Javier Paz García
Evo Morales ganó las elecciones con más del 50% de la votación, algo histórico en Bolivia. En enero comienza un nuevo periodo en su vida con retos y responsabilidades que todavía no conoce. Como líder cocalero y diputado nacional Evo fue reaccionario y crítico del gobierno y otros grupos sociales. Su base fueron los cocaleros del Chapare y nunca tuvo que responder a ninguna otra organización. Desde enero Evo tendrá que responder a todos: cocaleros, empresarios, obreros, agricultores, etc. Como conductor del país ya no tendrá a nadie para echar la culpa. Tendrá que lidiar con todos los grupos sociales, y de exigir, tendrá que aprender a negociar y conciliar. Tendrá que distribuir un presupuesto limitado para aplacar demandas inacabables. De bloqueador pasará a bloqueado, de repartidor de culpas a culpable, de prometedor de utopías pasará a responsable de poner en practica políticas económicas y sociales. Dada nuestra cultura de bloqueos y protestas, Evo no tardará en quedar cercado de pliegos petitorios, demandas, bloqueos, plazos, huelgas y marchas y toda la gama de productos que nuestras organizaciones sociales y sindicales han creado y pulido hasta la perfección.
Gobernar Bolivia en estas condiciones no es fácil para nadie y no lo será para nuestro próximo presidente, un hombre autoritario, sin educación ni experiencia en la administración pública y más acostumbrado a insultar y atacar que a conciliar y crear propuestas. A esto hay que agregar dos puntos adicionales, Evo no tendrá el mismo control de las prefecturas que hasta ahora han tenido los presidentes y segundo, dado su origen indio y su discurso electoral, las expectativas de la gente que lo apoyo son muy altas. Este segundo punto será devastador para su presidencia. Muchos esperan que con Evo, los problemas de Bolivia se acaben de la noche a la mañana. Tales expectativas son irrealizables, y por más voluntad que el próximo gobierno ponga, Bolivia seguirá siendo un país pobre y atrasado por muchos años más. Eventualmente las protestan y los bloqueos van a comenzar y probablemente vendrán de la misma gente que lo apoyó y votó por él.
Existe un punto a favor de Evo, hoy por hoy tiene un apoyo sin precedente, y en el corto plazo era el único candidato que tenía chance de alcanzar paz y estabilidad social, la victoria de cualquier otro candidato hubiese mantenido el estado de agitación en que se encuentra el país. Por mi parte lo felicito por su victoria y le deseo éxito en la difícil tarea que está por empezar.
Fayetteville, 20/12/05.
El Deber, 30/12/05.
martes, 17 de octubre de 2006
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