Javier Paz García
La firma de los “decretos prefecturales” para elegir subprefectos por voto democrático causó un barullo en el gobierno central, quien dijo que tales decretos eran inconstitucionales y eran una maniobra para figurar por parte del prefecto Rubén Costas. A esto respondo que Bolivia está en un periodo de transición, que las autonomías son algo nuevo e incompleto en el país, con muchas áreas grises y negras. Los vacíos jurídicos, inherentes en todo proyecto de tal envergadura, como es crear autonomías, necesitan tiempo para ser llenados. Por ahora los prefectos están desempeñándose en una función que están construyendo mientras avanzan, por lo tanto están destinados a cometer errores. Volviendo al tema de los decretos de Camiri, el gobierno pudo haber dicho que apoyaba la iniciativa del prefecto Costas pero que existían ciertos aspectos jurídicos que debían ser resueltos antes de continuar con tal iniciativa. Un comunicado del gobierno que vaya por estas líneas hubiese sido prudente y laudable. Sin embargo, el gobierno central en ninguna ocasión, hasta donde yo sé, ha dicho algo positivo sobre la iniciativa del prefecto Costas. Más bien, se ha agarrado del único punto del cual podía agarrarse para crear una confrontación con la primera autoridad del departamento. Ha dicho, irónicamente, que lo que Costas busca es protagonismo, cuando nada más y nada menos que nuestro Presidente de la República, Capitán General de las Fuerzas Armadas y el más alto funcionario de este gobierno ha hecho un hobbie de decir disparates en los medios de prensa. Con respecto al tal deseo de protagonismo, aclaro que el compromiso de tener elecciones de subprefectos fue parte de la plataforma de campaña de Rubén Costas, él reiteró este compromiso una vez fue elegido prefecto, y en Camiri simplemente oficializó lo que ya había dicho. Nada nuevo fue dicho en Camiri, por lo tanto no tengo claro de donde viene la acusación de buscar protagonismo. Lo que sí tengo claro es que al gobierno no le interesa trabajar de manera conjunta y constructiva con las prefecturas. Tengo clarísimo que es el gobierno central el que busca protagonismo a como dé lugar al mismo tiempo que trata de desprestigiar a los prefectos. Es evidente asimismo que al gobierno le interesa poco o nada que las autonomías lleguen a las provincias. Es obvio para mí que este gobierno se agarró de un tecnicismo menor para criticar a Costas y desviar la atención del fondo del asunto: llevar la democracia a las provincias (si los decretos hubiesen sido para cambiar las tejas de la prefectura, no se hubiera armado este barullo). Lo que no tengo claro son los motivos que pueda tener el gobierno para atacar a Costas. ¿Es porque tiene algún interés en desprestigiar y desgastar al prefecto cruceño? ¿Será que no le conviene que las autonomías lleguen a las provincias? ¿O es porque fue Santa Cruz la de la iniciativa, y hay que hacerle oposición a toda iniciativa cruceña? Tal vez son las tres cosas, tal vez algunas más. Por mi parte propongo que el prefecto deje de emitir decretos, por ser estos inconstitucionales. Pero como algo hay que emitir, y estas emisiones precisan de nombre, sugiero la siguiente lista: ordenanzas prefecturales, iniciativas departamentales, códigos de la región, asuntos importantes, proyectos a realizarse, estudios vinculantes, y deseitos mañaneros. Seguramente el gobierno tendrá alguna objeción para cada uno de estos nombres, pero cuando se acabe esta lista, nos inventamos otros.
Fayetteville, 05/0?/06.
El Deber, ??/??/06.
miércoles, 18 de octubre de 2006
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