miércoles, 6 de febrero de 2013

Sobre la moral de los masistas


Javier Paz García
Evo Morales subió al poder con la promesa de un cambio. Cambio con respecto a la corrupción, al pillaje, al tráfico de influencias y al enriquecimiento ilícito que caracterizaron a los gobiernos anteriores. Postuló un cambio moral, con gente honesta y trabajadora que iba a velar por los intereses del pueblo. ¿Hubo ese cambio moral? ¿Son nuestros actuales gobernantes moralmente superiores a sus antecesores? Veamos:
El líder del MAS y presidente de Bolivia, Evo Morales, proclamado por sus allegados como “reserva moral de la humanidad” fue denunciado por la madre de uno de sus hijos por no pagar pensión. Asumió de presidente con la promesa de que en su gobierno no habría muertos y hay decenas. El mismo Evo cometió la impostura de decir que cuando algo no es legal él le mete nomás, su doble moral con respecto a su discurso en defensa de los indígenas y el medio ambiente y el caso de la carretera por el TIPNIS es evidente: ¡Hasta ahora existen responsables de la golpiza a los marchistas indígenas! El vicepresidente Álvaro García declaró orgulloso que él aprendió a matar. La estatal petrolera YPFB ya tiene acumulado varios escándalos por corrupción. El caso Sanabria muestra hasta donde ha llegado el narcotráfico. Y cuando el caso Ostreicher parecía ser la cúspide de la corrupción moral que impregna al partido de gobierno, aparece un video de un asambleísta regional del MAS violando a una mujer ebria. El senador Fidel Surco abandonó a su esposa que se encuentra inválida por una bomba que venía en un paquete que según ella, él le indicó que abra; tuvo un accidente manejando borracho. Algunos lo consideran un héroe por pedir a las cerveceras que no incrementen el precio de esta bebida. El senador del MAS Eugenio Rojas es famoso por el cruel, grotesco, macabro y repugnante degollamiento de perros bajo la amenaza de que lo mismo le iba a suceder a los cruceños. Margarita Teran, quien fuera alta dirigente del MAS y asambleísta constituyente, fue detenida junto a su hermana con 147 kilos de cocaína. Y la lista podría continuar, con casos de impunidad, corrupción, tráfico de influencias y otras tropelías que involucran a funcionarios (altos y bajos) de la actual administración.
¿Pueden los actuales gobernantes atribuirse una superioridad moral con respecto a sus antecesores? De ninguna manera.
Santa Cruz de la Sierra, 03/02/13
http://javierpaz01.blogspot.com/

1 comentario:

Unknown dijo...

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Liliana.