Javier Paz García
El presidente de la República, Evo Morales, viene diciendo casi desde el inicio de su mandato constitucional que hay sectores que conspiran contra él y su gobierno. Presento aquí pruebas irrefutables de que en efecto existe una conspiración en contra suya.
Tenemos un Presidente que ha acusado indiscriminadamente a todo y a todos de conspirar contra el gobierno, sin haber presentado nunca una sola mísera prueba para respaldar tales acusaciones; un Presidente que en vez de gobernar el país ha dedicado sus energías a dividir a la nación mediante discursos demagógicos llenos de odio, revanchismo y mentiras; un Presidente que atenta cuanto puede contra las instituciones republicanas, comenzando con las Fuerzas Armadas, en el afán de ubicar en puestos de gobierno a sus obsecuentes seguidores; un Presidente que ha promovido la lucha de clases y no la unión y cooperación entre éstas; un Presidente que ha exacerbado el enfrentamiento entre regiones a un nivel que yo no había visto hasta ahora; un Presidente que amenaza cerrar el Legislativo y que se ha puesto por encima la ley de la nación y del Congreso Nacional; un Presidente que pretende alterar el rol que el Congreso y el pueblo le han dado a la Asamblea Constituyente con el propósito de satisfacer sus ansias totalitarias; un Presidente que ha llevado a la democracia a sus niveles más débiles desde que ésta se reinicio a comienzos de los 80; un Presidente cuyo gobierno tiene como política oficial, públicamente anunciada y repetida en cada acción y discurso que Santa Cruz está mejor sin cruceños, que los cruceños son oligarcas culpables de todos los males de la patria y que hay que acabar con éstos a toda costa; un Presidente que sataniza a todo aquel que se opone a él; un Presidente que gobierna sólo para aymaras y quechuas en detrimento de todos los demás y que toma decisiones no basado en el sentido común, sino en sus rencores, complejos y resentimientos. Por esto y por cosas que la memoria y la mesura me obligan a omitir es que concluyo que Evo Morales Ayma, teniendo una oportunidad tal vez única de sacar adelante al país, habiendo comenzado con la mayor legitimidad que un presidente puede tener, siendo capaz de unir al país, ha hecho todo lo contrario: ha perdido la confianza de gran parte del pueblo boliviano, ha perdido legitimidad, ha defraudado las esperanzas de muchos, ha traicionado a la democracia y ha traicionado a la nación. En definitiva, ha sido Evo el mayor conspirador contra Evo.
Fayetteville 14/08/06.
El Deber, 08/09/06.
viernes, 20 de octubre de 2006
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