue Mario Vargas Llosa
un político fracasado? Su trayectoria política consiste en una candidatura a la
presidencia del Perú en 1990, donde perdió con Alberto Fujimori, por lo que es
natural concluir que sí.
La ciencia es el intento
de los seres humanos de encontrar explicación a los fenómenos de nuestro mundo;
en esencia, trata de establecer la causalidad de los hechos. Y nos enseña por
ejemplo que a una atmósfera de presión, si el agua hierve a 100 °C, se evapora.
Llegamos a esta conclusión porque hemos presenciado este fenómeno millones de
veces, siempre con el mismo resultado. Estos experimentos no son replicables al
estudio de la historia, que también intenta explicar la causalidad de las
sociedades humanas. Por ejemplo, cuando decimos que las duras condiciones del Tratado
de Versalles, generaron descontento en la sociedad alemana, lo que llevó al crecimiento
del movimiento nazi y eventualmente a la segunda guerra mundial, estamos
tratando de explicar fenómenos en términos de A produjo B. Pero estas
aseveraciones son inverificables. No podemos hacer un “experimento” donde
exista una Alemania con Tratado de Versalles y otra sin el tratado y ver empíricamente
si en está no aparece el nazismo y no se da la segunda guerra mundial. No
podemos deducir el devenir de la historia con el mismo grado de certeza que
tenemos para descubrir a qué temperatura hierve el agua.
Jorge Luis Borges dice
que “la historia, la verdadera historia, es más pudorosa y que sus fechas
esenciales pueden ser, asimismo, durante largo tiempo, secretas.” Y especula por
ejemplo que la introducción de un segundo actor en el teatro por parte de Esquilo
podría tener mayor trascendencia que muchos hechos ampliamente documentados,
digamos la revolución francesa o la caída del muro de Berlín.
En 1987 el gobierno de
Alan García intentó nacionalizar la banca en Perú. Mario Vargas Llosa organizó
un movimiento contra estos intentos estatizantes y logró cambiar la opinión
pública y frenar las intenciones de García. Desde entonces, en Perú no se ha
vuelto a flotar la idea de nacionalizar la banca privada y que incluso, a pesar
de la inestabilidad política, el desprestigio de los políticos y los cambios
frecuentes del presidente de la nación, el Banco Central del Perú goza de
independencia y es muy respetado por la sociedad en general.
Si medimos el éxito de
un político por los cargos que ocupó, las elecciones que ganó o la plata que
robó, Vargas Llosa no merece mención alguna y tendríamos que rendir honores a
Fidel Castro, Rafael Trujillo o Evo Morales que hundieron a sus países en la
pobreza y el autoritarismo. Pero si entendemos que el ejercicio de la política
tiene como objetivo preservar la libertad y mejorar la vida de los pueblos, entonces
podríamos concluir que Mario Vargas Llosa, sin ganar una elección y sin asumir ningún
cargo público, ha sido más exitoso que estos sátrapas. Tal vez el Perú le debe más
al Nobel de literatura que a muchos de sus presidentes y ministros y tal el actual
presidente del Banco Central del Perú le debe el cargo, pero estas
aseveraciones son inverificables porque la historia tiene su pudor y deja cosas
para la imaginación.
Santa
Cruz de la Sierra, 18/04/25
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