lunes, 23 de octubre de 2006

Mi último otoño en Fayetteville


La clorofila se repliega lentamente y el verde que dominaba el paisaje va desapareciendo para dar lugar, por cortísimo tiempo, a un explosivo espectro que va desde tornasolados amarillos y naranjas hasta rojos vivos y purpúreos. Las temperaturas son agradables, el sol radiante y el paisaje en los Ozarks Arkansianos es cada día más deslumbrante. Son siete otoños los que ya he pasado aquí, éste será el octavo y último. Por eso lo espero, por eso lo añoro y lo disfruto más que los anteriores. Ya pasó el equinoccio y a este milagro apenas le quedan unas semanas; posteriormente el color y la vida abandonaran a las hojas y éstas a los árboles. Será el presagio del invierno apático que, con su irremediable frío, nos acompañará por varios meses. Por ahora pretendo ignorar tal futuro y elijo disfrutar de este regalo de magia y esplendor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

como va pana..... me imagino q al leer tus articulos te... asimila a mi en el temario de la politica ..... "creo" q parece q si q bueno q existan jovenes q le interese las problematica del pais ... y el futuro de bolivia...atte sergio antelo sergioantelo81@hotmail.com