lunes, 2 de noviembre de 2009

Consecuencias de los controles de precio

Javier Paz García
¿Qué pasa cuando el gobierno fija un precio tope a un producto? Primeramente, es obvio que si el precio del mercado está por debajo del precio tope establecido por el gobierno, entonces, el control de precio no tiene ningún efecto (en realidad sí tiene efectos indirectos como ser las señales que manda sobre seguridad jurídica, pero por el momento no vamos a analizarlos).
Por otro lado, si el precio establecido por el gobierno es inferior al que se establecería libremente en el mercado (asumiendo un mercado competitivo), el resultado será un incremento en la cantidad demandada del mismo y una disminución en la cantidad ofertada. Por ejemplo, si el tomate baja de precio, los consumidores querrán comprar más tomate y los productores querrán producir menos tomate. Si previamente existía un equilibrio entre la oferta y la demanda de tomates, una disminución de precios provocará el desabastecimiento de este producto.
Los controles de precios además conllevan a la aparición de mercados negros donde los vendedores y compradores están dispuestos a intercambiar el producto por un precio superior al establecido por el gobierno. También generan discriminación sobre quienes tienen acceso al producto, ya que, al existir demasiados compradores, los productores pueden elegir a quienes vender y a quienes no vender.
En el largo plazo, también decae la calidad del producto, porque si los productores se ven forzados a disminuir sus precios, entonces utilizan insumos de menor calidad para producir.
Finalmente, si el precio establecido por el gobierno está por debajo del costo de producción, eventualmente la industria desaparece.
Esto lo sabe cualquier estudiante de primer año de economía, por lo que cual no le puede sorprender que por ejemplo haya desabastecimiento de leche en Venezuela, o que el servicio de transporte público en Bolivia sea de los peores de Latinoamérica en cuanto a calidad. Y si a un buen estudiante de primer año de economía le preguntan que se puede hacer para acabar con el desabastecimiento de leche en Venezuela y mejorar la calidad del transporte público en Bolivia, su respuesta será que habría que eliminar los controles de precio.
El infierno está empedrado de buenas intenciones, reza un refrán. Los topes de precio generalmente se establecen para ayudar a las familias pobres a tener acceso a cierto producto a un “precio justo”, sin embargo tienen como consecuencia privarles de dicho acceso, ocasionando desabastecimientos, mercados negros, discriminación en la asignación del producto y disminución de la calidad.
Santa Cruz de la Sierra, 30/10/09

El Sucre, más allá de la retórica

Javier Paz García
Recientemente, algunos países sudamericanos propusieron la creación del Sucre, una moneda común para la región, que inicialmente reemplazaría al dólar como medio de intercambio entre gobiernos, para posteriormente convertirse en una moneda real de uso comercial.
La mayor ventaja de tener una moneda común es la reducción de los costos de transacción en el comercio de los países miembros. Por ejemplo, tener que convertir pesos chilenos a bolivianos y bolivianos a pesos argentinos tiene un costo que se puede eliminar si los tres países utilizan una moneda común.
Por otro lado, la implantación de una moneda común tiene sus costos y dificultades. Los países que estén dispuestos a formar parte de una zona monetaria, deben renunciar a una política monetaria independiente, cediendo soberanía a un ente supranacional. Ceder la soberanía de la política monetaria puede ser políticamente complicado por razones ideológicas. Seguramente en varios países de la región, los debates sobre la adopción de una moneda común estarían basado en consideraciones “patrióticas”, más que técnicas. Además existe la susceptibilidad de países con políticas monetarias serias y responsables, de ceder dicha potestad a un ente compuesto por países con políticas fiscales y monetarias irresponsables.
Pero incluso, una vez superadas las dificultades políticas, los problemas técnicos de implantar una moneda común no son menores. Una moneda común básicamente significa la adopción y el compromiso de un tipo de cambio fijo entre los países miembros. Por ejemplo, hoy en día, el tipo de cambio entre Bolivia y sus países vecinos fluctúa diariamente. Adoptar una moneda común es similar a mantener los tipos de cambios fijos entre los países miembros, con la diferencia que la moneda común implica un compromiso de largo plazo de mantener dichos tipos de cambio. El problema está en que el tipo de cambio de una moneda en relación a otra afecta el intercambio comercial que existe entre los países que emiten dichas monedas. Por ejemplo, a Bolivia le puede convenir tener un tipo de cambio diferente al que tiene Brasil con respecto al yuan chino. Si Bolivia y Brasil tienen una moneda común, pues el tipo de cambio con respecto al yuan debe ser el mismo para ambos países. Por ello, determinar el tipo de cambio, al menos inicialmente, no es fácil.
Cuando los países miembros de una zona monetaria son económicamente similares entre sí, tienen fuertes lazos comerciales y una economía diversificada estas dificultades disminuyen y los beneficios de una moneda común aumentan. Este no es el caso de Sudamérica donde existen grandes asimetrías con respecto al tamaño de los países y su nivel de industrialización, y el grado de comercio interno.
Pero además una moneda común, no solo requiere de un Banco Central común, sino también de una ingeniería institucional seria, donde los países miembros se manejen responsablemente, con límites al nivel de endeudamiento y déficit fiscales y otros requisitos que hoy no se cumplen.
Falta mucho para que una moneda sudamericana sea técnicamente factible y beneficiosa.
Santa Cruz de la Sierra, 23/10/09

viernes, 16 de octubre de 2009

Una propuesta de seguridad ciudadana desde la autonomía

Javier Paz García
Uno de los males que más ha aumentado y que cada vez causa mayor malestar entre la población es la inseguridad ciudadana. Los atracos, robos y asesinatos son cosa de todos los días, las pandillas se han apoderado de ciertos barrios y la gente en general vive atemorizada.
La delincuencia es un fenómeno local, de barrio, de ciudad, y generalmente los delincuentes también pertenecen al barrio o la ciudad donde cometen sus fechorías. Es lógico por lo tanto que sea a nivel municipal y barrial donde se busquen las soluciones para disminuir la delincuencia.
En Bolivia no se da esa lógica. Aquí todo viene desde el centro, desde la sede, por más ajena que ésta sea a los problemas de la periferia.
A pesar del carácter centralista del país y de quienes ostentan el poder, existen medidas que se pueden (y se deben) tomar desde los gobiernos locales.
En el tema de la seguridad ciudadana, es claro que un barrio no va a tener las mismas necesidades que otro. Tal vez en uno, el alumbrado público disminuya la criminalidad sustancialmente, mientras que en otro sea necesario tener una guardia municipal. De igual manera, la ciudad de San Rafael requiere soluciones diferentes a las de Santa Cruz de la Sierra, por ejemplo. Pero estas particularidades no pueden ser resueltas desde el centralismo en La Paz. Es evidente que un burócrata en la sede de gobierno no puede saber que en un barrio todo lo que se necesita para disminuir el crimen es poner luminarias, mientras que en otro se necesita poner un centro deportivo. Esto tampoco se le puede exigir al nivel departamental. Pero los vecinos sí están en condiciones de tomar este tipo de decisiones y mejorar sustancialmente su seguridad. Las alcaldías, por ser las entidades de gobierno más cercanas al ciudadano, están en mejores condiciones que los otros niveles, para causar un impacto positivo en la seguridad ciudadana.
En este sentido, la alcaldía cruceña, que ya tiene una guardia municipal, podría incrementar sus efectivos y empezar un programa de patrullas preventivas en zonas de alta delincuencia. La descentralización se puede aplicar en todos los niveles, y la alcaldía podría por ejemplo, crear distritos de seguridad descentralizados por toda la ciudad, que habiten, patrullen y cuiden su distrito, y que al tener un radio de acción reducido, puedan prestar un servicio rápido cuando sean requeridos. Hacer algo así, ayudaría a acercar al vecino con su centro distrital de seguridad, permitiendo que dichos centros, puedan implementar planes de acuerdo a las necesidades de la zona.
Lo anterior es simplemente una idea, pero estoy seguro que si se implementara un servicio “policial” descentralizado que permitiera canalizar las inquietudes y propuestas de la población, saldrían muchas y mejores ideas y veríamos una sustancial mejora en la seguridad ciudadana y la calidad de vida de todos. Esa es la esencia de la autonomía, lograr que las soluciones sean debatidas e implementadas desde la ciudadanía y que los diferentes niveles de gobierno sean receptores y catalizadores de esas propuestas y soluciones.
Santa Cruz de la Sierra, 16/10/09

¿Una burbuja en Beijing?

Javier Paz García
Es la pregunta que hace la revista británica The Economist en un artículo de su última edición. La razón es un alza en el valor de las acciones en el mercado de valores chino y en el precio de las casas. Como explica el artículo, el mercado de propiedades chino no está muy sobreevaluado, los precios de las casas no se están incrementando de forma acelerada, la proporción de la población que tiene su casa hipotecada es baja, y el porcentaje de las hipotecas sobre el valor de las casas es también bajo, por lo cual, incluso si se da una burbuja inmobiliaria, es imposible tenga un efecto similar al que tuvo en los Estados Unidos.
Sin embargo, en el mediano y largo plazo existe el riesgo de que el exceso de liquidez ocasiones dicha burbuja inmobiliaria. Para evitarla, la revista advierte que China debe apreciar su moneda.
El gigante asiático está soportando bastante bien la crisis financiera, creciendo todavía de manera robusta, para ello, ha continuado con su política de mantener el yuan artificialmente bajo para favorecer sus exportaciones.
Apreciar el yuan puede tener importantes consecuencias en el resto del mundo. Primeramente, no hacerlo puede llevar en el mediano, como ya lo dijimos, a una burbuja en el precio de los activos que termine por reventarse y causar ajustes bruscos y dolorosos en su economía, con los consiguientes ajustes bruscos y dolorosos en las economías que son altamente dependientes de la demanda china. Por otro lado, apreciar el yuan puede frenar el ritmo de crecimiento chino y el crecimiento mundial en un momento en que el globo está en recuperación y donde muchos países, especialmente los productores de materias primas dependen de China para colocar sus productos y obtener buenos precios. Además dada la enorme cantidad de bonos del tesoro de los Estados Unidos que China posee, una apreciación del yuan (que implica una depreciación del dólar), significa importantes pérdidas contables para el banco central chino.
Para América Latina, las decisiones que pueda tomar China con respecto a este tema son vitales, ya que una recesión en este país significa casi de manera inmediata una depresión en muchos países de la región que verían los precios de sus productos irse a los suelos.
Aunque técnicamente es posible mantener el yuan (o cualquier moneda) devaluado por el tiempo que se quiera, económicamente no tiene sentido porque encarece los costos de vida de la población y políticamente es muy difícil por las presiones de los países que ven sus balanzas comerciales mantenerse negativas sostenidamente.
Por ello, la pregunta no es si China va dejar o no que su moneda se aprecie, sino cuándo y en qué grado.
Santa Cruz de la Sierra, 08/10/09

Los culpables de la crisis financiera mundial

Javier Paz García
La crisis económica que vive actualmente el planeta comienza a finales del año 2006 con la desaceleración y posterior caída del mercado inmobiliario en los Estados Unidos. Las causas principales de esta burbuja inmobiliaria fueron las bajas tasas de interés fijadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos, los incentivos fiscales creados por el gobierno de los Estados Unidos, y la relajación en los requisitos para otorgar créditos inmobiliarios por parte de agencias semi - gubernamentales como Freddie Mac y Fannie Mae, las cuales controlan cerca del 50% del mercado inmobiliario estadounidense.
Posteriormente las entidades financieras privadas empiezan a titularizar las hipotecas y a venderlas por todo el mundo sin realizar un adecuado análisis de riesgo de las mismas.
Es decir, el gobierno de los Estados Unidos, tomó decisiones equivocadas, bajando las tasas de interés, dando incentivos fiscales y bajando los requisitos para que la gente pueda acceder a una hipoteca y estas decisiones equivocadas llevaron a un auge y luego la caída del sector inmobiliario. Lo irónico es que el gobierno, el cual tomó las malas decisiones que llevaron a la crisis, culpó al sector privado de la misma, y decidió que es el gobierno quien, con su sabiduría y su búsqueda del bien común va a salvar al mundo (Keynes vuelve con fuerza).
No cabe duda que el gobierno de Estados Unidos es uno de los principales responsables, de la burbuja inmobiliaria que luego ocasionó la crisis financiera y terminó en una crisis mundial. Sin embargo sería interesante analizar por ejemplo, el rol del gobierno chino en la creación de la burbuja inmobiliaria.
Para mantener su divisa subvalorada y favorecer sus exportaciones, el gobierno chino ha comprado dólares y bonos del tesoro de Estados Unidos por un valor de 900.000 millones de dólares. Esto provocó un aumento de la liquidez, una caída en el nivel de ahorros y un mayor nivel de endeudamiento en el país del norte.
Es improbable que la crisis hipotecaria norteamericana hubiera tenido la intensidad que tuvo, si China, no hubiera financiado la economía norteamericana por una década, como lo hizo y lo sigue haciendo.
De la misma manera, no se pueden dejar de lado los ataques terroristas del 11 de septiembre en la determinación de bajar las tasas de interés.
No es la intención de este artículo determinar cuáles son los culpables de la crisis financiera mundial, sino precisamente, mostrar la dificultad de hacer esa determinación. La economía global es interdependiente, y lo que pasa en un país tiene repercusiones en muchos más, como lo demuestran la crisis asiática del 97, o la crisis de las hipotécas subprime del 2008. Además, así como toma muchos años para poder cosechar los frutos de una semilla de naranjo, también los efectos (buenos o malos), que vivimos hoy, pueden ser producto de decisiones tomadas hace años o incluso décadas por personas o países ajenos a nosotros.
Santa Cruz de la Sierra, 04/10/09

La falacia de la soberanía alimentaria

Javier Paz García
Supongamos que cada departamento de Bolivia tuviese que alcanzar la soberanía alimentaria; es decir, que cada departamento tuviera que producir la totalidad de los alimentos que consume. En este caso, Oruro tendría que producir su propia carne vacuna, el Beni su papa, Pando sus propias uvas, etc.
Es evidente que el requisito de soberanía alimentaria impuesto para cada departamento del país es altamente costoso. Más eficiente sería que cada departamento se especialice en los productos donde, por las características geográficas, climáticas e históricas, tengan alguna ventaja competitiva, y luego comercien entre sí. Es más eficiente que el Beni provea de leche y carne vacuna a Oruro y que a su vez Oruro provea la papa y la quinua para el departamento del Beni. Imponer la soberanía alimentaria por departamento significa que, en lugares donde no existen las condiciones para producir ciertos alimentos, el costo de los mismos será alto. Criar vacas en Oruro es mucho más costoso que criarlas en el Beni. Por lo tanto, bajo un régimen de soberanía alimentaria por departamento, el costo de la carne vacuna en Oruro se elevaría a tal punto que muchos orureños dejarían de consumirla.
Por otro lado, los productores de carne vacuna en el Beni se verían con un problema de sobreoferta, sin tener donde vender toda su carne y eventualmente dando usos poco aptos para sus tierras, como ser la siembra de la papa en bajíos húmedos.
El efecto neto de imponer la soberanía alimentaria, es que pierden los consumidores, porque se les restringe la variedad y la calidad de productos a los que pueden tener acceso, además que tienen que pagar precios más altos para los productos en los cuales sus respectivas regiones no tienen ventajas competitivas de producción. Pierden los productores porque se ven obligados a producir cosas para las cuales no tienen la experiencia o las condiciones climáticas y de terreno. En general pierde el país porque se produce menos y se pierde competitividad.
Imponer la soberanía alimentaria es análogo a exigir a una persona que sea su propio dentista, abogado, contador y sastre. Más eficiente es dedicarse a una sola cosa, digamos, ser dentista, y luego con las ganancias de la profesión, contratar los servicios de un abogado, o un sastre.
Desde un punto de vista económico, no existe mucha diferencia entre pedir soberanía alimentaria entre los departamentos de un país, lo cual creo haber demostrado ser una locura, y pedir soberanía alimentaria entre varios países. No tiene sentido que Argentina produzca su propia castaña o que Brasil siembre quinua, pudiendo comprarlas de Bolivia.
Una razón válida para buscar la soberanía alimentaria es cuando existe el peligro de guerra con otros países. Si existe la posibilidad de que Bolivia entre en un conflicto bélico contra Chile o Argentina, entonces tiene sentido que tratemos de producir manzanas o trigo para nuestro consumo interno. Si dicha posibilidad es remota, entonces, desde una perspectiva económica, es poco justificable buscar la soberanía alimentaria.
Generalmente quienes postulan la búsqueda de la soberanía alimentaria, muchas veces tienen motivaciones políticas y apelan a sentimentalismos patrióticos para justificar dicha necesidad, pero carecen de un sustento económico serio para defender su postura.
Es importante entender los fundamentos económicos del debate sobre la soberanía alimentaria, y también es importante considerar aspectos geopolíticos, cuando existen.
Santa Cruz de la Sierra, 25/09/09

La división del trabajo, el comercio y la especialización

Javier Paz García
En toda sociedad existe la división del trabajo, la especialización y el comercio; vamos a explicar estos conceptos.
Cuando unos son zapateros, otros carniceros, unos siembran soya, otros crían vacas, etc., existe la división del trabajo.
Con la división del trabajo viene el comercio. Nadie realiza todas las actividades ni produce todos los bienes que consume, sino que produce un tipo o pocos tipos de bienes, y los intercambia por otros. El carnicero vende su carne para comprar zapatos, el zapatero arregla zapatos para comprar una casa, el abogado vende servicios legales y compra servicios mecánicos.
Con la división del trabajo y el comercio viene la especialización y el incremento en la productividad. Es decir, si en vez de que cada persona produzca su propia comida, elabore su propia ropa y construya su propia casa, cada quien se especializa en una sola actividad, con el tiempo, cada persona va a mejorar su capacidad para desarrollar dicha actividad.
Para Adam Smith, filósofo del siglo XVIII, la división del trabajo era una de las bases de la riqueza de las naciones, porque permite la especialización y el incremento de la productividad.
Cada persona se especializa en unas cuantas cosas y las intercambia por otras cosas que no produce, precisamente porque de esa manera puede producir más y consumir más.
Ahora imaginemos una situación donde el Estado disponga por ejemplo que en el país los habitantes ya no pueden comerciar tomates, y que cada uno tenga que producir tomates para consumo propio, y luego prohíba la comercialización de zapatos y que cada habitante tenga que producir sus propios zapatos y que vaya prohibiendo el comercio hasta llegar a una situación en que cada habitante es un Robinson Crusoe, que tenga que producir todos los bienes y servicios que desee consumir completamente, sin la posibilidad de intercambiar con otros mediante el comercio. Es claro que en esta situación hipotética el resultado sería un empobrecimiento general de la población. Es claro que la cantidad y la calidad de bienes y servicios que cada habitante pudiera producir para sí mismo, sería muy inferior a la que lograría mediante la división del trabajo, la especialización y el comercio.
Es importante entender estos conceptos para poder apreciar la importancia del comercio. Las crisis económicas generalmente despiertan tendencias proteccionistas; la crisis actual no es la excepción. Sin embargo, limitar el comercio con otros países, sea prohibiendo o limitando las importaciones o exportaciones, tiene consecuencias negativas al crecimiento y bienestar de largo plazo de un país.
Un Robinson Crusoe que tiene que hacer y saber un poco de todo no puede tener la productividad de un grupo de personas donde cada cual sabe mucho sobre pocas cosas.
De manera análoga, un país que se cierra al comercio, desaprovecha oportunidades de especializarse e incrementar su competitividad, desaprovecha oportunidades de generar mayor riqueza y reducir la pobreza.
Santa Cruz de la Sierra, 15/09/09

La magia de Juan Luis Guerra

Javier Paz García
En El costo de la vida Juan Luis Guerra canta sobre problemas cotidianos como el costo de la vida, la corrupción, el desempleo o la delincuencia; Visa para un sueño es una historia muy latinoamericana, la de gente dando los primeros pasos para abandonar su país en busca de mejores oportunidades; Me enamoro de ella explora las diferencias socioeconómicas; El Niágara en bicicleta es la odisea de un pobre hombre procurando atención médica en un hospital público; Ojalá que llueva café es el deseo de un mundo mejor.
Las canciones antes mencionadas hablan sobre las injusticias sociales, la pobreza, el hambre y sin embargo no son canciones tristes. De hecho son canciones muy alegres que celebran la vida, incluso en sus matices tristes e invitan a bailar, cantar y sonreír a quien las escucha.
La bilirrubina cuenta los problemas de salud que el amor puede ocasionar; Rosalía parece demorar en responder las intenciones amorosas de un pretendiente; En Como abeja al panal la propuesta amorosa de un hombre es rechazada; otro se decide a escribir una Carta de amor con puntos y comas, esperando un poquitito de amor de respuesta; La llave de mi corazón demanda una solución a la mujer amada y otra canción dice que Si tú te vas ya no me queda nada. Y es que Juan Luis celebra el amor con bachatas y merengues, con júbilo y optimismo, como algo digno de celebrarse incluso cuando no es correspondido.
En su música vemos con frecuencia la utilización de ritmos lentos para abordar temas alegres; verbigracia Bachata rosa, Burbujas de amor y La hormiguita, tres odas al amor. Por otro lado también vemos la utilización de ritmos rápidos e intrínsecamente alegres para abordar temas tristes como ser la pobreza, o el amor no correspondido. Está aparente dicotomía entre el ritmo y la letra no es casual y más bien responde a un panteísmo que celebra la vida y el amor en todas sus facetas. Esta dicotomía parece querer decirnos, al igual que la película de Roberto Benigni, que la vida es bella, incluso con sus dificultades y sobresaltos.
Muchas de las canciones de este cantautor tocan los temas más tristes del género humano y sin embargo, nos provocan alegría y optimismo. Precisamente la magia de Juan Luis Guerra está en convertir los tópicos más tristes en una canción alegre y provocarnos una sonrisa.
Santa Cruz de la Sierra, 10/09/09

El valor del comerciante

Javier Paz García
Un comerciante es un intermediario entre el productor y el consumidor final. La chola que vende papas en un mercado, una autoventa, o el ambulante que ofrece maní y gaseosas en las esquinas son algunos ejemplos de comerciantes.
No es infrecuente escuchar decir que los comerciantes no agregan valor a un producto. O que ser comerciante no es trabajar, ya que lo único que hacen es estar sentados todo el día.
Para refutar esta idea podemos hacer el sencillo ejercicio mental de imaginarnos un mundo sin comerciantes sentados esperando a vender sus productos ni mercados donde comprarlos. En este mundo, si usted quiere un kilo de carne, tiene que ir directamente a un matadero; si quiere un litro de aceite, tiene que ir a una aceitera; para comprar un pantalón tiene que ir a una textilera, y si quiere un pantalón de marca hecho en China, pues tiene que viajar a China. Si quiere una bolsita de maní o una gaseosa, ya no podrá adquirirlas en una rotonda del segundo anillo, sino que tendrá que trasladarse hasta La Paz por su maní y hasta el parque industrial para su gaseosa.
Tomando ejemplos más reales, imaginémonos con un vehículo averiado en un pequeño pueblo del oriente boliviano. No es difícil medir el costo y la molestia que ocasiona que en dicho pueblo no exista un comerciante “sentado todo el día haciendo nada” que nos pueda proveer el repuesto necesario para realizar la reparación del vehículo.
La comodidad y el ahorro de tiempo y dinero son beneficios tangibles de la actividad comercial de personas que están sentadas todo el día, aparentemente sin hacer nada. Pero además los mercados, como el Abasto, los Pozos o la Bolsa de Valores de Nueva York, permiten la competencia entre vendedores, lo en general mantiene precios más bajos y productos de mejor calidad de los que hubiera en una situación de monopolio.
Así como los mercados canalizan productos de los productores hacia los consumidores, los bancos canalizan dinero y por tanto podemos considerarlos una forma de comercio: un banco es una entidad con personas sentadas todo el día recibiendo dinero de unos para prestarlo a otros. Si mañana se cerraran todos los bancos y las personas con necesidad de un préstamo no tuvieran otra opción más que encontrar otra persona con la capacidad para hacer dicho préstamo, la economía del país se desplomaría casi de inmediato. Pues si sacáramos a todas las cholas que se pasan el día entero sentadas en un mercado “haciendo nada” y las pusiéramos a sembrar lo que sea, el desplome de la economía sería similar al de cerrar el sistema bancario.
Santa Cruz de la Sierra, 28/08/09

“Prorroguismo” en América Latina

Javier Paz García
Cuando Hugo Chávez asumió la presidencia de Venezuela el año 1999, la constitución venezolana no permitía la reelección. Con tal motivo, ese mismo año llevó a cabo una Asamblea Constituyente, donde entre otras cosas, se extendió el periodo presidencia a 6 años y se permitió la reelección. El 2009, luego de 10 años en el poder, impulsó un referendo para permitir la reelección indefinida.
Cuando Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia, la entonces vigente constitución boliviana no permitía la reelección en periodos consecutivos. Morales, siguiendo el modelo de Chávez, también llamó a una Asamblea Constituyente. La nueva constitución boliviana permite la reelección consecutiva y Morales apuesta a ganar un segundo periodo en las elecciones de diciembre del presente año. No debemos sorprendernos si en su siguiente periodo vuelve, como Chávez, a modificar la constitución para ser reelegido una vez más.
Rafael Correa, ha seguido un procedimiento similar en Ecuador, llamando a una Asamblea Constituyente y luego logrando ser reelegido.
Manuel Zelaya en Honduras pretendió llevar a cabo un referendo para consultar a la ciudadanía sobre la reelección del presidente. El Tribunal Constitucional y el Parlamento de dicho país declararon ilegal el referendo, pero Zelaya insistió en llevarlo a cabo, en franca violación de los artículos 5, 239 y 374 de la Constitución hondureña.
Álvaro Uribe en Colombia logró modificar la Constitución de su país y ser reelegido el 2006. Tristemente hoy intenta modificar una vez más la constitución que él mismo había apoyado hace pocos años.
Más allá de la simpatía o antipatía que una pueda tener con algún político en particular (yo por ejemplo creo que Uribe ha sido un muy buen estadista), debemos rechazar por principio la tendencia imperante en América Latina de los gobernantes a prorrogarse en el poder. Y la razón principal es que, el precedente que dejan es que la constitución vale poco cuando se es popular y que la popularidad de un mandatario es un cheque en blanco para hacer lo que sea con la institucionalidad de todo un país. Permitir la reelección no es malo, pero en los casos antes citados, se han violado las constituciones, las leyes y los procedimientos para lograr dichos objetivos. Y si el presidente de un país, como máxima autoridad, no cumple la ley, ¿qué autoridad moral tiene para pedir que los demás ciudadanos lo hagan?
Chávez, Morales, Correa y Uribe han debilitado la institucionalidad de sus respectivos países con sus acciones “prorroguistas”. Es importante para el fortalecimiento de la democracia y el Estado de Derecho, castigar mediante el voto ciudadano dicho accionar.
Santa Cruz de la Sierra, 21/08/09

viernes, 14 de agosto de 2009

El mito de la redistribución

Javier Paz García
Un discurso muy común de los políticos en casi cualquier país del mundo se basa en la redistribución de los ingresos para mejorar las condiciones de vida de los más pobres. No existe político populista que no recurra a ese discurso. El razonamiento es simple: existen ricos que viven muy bien y pobres que viven muy mal. Si le quitamos a los ricos y le damos a los pobres, todos vamos a vivir bien.
El razonamiento también es falaz. Verbigracia Bolivia, un país con 10 millones de habitantes que en el 2008 tuvo un producto interno bruto de aproximadamente Bs. 120 mil millones. Por lo tanto si existiera una distribución absolutamente igualitaria cada habitante recibiría Bs. 12 mil por año. Es decir, logrando la máxima igualdad distributiva, cada habitante de este país podría recibir Bs. 1.000 por mes o Bs. 33 por día, lo cual no acaba con la pobreza.
Éste es un motivo por el cual cualquier política de redistribución de ingresos está destinada a fracasar, simplemente no hay suficiente para redistribuir. Las medidas distributivas sirven de parche, abriendo un hueco en un lugar para tapar otro, y funcionan muy bien como propaganda política. Pero además, las medidas de redistribución, cuando implican una violación de los derechos de propiedad, una alteración del Estado de Derecho y son llevadas a cabo con violencia, conducen a la salida de capitales, la disminución de iniciativas productivas, y una disminución en el crecimiento económico de largo plazo.
En un país pobre, la única forma de sacar a más personas de la pobreza de forma permanente y sostenible es sustentando altos índices de crecimiento económico y para ello es necesario entre otras cosas, garantizar los derechos de propiedad, atraer inversiones, facilitar la creación de empresas y tener un mercado laboral flexible.
Y como en Bolivia se toman medidas que más bien tienden a ahuyentar capitales, dificultar la creación de empresas, socavar el derecho propietario, no se necesita un genio para pronosticar que el crecimiento económico de largo plazo será perjudicado, el país seguirá siendo uno de los más pobres de Latinoamérica, y su economía seguirá basada en la extracción y exportación de recursos naturales sin valor agregado. Y probablemente seguirá siendo parte del imaginario popular y del discurso político la idea de que es un país rico por sus recursos naturales (con todas las variantes sobre que la culpa de la pobreza radica en el imperio, en los oligarcas o los chilenos).
Los perdedores y fracasados siempre tienen excusas y explicaciones. Bolivia tiene todas las excusas y explicaciones que necesita para seguir pobre y fracasada, y está tomando las medidas adecuadas para mantenerse en ese estado.
Santa Cruz de la Sierra, 14/08/09

La clave es la competitividad

En “Cuentos Chinos” el periodista Andrés Oppenheimer nos advierte que la clave del crecimiento de un país radica en la competitividad de sus empresas.
Para entender que es la competitividad debemos entender dos conceptos adicionales: productividad y eficiencia.
La productividad podemos definirla como la cantidad de producto por unidad de trabajo. Es decir, si un trabajador A cosecha 200 naranjas por hora y otro trabajador B cosecha 1.000 naranjas por hora, pues el trabajador B tiene una productividad 5 veces superior a la del trabajador A.
La eficiencia puede ser definida como la obtención de una cierta cantidad de producto con un mínimo de recursos. Por ejemplo, si una empresa A gasta 20 pesos para producir 100 naranjas y otra empresa B gasta 10 pesos para producir 100 naranjas de la misma calidad que la empresa A, pues entonces la empresa B es más eficiente que la empresa A.
Finalmente, la competitividad de una empresa o país viene dada por su capacidad para ofrecer un cierto producto a un menor precio que otras empresas o países. Y por supuesto, las empresas o países que ofrezcan los precios más bajos serán los que consigan la mayoría de los clientes a nivel mundial. Crear una empresa competitiva requiere ser eficiente en el manejo de los recursos y buscar como aumentar la productividad del capital y el trabajo.
Y cuando una empresa es competitiva, pues no tiene miedo a competir con otras empresas o países, consigue nuevos clientes, crece y genera más fuentes de empleo. De hecho, una empresa competitiva, no solo no tiene miedo al libre comercio internacional, sino que se beneficia del mismo porque le permite crecer y expandirse a un mayor ritmo.
Por el contrario, las empresas poco competitivas, se estancan, y ante la amenaza de la competencia internacional, buscan proteger los mercados internos, se oponen a los tratados de libre comercio y en lo posible utilizan sus influencias políticas para mantener los monopolios dentro de un país. La falta de competitividad genera poco o nulo crecimiento y una baja creación de empleos.
Y cuando en un país abundan las empresas poco competitivas, no debemos extrañarnos que los salarios sean bajos, el desempleo sea alto, haya altos niveles de pobreza y exista mucha oposición al libre comercio nacional e internacional.
Santa Cruz de la Sierra, 07/08/09

viernes, 31 de julio de 2009

Lecciones sobre la amenaza chavista en Bolivia

Javier Paz García
En días pasados estuvo en el país María Corina Machado, presidenta de SUMATE, un movimiento ciudadano en Venezuela dedicado a construir democracia concienciando a los habitantes de aquel país a cumplir con sus deberes ciudadanos y a exigir sus derechos. La tesis de María Corina es que Hugo Chávez está “destruyendo la democracia democráticamente”. Es decir, mediante el uso de medios democráticos, como las elecciones y referendos, ha logrado socavar el sistema democrático de derecho en Venezuela. Esto lo lleva a cabo mediante un control absoluto del sistema electoral, donde las elecciones se hacen a su medida; un uso abusivo y ventajista del aparato estatal, usando los recursos del Estado para hacer campañas políticas y obligando a medios privados de televisión a transmitir sus discursos y actos públicos; y finalmente atemorizando a la población, con represalias para quienes voten en contra del presidente o para quienes se opongan al gobierno de alguna forma.
El control y la manipulación de las elecciones, el ventajismo electoral mediante el uso abusivo de los recursos públicos, y la campaña de terror y silenciamiento para quienes se opongan al régimen hacen que los procesos electorales sean casi imposibles de perder. Además, el régimen tiene la participación cómplice de instituciones que supuestamente velan por la democracia y los derechos humanos como la OEA y el Centro Carter. Estas instituciones le dan legitimidad internacional a un régimen tan democrático como el de Mussolini. En Bolivia por ejemplo, poco o nada han dicho sobre el voto comunitario, a costa por supuesto de su propia credibilidad y relevancia; nadie puede esperar nada serio de la OEA de José Miguel Insulza.
La lección que nos trae María Corina es que el régimen totalitario de Hugo Chávez consta de un plan muy bien elaborado y ejecutado para tener el control absoluto del país y perpetuarse en el poder; que parte de la estrategia consiste en infundir el miedo en la población, en especial entre los líderes de oposición, para que así nadie se atreva a retar al régimen, por miedo a las represalias; que no hacer nada es precisamente lo que el gobierno quiere que hagamos; que no hacer nada por miedo a las represalias, conlleva a que las futuras generaciones vivan con miedo y sin libertad. La lección más importante entonces es que hay que sobreponerse al miedo, y organizarse como sociedad para defender los derechos de todos. Es la única forma de hacerle frente a un régimen como el de Chávez.
Evo Morales, bajo la tutela de Chávez, está llevando a cabo un plan similar con el mismo objetivo: tener el control absoluto del país y perpetuarse en el poder. La buena noticia es que Morales no está tan avanzando como Chávez y que la oposición boliviana tiene en el caso venezolano una hoja de ruta sobre lo que se debe y no se debe hacer. Esperemos que nuestros líderes también tengan la sabiduría cuando tomen decisiones.
Santa Cruz de la Sierra, 31/07/09

El credo y el reto liberal

Javier Paz García
Carlos Alberto Montaner, coautor de El Manual del perfecto idiota latinoamericano y El regreso del idiota (libro que por cierto describe a Hugo Chávez y a Evo Morales) a menudo habla de un credo liberal. Lo transcribo a continuación de un reciente artículo suyo:
1.- Creemos en la libertad y la responsabilidad individuales como valor supremo de la comunidad.
2.- Creemos en la propiedad privada, para que ambas −libertad y responsabilidad− puedan ser realmente ejercidas.
3.- Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona.
4.- Creemos en que el mercado −un mercado abierto a la competencia y sin controles de precios− es la forma más eficaz o menos imperfecta de realizar las transacciones económicas.
5.- Creemos en la supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos, no por súbditos, que voluntaria y libremente segrega cierto tipo de Estado para su disfrute y beneficio, y no al revés.
6.- Creemos en la democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, siempre y cuando se respeten los derechos de las minorías.
7.- Creemos en que el gobierno-mientras menos, mejor- siempre compuesto por servidores públicos, totalmente obediente a las leyes, debe estar sujeto a la inspección de los ciudadanos.

Y es que la doctrina liberal tiene como objetivo crear sociedades de ciudadanos libres y prósperos. El liberalismo no es, como sus detractores pretenden, una doctrina de dominación y de subdesarrollo. El liberalismo tampoco es sinónimo de derecha (que puede significar muchas cosas). No es dictadura ni autoritarismo, ni fascismo, ni racismo. Un liberal no cree en ciudadanos de primera y de segunda, no cree deban existir privilegiados que se sitúen encima de la ley y no cree en leyes que discriminen a los ciudadanos.
Los latinoamericanos tenemos una rica herencia liberal, de la cual debemos sentirnos orgullosos. Fueron corrientes liberales las que despertaron las ansias de libertad en el continente y produjeron a hombres como George Washington, Simón Bolívar o Pedro Domingo Murillo.
El liberalismo es una doctrina que lucha contra la opresión y contra la pobreza.
Sin embargo hoy el liberalismo es una mala palabra en gran parte del mundo y especialmente en Latinoamérica. Por ello, el reto de quienes creemos que la libertad del ser humano es un valor supremo tenemos el difícil reto de desnudar los prejuicios que existen en torno a la doctrina liberal.
Es una terea monumental que sin embargo debemos cumplir si queremos darle a futuras generaciones la posibilidad de convivir en paz, libertad y prosperidad.
Santa Cruz de la Sierra, 27/07/09

miércoles, 22 de julio de 2009

¿Existe pluralismo democrático en Bolivia?

Javier Paz García
Algunos opinan decididamente que sí existe. Argumentan por ejemplo que los medios de prensa son muy críticos de Morales, que existe separación de poderes, que Evo no controla al legislativo y al judicial, que vivimos en un país donde cualquiera puede opinar libremente o cosas por el estilo.
Efectivamente, en Bolivia no ha desaparecido el pluralismo democrático, pero también es innegable que el mismo se encuentra bajo un ataque constante y un debilitamiento por parte del partido de gobierno. Los cercos al Congreso, la quema de la prefectura de Cochabamba, el amedrentamiento a la prensa, los latigazos Marcial Fabricano, el descabezamiento del Poder Judicial, el veto para hacer campaña en las zonas masistas son apenas algunos ejemplos que demuestran fehacientemente que el pluralismo democrático en Bolivia está en crisis.
La ciudadanía no debería esperar a que Evo declarase que Bolivia va a tener partido único o que confisque los medios de prensa independiente. El totalitarismo y las actitudes antidemocráticas del Jefe de Gobierno son evidentes y deberían ser castigas mediante el voto.
Desafortunadamente, es difícil que aquello suceda. Los bolivianos tienen una deficiente cultura democrática, y tienden a poner al caudillo por encima de las instituciones. Evo es el nuevo caudillo, y tiene enamorada a las masas como antes lo hicieran Belzu o Barrientos. Y como sucedió con estos caudillos, el pueblo entenderá (ya lo entiende) que vivimos en tiempos especiales, y que Evo tiene sobrados justificativos para ponerse por encima de la ley y quebrantarla a gusto, entenderá que si alguien es encarcelado sin debido proceso, es porque se lo merece y porque los supremos intereses del país no se pueden frenar a causa de trabas procedimentales (leyes burguesas diría Marx).
Bajo argumentos populistas, Evo obtendrá seguramente el apoyo mayoritario de la población, y el abanico de partidos políticos de oposición será usado como un argumento adicional para mostrar el pluralismo democrático. Con seguridad la OEA, de la mano de Insulza (de la mano de Chávez), avalarán los resultados y congratularán al país por su sólida democracia.
Personalmente no soy optimista sobre el futuro cercano, vislumbro un deterioro en las garantías y derechos de los ciudadanos, supongo que no vamos a llegar al punto donde se declare un partido único, ya que eso no es necesario, y mantener varios enanos en el juego le da legitimidad al régimen. También estoy seguro que incluso si llegásemos a ese extremo, igual existirían apologistas asegurándonos que en Bolivia sí existe pluralismo democrático. Total, la mentira repetida hasta el cansancio termina siendo verdad.
La Paz, 15/07/09

La estafa de las pensiones estatales

Javier Paz García
Los sistemas de pensiones administrados por los Estados son uno de los mayores fraudes que existen en contra de las clases trabajadoras del mundo.
Un fondo de pensiones consiste en un aporte que el trabajador realiza de su salario. Este aporte en teoría es administrado por profesionales que realizan inversiones con esos dineros para ganar un interés. Cuando el trabajador se jubila, debe recibir una pensión proveniente de los propios aportes realizados, más los intereses que ganó de los mismos.
Para dar un ejemplo, supongamos que un trabajador ganó Bs. 4.000 mensuales durante toda su vida laboral y que aportaba el 1% de esos fondos (Bs. 40) a un fondo de pensión. Supongamos que el fondo de pensión tuvo una rentabilidad de 4% anual (en la actualidad los fondos de pensiones en Bolivia tienen una rentabilidad de entre 7% y 8% anual).
Si esta persona trabajó y aportó Bs. 40 mensuales por 30 años, entonces su fondo individual debería tener Bs. 27.762. En el caso extremo en que el fondo hubiera ganado 0% de interés (es decir, los administradores recibieron el dinero y lo metieron debajo de su colchón) el trabajador al jubilarse luego de 30 años de aporte debería tener Bs. 14.400 (40 Bs por mes x 12 meses x 30 años).
Sin embargo lo que a menudo sucede es que el trabajador recibe menos de lo que aporta. En estos casos, hubiera sido mejor que el mismo trabajador, guarde su plata debajo de su colchón.
Esto sucede porque los aportes de los trabajadores asalariados van a las arcas de los gobiernos y éstos los gastan a discreción, y cuando toca devolver esos fondos (que no son del Estado, pero que el Estado los gastó como si fueran propios), pues no hay dinero.
Es triste que a pesar que muchos son conscientes de la estafa, no pueden librarse de ella, ya que casi siempre los aportes son obligatorios ¡los obligan a perder plata! Y quienes más se perjudican de la estafa, son precisamente los sectores más pobres de la sociedad, quienes en muchos casos no han ahorrado por su cuenta lo suficiente para tener una holgada vejez, personas cuyos únicos ahorros son sus aportes a un fondo de pensión estatal obligatorio. Personas que pudieran tener una jubilación decente si sus aportes hubieran ganado intereses a un 4%, 5%, 6% o 7%, pero que van a tener que seguir trabajando porque sus aportes tienen un descuento de -10%, -20% o -50%.
Como ya dije antes, esto sucede en muchos países y Bolivia no ha sido la excepción. Precisamente para evitar que la estafa se sigua repitiendo, en Bolivia se establecieron las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP), para que el dinero de quienes aportan sea manejados por profesionales, sin influencia política, y así garantizar un uso adecuado de los fondos. Las entidades privadas son casi siempre más eficientes que el Estado en la administración de las pensiones, dándole al trabajador un retorno superior. En Bolivia por lo menos éste ha sido el caso. Dada la evidencia contundente en tal sentido, un gobierno que se preocupa por los trabajadores, debería mantener los fondos privados, realizando la supervisión y control respectivos.
La Paz, 10/07/09

Trabajo y dignidad

Javier Paz García
Para la mayoría de las personas, tener un trabajo que les permita mantener a su familia es una fuente de autoestima, de valoración propia y de sentimiento de dignidad. Al contrario estar desempleado por prolongados periodos de tiempo puede causar la pérdida de autoestima e incluso traumas en la familia.
En ese sentido, creo que podemos hablar de un país con dignidad, cuando sus habitantes tienen trabajo, cuando los padres tienen la posibilidad de dar cada vez mejores condiciones de vida a sus hijos, cuando las personas tienen la satisfacción de haber conseguido lo que tienen por esfuerzo propio, sin que nadie se los haya regalado.
Más allá de las intenciones políticas y electorales de Evo Morales, los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy creados por este gobierno tienen el propósito de combatir la pobreza (no incluyo la Renta Dignidad, ya que ésta fue creada por otro gobierno bajo el nombre de Bonosol). Sin embargo por otro lado el gobierno lleva a cabo otras políticas que exacerban el desempleo y la pobreza.
Por ejemplo es lamentable lo que hace el gobierno actual para cerrar mercados, trabar negociaciones, prohibir exportaciones, rechazar tratados de libre comercio y agriar las relaciones con otros países. Todas estas medidas, tienen como resultado la pérdida de puestos de empleo en el país, ya sea porque las empresas cierran o se achican, ya sea porque se trasladan al Perú, ya sea porque los inversionistas deciden no invertir en el país. Es inconcebible que un gobierno boicotee Tratados de Libre Comercio con mercados tan importantes como lo son Estados Unidos y la Unión Europea y que pretenda reemplazar esos mercados con Cuba y Venezuela ¡todo en nombre de la dignidad! Y no es que esté en contra de comerciar con Cuba o Venezuela, de hecho estoy de acuerdo, pero estaríamos mejor si tuviésemos tratados de comercio con Cuba, Venezuela, Estados Unidos, y la Unión Europea.
De la misma manera, no necesariamente me opongo a la política asistencialista, la cual puede ayudar a reducir la pobreza en el corto plazo, pero sería mejor tener un plan integral de desarrollo que haga estos planes innecesarios en el largo plazo y permita a los bolivianos la dignidad de ganarse el pan de cada día, sin limosnas. No hay nada que impida tener una política social asistencialista y a la vez crear condiciones que hagan que la empresa privada crezca y se fortalezca, absorbiendo así las necesidades de empleo de la población. Desafortunadamente, el actual gobierno pone lo político por sobre lo económico, mira a los mercados más grandes del mundo como imperialistas y al sector privado nacional como enemigo número dos. Así es difícil que haya más trabajo y dignidad.
La Paz, 02/07/09

El militarismo de Evo Morales

Javier Paz García
A pesar de autoproclamarse como perteneciente a la cultura de la paz, Evo Morales debe ser el presidente más militarista de la democracia reciente. Prueba de ello son los decretos para comprar aviones caza checos, el acuerdo entre Rusia y Bolivia para proveernos de armamentos, la compra de 98 camiones de alto tonelaje para el Ejército, el incremento del presupuesto de defensa, los aumentos salariales a las FFAA, el deseo de tener un satélite propio, etc. No sin razón declaró un comandante del Ejército que Evo era el que más se preocupaba por ellos (para llorar de ternura).
Tampoco es casual el rol de las FFAA en el gobierno, donde los militares serviles pueden ocupar ministerios, viceministerios, embajadas, consulados, la aduana e incluso prefecturas.
El discurso de Morales tampoco hace pensar en días de paz. Los temas son la revolución, la revancha, los oligarcas, separatistas, traidores, neoliberales, 500 años (para atrás y para adelante), tomar el poder, controlar el congreso y el poder judicial.
Y su accionar también es consecuente con su discurso: la Calancha, Pando, el cerco a Santa Cruz, la quema de la prefectura de Cochabamba, los cercos al Congreso, la forma de aprobación de la constitución, los militares en las calles, el teatro de la nacionalización.
Es además clara la utilización de estrategias y tácticas militares en el manejo de la política. Por un lado tenemos un aparato propagandístico, de inteligencia y desinformación como no ha existido nunca en un gobierno democrático (y probablemente no democrático); ahí está un canal del gobierno, un periódico del gobierno, radios del gobierno, millones en propaganda del gobierno. Luego tenemos la estrategia de asustar a la población, con avanzadas campesinas armadas, con perros degollados, con discursos incendiarios, ataques a la prensa. Debilitan al enemigo con prohibición de exportaciones, con prohibición de importar armas y municiones, con la reforma agraria, con inseguridad jurídica. Luego atacan y toman el punto más débil (Pando).
Este accionar no es fortuito, ni responde a la cultura de la paz. Responde a una estrategia militar elaborada por militares (no sé si bolivianos, venezolanos o cubanos) e implementada por este gobierno.
El armamentismo de Evo Morales y su constante adulo hacia las FFAA no es para prepararnos para un conflicto armado con algún país vecino, no es para atender desastres naturales (no se necesitan cazas ni fusiles para ello). Lo más razonable es que en caso de protestas, manifestaciones e incluso ante la posibilidad de una guerra civil, quiera tener a unas FFAA preparadas y leales junto a él.
En la medida que las FFAA ayuden a consolidar el proyecto totalitario del MAS, serán también responsables del debilitamiento de la democracia, el estado de derecho y los abusos a los derechos humanos que sucedan en Bolivia. A su tiempo tendrán que responder por ello.
La Paz 26/06/09

jueves, 18 de junio de 2009

Cambios

Javier Paz García
Bolivia cambia con Evo en el poder. Por ejemplo, antes cuando se denunciaba un acto de corrupción, se iba el corrupto. Ahora se va el denunciante. Ejemplo de ello son el caso de Jorge Alvarado en YPFB, de Ramón Quintana con los 33 camiones de contrabando y Carlos Villegas en YPFB.
Hay cambios de dirección porque mientras que los gobiernos “neoliberales” trabajaron para traer mayor institucionalización al país, creando por ejemplo el Tribunal Constitucional, descentralizando instituciones, institucionalizando cargos jerárquicos y usando el Congreso para elegir a ciertas autoridades, el MAS está logrando acabar con el Poder Judicial, constitucionalmente ha acabado con la independencia del Banco Central, centraliza lo que puede, pone en cargos jerárquicos a militantes del partido, creando interinatos o dejando acéfalas importantes instituciones del Estado. Funcionarios de otro gobierno se enriquecieron con la capitalización, los del actual lo hacen con la nacionalización.
Ha cambiado la constitución. La actual nos deja un país económicamente inviable con un Estado omnipotente capaz de cometer muchos abusos contra sus ciudadanos.
Hay desabastecimiento, prohibición de exportaciones, terrorismo de Estado, “superfiscales” que actúan fuera de su jurisdicción, fallos judiciales (incluso de la Corte Superior de Justicia) que abierta y descaradamente no se acatan. Hay enemigos por todas partes, en Estados Unidos, en Perú, en Paraguay, en Santa Cruz (los enemigos de Pando están en Brasil o en San Pedro). Hay justicia comunitaria que tortura y asesina, hay funcionarios públicos que felicitan y promueven estos actos inhumanos, hay intolerancia, abusos a la prensa y la libertad de expresión, amenazas del presidente de la república, cercos al congreso organizados y comandados por el Poder Ejecutivo. Hay presos y exiliados políticos, hay secuestros del gobierno sin orden de arresto, hay seguimiento y persecución a quienes piensan diferente al MAS, hay una ciudad que también es un campo de concentración. Hay miedo e inseguridad. Todos éstos son cambios importantes y preocupantes para muchos ciudadanos que queremos vivir en paz y libertad.
Hay también (es indudable) la mayor ignorancia e irresponsabilidad en quienes manejan los destinos del país, comenzando por el mismo presidente de la ex – República de Bolivia.
La mención de España en el himno cruceño es un reconocimiento de la herencia cultural que este país nos dejó. Evidencia en el cruceño un espíritu abierto, que ve lo bueno y olvida lo malo. No podemos esperar lo mismo de un resentido y acomplejado como Morales. Evo puede cambiar muchas cosas, difícilmente logrará modificar nuestro himno o nuestro espíritu.
La Paz, 18/06/09

viernes, 12 de junio de 2009

Nacionalizaciones e inversión privada

Javier Paz García
Para motivos didácticos imaginemos un país con un sector público (gobierno) cuyo capital es de 1 dólar y un sector privado con un capital de 1 dólar. Es decir, el capital total de la economía es de 2 dólares. El sector privado posee una empresa donde está invertido todo su capital. Los bienes de la empresa son en su mayor parte de poca liquidez, como ser edificios. Esto hace que el sector privado no pueda sacar el capital del país. Finalmente el sector público tiene la opción de comprar (nacionalizar) al sector privado.
¿Qué pasa si el gobierno no nacionaliza?
Entonces, la economía comenzará con 2 dólares de capital.
En el peor de los casos el sector privado no reinvertirá sus utilidades en el país, sino que las llevará al exterior y la empresa funcionará hasta que sus activos pierdan totalmente su valor por causa de la depreciación. En este caso, la economía también comenzará con 2 dólares de capital, pero el capital del sector privado (1 dólar) disminuirá con el tiempo.
¿Qué pasa si el gobierno nacionaliza al sector privado? En este segundo escenario, el capital privado que anteriormente era ilíquido, ahora se vuelve totalmente líquido y sus dueños pueden decidir invertirlo en el país o en el exterior.
Dada una nacionalización, el mejor escenario para el país es que el sector privado decida reinvertir el capital en el mismo (por ejemplo creando otra empresa). En este caso la economía comienza con 2 dólares de capital y tenemos una situación similar al caso donde no se nacionaliza.
El peor escenario es que el sector privado decida sacar su capital (ahora líquido, gracias a la nacionalización hecha por el gobierno) al exterior. En este caso la economía comienza con un capital de apenas 1 dólar.
Este sencillo modelo muestra el efecto que tienen las nacionalizaciones sobre el capital inicial de una economía. Muestra que el mejor escenario bajo una nacionalización no supera ni el peor escenario de no nacionalizar.
Por supuesto, el modelo no explica bajo que circunstancias el sector privado va a reinvertir o sacar su capital del país, o si los rendimientos de la empresa son mejores bajo una administración privada o pública, o los efectos redistributivos en la economía. Tampoco explica si la nacionalización influye en la decisión del sector privado de reinvertir o no en el país, o si disminuye futuros flujos de inversión. Explicar estos efectos requiere un análisis más extenso.
Sin embargo el modelo concluye que una nacionalización tiende a disminuir el capital de un país (en el mejor de los casos no lo aumenta). Y por supuesto menos capital significa menos puestos de trabajos, peores salarios y mayor pobreza… hacia allá vamos.
La Paz, 12/06/09

miércoles, 10 de junio de 2009

Capitalismo y medio ambiente

Javier Paz García
Los detractores del capitalismo, acusan al mismo, de destruir el medio ambiente… y tienen razón.
El sistema capitalista es responsable de la inmensa mayoría de los avances tecnológicos que disfrutamos hoy como ser la luz eléctrica, el automóvil, el tractor agrícola, antibióticos, vacunas, el celular, la computadora o el internet. El ciudadano promedio en los países de corte capitalista consume más y vive mayor tiempo, por lo tanto destruye (al consumir) más recursos naturales.
Por ejemplo en las zonas costeras de China, donde existe un sistema semi-capitalista, millones de personas han salido de la pobreza y pasan a integrar una clase media cada vez más populosa, comen carne, cuando antes comían solo arroz, poseen mejor casa y abrigo y tienen una esperanza de vida mayor. Por otro lado, en el interior de China, donde se mantiene un sistema no muy diferente al de los tiempos de Mao, la gente es tan pobre como un campesino del altiplano boliviano, come menos y muere antes que sus compatriotas costeños.
De igual manera, el desarrollo de la medicina occidental, ha generado un beneficio para toda la humanidad. Millones de personas no existiríamos de no ser por vacunas y medicamentos desarrollados en países capitalistas. Este tipo de avances tecnológicos ha ocasionado una explosión demográfica sin paralelo. Hoy somos 6.500 millones de seres humanos cuando hace 200 años apenas éramos 1.000 millones. Y demandamos más bosques, alimentos, madera, hierro, etc.
Si la población mundial sigue creciendo y sigue aumentando sus niveles de consumo per cápita, la consecuencia inevitable es que el ser humano se va a comer el planeta entero. Malthus se equivocó en el corto plazo, pero en el límite, sus conclusiones siguen siendo ciertas.
En la medida en que el sistema capitalista, con los increíbles avances tecnológicos que ha traído, es responsable del incremento del número y el nivel de vida de la población mundial, también es responsable de los daños al medio ambiente. Por ello para revertir los daños al medio ambiente, se podrían revertir los avances tecnológicos producto del capitalismo. Por ejemplo, propongo y rechazo lo siguiente: prohibir las vacunas en todo el mundo, cerrar las empresas farmacéuticas, reintroducir la viruela, eliminar los tractores y vehículos para volver al carretón y al arado, organizar un cronograma de guerras mundiales para mermar la población, criminalizar a quienes estudien medicina occidental, adoptar la política china de un hijo por familia. Todas estas medidas serían beneficiosas para el medio ambiente.
También podríamos declarar prócer del medio ambiente a Stalin, quien transformó a millones de “traidores”, de destructores de la tierra, a abono para la misma.
Más allá del sarcasmo, en general existe una relación inversa entre desarrollo económico y medio ambiente (hoy el mayor crecimiento demográfico se da en los países más pobre, por ello, la relación inversa no es del todo absoluta), por lo que el problema es complejo. Esperemos que el ingenio y la creatividad del hombre creen nuevas tecnologías que resuelvan este dilema.
La Paz, 04/06/09

jueves, 4 de junio de 2009

En bicicleta por el camino de la muerte

Javier Paz García
La ruta antigua La Paz – Coroico conocida como el “camino de la muerte” y catalogada por el Banco Interamericano de Desarrollo como el camino más peligroso del mundo, es también uno de los destinos favoritos de los turistas, y con mucha razón.
El recorrido tiene un poco más de 60 km. y comienza en la cumbre, a 4.700 sobre el nivel del mar, a temperaturas que no son del agrado del cuerpo humano. El primer tramo es asfaltado y frio, y uno pedalea, más para calentarse que para avanzar, ya que todo es en bajada. En esta parte del recorrido uno circula entre montañas grises y puede ver algunos picos nevados en la lejanía. También se ven vertientes de agua cristalina a lo largo de todo el camino, la cual vale la pena probar.
Luego de una hora de viaje un tímido verde compuesto de musgos, yerbas y pequeños arbustos va invadiendo las montañas y el frio empieza a ceder. En unos momentos más llegamos al final del asfalto y comienza la parte de tierra.
A medida que uno desciende, ese tímido verde da paso a una explosión vegetal con montañas, cerros y valles exuberantes de vida; por unos minutos la neblina imposibilita la visión más allá de algunos metros y uno se olvida que hace poco se encontraba en el frio altiplánico. Luego aparecen los helechos, se acaba la neblina y arrecia el calor.
El camino es de tierra y por sectores no debe sobrepasar los tres metros de ancho, tiene siempre el muro de la montaña a un lado y el abismo al otro, sin ninguna barrera que proteja al ciclista o conductor de caer en el mismo. La ruta zigzaguea siguiendo la topología accidentada y difícil de la zona, bordeando montañas y cerros y bajando poco a poco hacia los valles. Todo el recorrido es en descenso, a veces con una pendiente bastante pronunciada. Observar desde lejos esta serpiente de tierra construida por el hombre es en sí mismo uno de los atractivos del viaje.
A pesar de que existe una ruta alternativa, todavía circulan algunos vehículos por el camino viejo, por lo que es recomendable entrar a las curvas con precaución. Encontrarse de sorpresa con un vehículo puede ser fatal debido a lo estrecho de la vía. Sin embargo, el paseo en bicicleta no es una carrera y tal vez el mayor peligro para el ciclista es quedar deslumbrado ante la belleza de los panoramas que a cada momento se le ofrecen. Quienes intentan esta aventura no lo hacen por conocer Coroico o hacer ejercicios, sino por la adrenalina de andar por el camino más peligroso del mundo y ver en tan corto tramo, desde la nieve de las montañas hasta el verde de la selva subtropical, con paisajes de una belleza y variedad incomparables.
Al final cuando uno llega al pueblo de Yolosa, el punto más bajo, ha recorrido aproximadamente 60 km.; ha montado en bicicleta alrededor de 4 horas; ha descendido desde los 4.700 m.s.n.m. hasta los 1.185 m.s.n.m., un total de 3.515 metros; y ha experimentado temperaturas de alrededor 5 grados centígrados en el inicio para concluir con temperaturas cercanas a los 30.
Ese es un buen momento para tomar una cerveza.
La Paz, 28/05/09

miércoles, 27 de mayo de 2009

Saludo a la mujer

Javier Paz García
Postular la superioridad física del hombre sobre la mujer es posible; la intelectual, difícil; la moral, absurdo.
El hombre es en promedio de mayor tamaño y masa corporal que la mujer y tiende a superarla en fuerza. Lo mismo sucede al más alto nivel de desempeño físico, en competencias deportivas donde generalmente los records mundiales absolutos pertenecen a hombres y no así a mujeres. Bajo esta óptica no es controversial decir que el hombre es físicamente superior a la mujer.
Sin embargo, no basta limitarnos a pruebas de fuerza o velocidad. Por ejemplo, la eficiencia del cuerpo humano para usar energía es claramente una parte de su cualidad física. En ese sentido, la mujer promedio necesita menos calorías que el hombre promedio para sobrevivir, es más eficiente y por ende superior. En otras pruebas físicas como ser la capacidad para mantenerse sin dormir por prolongados periodos de tiempo, soportar el estrés o el dolor, la diferencia no debe ser tan evidente. Sobre la resistencia al dolor, es curioso lo que las mujeres pueden llegar a hacer por razones estéticas: la depilación es un acto de tortura al cual se someten voluntariamente; yo lloriqueo cuando me arranco un pelo. El uso de tacos es otro ejemplo. Hay además dos capacidades físicas exclusivas de las mujeres; la de mantener en el útero a un bebé en gestación y una vez fuera, producir leche para su alimentación. Ambas son esenciales para la sobrevivencia humana y por lo tanto, dentro del ámbito de la capacidad física, pueden ser tan o más importantes que correr rápido o alzar harto peso.
Al observar que la mayoría de los pensadores, gobernantes y científicos son hombres podríamos suponer su superioridad intelectual. A lo largo de la historia, las mujeres han sido limitadas en el acceso a la educación y al poder, prohibidas de ciertas actividades y recluidas a labores del hogar. Por lo tanto, el hecho de que existan más ilustres del género masculino se puede explicar convincentemente como el producto de instituciones patriarcales. A medida que superemos esas instituciones (leyes, normas, tradiciones), veremos achicarse esa diferencia. Sobre este punto, hay que destacar la valentía de muchas mujeres que, viviendo en sociedades que todavía no se han despojado completamente de costumbres anacrónicas, trabajan fuera de casa, muchas veces en ambientes hostiles, y a la vez llevan a cabo sin ayuda del cónyuge las labores del hogar.
Desde el punto de vista moral, postular la dignidad de todo ser humano nos impide crear jerarquías de orden racial o de género. Sin embargo, en temas de responsabilidad podemos encontrar mucha evidencia que no favorece al hombre. Me explico con un comentario que me hizo un amigo hace años, va más o menos así: “En nuestra empresa preferimos pagarle a las esposas de los trabajadores. Si les pagamos a los trabajadores, la mitad de ellos se bebe su sueldo ese fin de semana, se gastan hasta la leche para sus hijos y no vienen a trabajar el lunes por dormir su borrachera”.
Enhorabuena a todas las mujeres.
La Paz 18/05/09

martes, 19 de mayo de 2009

Réplica a la dúplica de Ender

Javier Paz García
Respondiendo a la última nota de Abraham Ender (Es la ética, Sr. Paz…, El Deber 14/05/09), yo no sabía que Pinochet y Videla “se autodefinieron ‘defensores de la ética liberal y católica’” como afirma Ender, pero ciertamente no eran liberales. Pinochet tiene el mérito de haber introducido políticas de libre mercado en su país, pero Pinochet era un dictador que no respetaba los derechos humanos. Tampoco lo fueron Videla, Banzer o Strossner. Estos líderes eran anticomunistas de derecha, no eran liberales.
Sobre Torquemada ya expliqué anteriormente que es un personaje que encaja en el marco de los líderes mesiánicos, nunca afirmé que era socialista.
Pero hablemos de lógica y de evidencia. Cuando alguien afirma la inexistencia de algo, solo se necesita una prueba contradictoria para rebatir tal aseveración. Por ejemplo, si alguien dice que no existen dálmatas en Bolivia, la sola muestra de un dálmata en el país refuta esa afirmación. No es necesario encontrar dos, llevar a cabo un censo de dálmatas o escribir la historia de los dálmatas para desmentirla. Sólo un contraejemplo basta.
En ese sentido, Ender afirma que “todo Estado se asienta sobre la religión, los fusiles y el poder económico y que la ética liberal del siglo XIX y sus prohombres nunca intentaron desmantelar”. Thomas Jefferson y Juan Bautista Alberdi intentaron crear sociedades donde se respete la libertad de culto y donde el Estado no se convierta en un todopoderoso capaz de oprimir a los ciudadanos. Estos contraejemplos bastan para concluir que la afirmación de Ender es falsa. Ender se confunde o intenta confundir al pretender que la existencia de lobbies religiosos en EEUU anula la labor de estos prohombres, cuando en todo caso la valida; en EEUU también existen lobbies para defender intereses judíos o musulmanes, todos legalmente establecidos y sin miedo a ser perseguidos por el Estado.
Ender también afirma que “la ética liberal de las últimas dos décadas ha llevado a la práctica la desintegración de toda forma de solidaridad”. Yo lo refuté mencionando las donaciones, que el Larousse define como “acto de liberalidad por el que una persona disminuye en parte su patrimonio en beneficio de otra”, lo cual es prueba suficiente de la falsedad de tal aseveración. Adicionalmente podemos mencionar las donaciones anónimas de sangre que suceden casi a diario en los EEUU o los miles de misioneros gringos que hay regados en todo el mundo. Si para Ender donar dinero, alimentos, sangre o el tiempo personal en beneficio de personas necesitadas no son muestras de solidaridad, tal vez debería consultar un diccionario. Por cierto, la cita de Camus no contradice mi ejemplo.
Sobre la depredación de la naturaleza comentaré en un artículo posterior.
Ender ve “innecesario sustentar lo que se ve y se lee a diario” (posición correcta para debatir). Todos vemos lo mismo, lo que cambia es la interpretación que le damos. No es lo mismo describir un hecho que intentar explicar su causalidad. Y no es lo mismo lanzar afirmaciones, como lo hace Ender, que argumentar. La seriedad de un argumento está en su sustentación teórica y empírica, lo que Ender no hace en lo absoluto. Además, una persona que cree o parece creer (o intenta hacernos creer) que Pinochet era liberal es alguien que no tiene noción ni de la realidad ni de lo que habla.
¿Y la ética Sr. Ender?
La Paz, 14/05/09

jueves, 7 de mayo de 2009

Eligiendo sinvergüenzas

Javier Paz García
Luego de los ataques del 11 de septiembre del 2001, la administración de George Bush lanzó una campaña en todos los niveles para justificar la invasión a Irak. Debo confesar que la presentación del Secretario de Estado Colin Powell ante la ONU donde “demostraba” la existencia de silos de misiles y otras actividades militares me convenció que EEUU tenía el derecho de sacar a Saddam Hussein del poder. Grande fue mi indignación cuando no aparecieron las armas de destrucción masiva que la administración Bush había asegurado que existían. Y mi indignación fue aun mayor cuando el gobierno de Estados Unidos, en una muestra de cinismo, cambió su discurso asegurando que había invadido Irak para proteger al pueblo iraquí del tirano Hussein. Sin embargo a pesar de la evidente mentira y manipulación con la que la administración Bush manejó un tema tan serio como es iniciar una guerra, el 2004 el pueblo de Estados Unidos lo reeligió. Hoy nos enteramos que también utilizó métodos de la inquisición para interrogar a sospechosos de terrorismos.
Daniel Noriega fue un asaltante de bancos, denunciado por su hijastra Zoila América de haberla violado sexualmente por varios años. Hoy es el presidente democráticamente electo de Nicaragua.
Hugo Chávez en nombre de la descentralización ha centralizado funciones de las regiones y municipios, ha financiado campañas políticas en toda América con dinero de los venezolanos, en nombre del socialismo y del amor al prójimo persigue hasta tener en la cárcel a sus opositores y que ha llevado a Venezuela a un caos económico y social cuyo precio va a tener que pagar ahora y mucho tiempo después de que el tirano se retire. Sin embargo los venezolanos siguen votando por él.
En Ecuador está Rafael Correa, un pendenciero que hace lo que quiere con las leyes y con el país. Acaba de ser reelegido.
En Brasil los numerosos escándalos de corrupción no mellan la popularidad de Lula, por lo que podemos concluir que en realidad no son escándalos, son solo corrupción.
En Paraguay el “obispo” Lugo tiene más mujeres que un sultán y más descendencia que Matusalén y dado el ambiente moral que existe en Latinoamérica, no debemos extrañarnos si su pueblo lo declara santo.
Al matrimonio Kirchner en Argentina la faltan brazos para quitarles el dinero a los argentinos. Las retenciones al campo, las jubilaciones, aerolíneas argentinas, etc.
Bolivia es el mundo del revés. Evo Morales, el bloqueador histórico, critica los bloqueos; los terroristas del gobierno causan terror ¡para luchar contra el terrorismo!; encapuchados del gobierno secuestran a ciudadanos a cualquier hora del día o de la noche sin ninguna orden de arresto ¡para defender los derechos humanos!; el que anda con un palo en la mano es demócrata y el que marcha pacíficamente es subversivo; las leyes valen solo cuando le conviene el gobernante y la corrupción está en cada rincón. Y sin embargo Evo sigue popular y probablemente será reelegido en diciembre.
Lo triste de este panorama es que refleja los valores éticos de nuestros pueblos (o su ausencia). El problema no es que haya personas como Bush, Ortega, Chávez o Morales, por que los hay en todas partes; el problema es que los elijamos como nuestros representantes y luego, conociéndolos, los reelijamos. Ellos son un reflejo de lo que somos y de lo que nos falta.
La Paz, 07/05/09

miércoles, 29 de abril de 2009

Réplica a “La valoración ética” de Enders

Javier Paz García
Luego de una instructiva introducción semántica sobre ética el señor Abraham Enders en su nota “La valoración ética” (El Deber, 22/04/09) comete tergiversaciones e imprecisiones sobre un artículo mío (Liberalismo contra socialismo: una valoración ética, El Deber, 14/04/09) por las que debo replicar.
Primero, en mi artículo digo que “los socialistas tienen una visión mesiánica de sí mismos” Sin embargo Enders escribe: “… el Sr. Paz, construyendo, en sus propias palabras, “una visión mesiánica de una moralidad superior: la ética liberal por sobre la socialista.” Es decir Enders me imputa una cita que no escribí y además tergiversa mis palabras cuando afirma que atribuyo la visión mesiánica a la ética liberal, cuando en realidad lo hago a los socialistas.
Segundo, Enders se “sorprende (de) la inclusión de Torquemada, el inquisidor del siglo XVI, entre los socialistas”. Tal vez su sorpresa se deba a un intento de tergiversación o simplemente a que no sabe leer, ya que en ningún momento afirmo que Torquemada fue socialista, sino que encaja en el perfil de líder mesiánico. Es cierto que incluyo a Torquemada en una lista en la que figuran notables socialistas, lo que puede llevar a un lector descuidado a cometer el error de Enders.
Enders afirma: “que el Estado intervenga en asuntos tales como las creencias religiosas es una praxis de muy antigua data… que la ética liberal del siglo XIX y sus prohombres nunca intentaron desmantelar”. Semejante afirmación muestra un desconocimiento aparentemente absoluto de la materia en la cual mi crítico decidió voluntariamente embarcarse. Y para probarlo cito un fragmento de la 1er enmienda de la Constitución de los Estados Unidos: “El Congreso no hará ley alguna con respecto a la adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades”. Podemos citar a John Locke, David Hume o Adam Smith como ejemplos adicionales que desacreditan la afirmación de Enders. Por ejemplo Locke (1632-1704) inicia su ensayo “Toleración A” con estas palabras: “Creo que los clérigos deberían, como los embajadores, tratar de suplicar, convencer, y persuadir a los hombres sobre la verdad en vez de solicitar al magistrado a forzarlos a su creencia”. La libertad de religión y de expresión eran centrales para estos pensadores; sus numerosos tratados sobre tolerancia, ética, gobierno y religión lo atestiguan sobradamente e influyeron en todo el mundo para que en los siglos posteriores (incluido el XIX) los Estados no persigan o castiguen a quienes no profesaran la religión oficial. Y si quiere ejemplos específicos del siglo XIX le recomiendo leer a Alexis de Tocqueville o Juan Bautista Alberdi.
Enders también afirma que “la ética liberal de las últimas dos décadas ha llevado a la práctica la desintegración de toda forma de solidaridad y armonía”. Ésta es una opinión subjetiva para la cual Enders no aporta ninguna sustentación. Yo podría rebatirla afirmando por ejemplo que los estadounidenses tienen uno de los más altos niveles de donación per cápita (excluyendo las donaciones del gobierno de EEUU) y que podemos encontrar muchos ejemplos de solidaridad entre los bolivianos. O podría disertar, si el espacio me lo permitiera, sobre cómo el socialismo, al transferir al Estado responsabilidades que le corresponden al individuo, termina socavando el sentido de responsabilidad del mismo como también el de solidaridad.
La Paz, 29/04/09

jueves, 23 de abril de 2009

Ropa usada: economía y dignidad

Javier Paz García
La ropa usada debido a su bajo precio, beneficia a los consumidores y perjudica a los productores nacionales de ropa. Quien compra la camisa usada de 5 pesos es comparativamente 25 pesos más rico de lo que sería si hubiera comprado la camisa nueva de 30. En un país con tantos pobres como Bolivia, esta diferencia no es trivial. Los bajos precios de la ropa usada alivian un poco la economía de las clases más bajas cuyas familias pueden abrigarse bien sin tener que sacrificar la leche de los hijos; en las clases medias, jóvenes profesionales, secretarias y personal de oficina pueden adquirir ropa adecuada para asistir al trabajo sin que ello resulte en un gasto oneroso. Prohibir la ropa usada beneficia a los productores nacionales a costa de empobrecer a los consumidores de ropa usada, que en Bolivia vienen a ser muchos.
Es cierto que permitir la ropa usada causa en el corto plazo una pérdida de empleos al sector de textiles, pero también es cierto que prohibirla causa una pérdida de empleos en el sector importador de ropa usada. En el largo plazo los desempleados encuentran empleos en otros sectores de la economía (minería, agricultura, albañilería, etc.). En realidad, ante la invasión de la ropa usada, los productores nacionales tendrían que cambiar el enfoque de su producción hacia la exportación y hacia sectores con altos ingresos en el país. Sobre esto debemos admitir la dificultad de los productores, con un gobierno que cierra mercados y que aparentemente solo está interesado en relaciones con Venezuela y Cuba.
Tal vez el argumento más convincente desde el punto de vista puramente económico para prohibir la ropa usada es que ésta equivale a una forma de “dumping”, aunque estrictamente no lo es.
Con respecto a la dignidad (uno de los argumentos para prohibir la ropa usada y el más canalla de todos), el análisis es puramente subjetivo. Un rico y un pobre, un importador de ropa y un productor, un modista y un campesino van a tener diferentes definiciones de dignidad. Por supuesto que el productor de ropa dirá que usar calzoncillos usados es indigno, aunque en mi opinión semejante aseveración está guiada por intereses propios, más que por la preocupación sobre la dignidad del prójimo. Creo que cada individuo debe decidir por su cuenta lo que considera digno, y no creo que personas ajenas deban decir por otros en tales temas. Al final de cuentas, creo que un padre que puede comprarle una chompa usada a su bebé y darle su vaso de leche es preferible a uno que tiene que elegir entre la chompa y la leche; prohibir la ropa usada, significará para algunos (sospecho que para muchos) tener esta disyuntiva. Lo que sí considero indigno es que el gobierno o un gremio particular, me usurpen a mí y a miles de bolivianos nuestra potestad de decidir sobre nuestra propia dignidad. Si los funcionarios del gobierno y los productores de ropa usada consideran indigno usar ropa usada, pues no la usen, pero no pretendan imponernos “su dignidad” (que no es más que su propio interés) mediante una prohibición. Para quienes nos preocupa la pobreza y quisiéramos que sea paliada y eventualmente superada, existen pocos argumentos para justificar la prohibición de la ropa usada. Lo más indigno de todo esto es que nos restrinjan la libertad de elegir en nombre de nuestra dignidad.
La Paz, 22/04/09

viernes, 17 de abril de 2009

Lo que Evo le debe a Goni

Javier Paz García
No es mi intención en este artículo defender a Gonzalo Sánchez de Lozada, pero creo conveniente hacer resaltar algunas de sus políticas (buenas y malas) que tienen como denominador común el haber contribuido al auge y a la popularidad del actual mandatario Evo Morales.
Comencemos con la participación popular. Esta medida descentralizó parcialmente el poder y permitió la profundización de la democracia, empoderando a las comunidades y pueblos indígenas y distribuyendo recursos públicos a las poblaciones más remotas del país para que sean administrados por sus mismos pobladores. La participación popular le dio importancia y vitalidad a los municipios, prueba de ello es la explosión municipal que vivió el país, donde antes de 1994 solo existían 24 municipios mientras que ahora hay más de 300. Es gracias a la ley de participación popular, creada durante la primera administración de Goni, que los municipios empiezan a tener un peso político propio. Y es gracias (en parte) al control de los municipios del trópico cochabambino por parte del MAS que el MAS y Evo Morales logran posicionarse como una fuerza política.
Goni crea el Bonosol, Hugo Banzer le cambia el nombre a Bolivida, y Evo, imitando a Hugo Banzer vuelve a cambiarle el nombre a Renta Dignidad. Hoy la Renta Dignidad es una de las banderas electorales del masismo.
La capitalización es otra de las políticas por las que Evo está en deuda con Goni. Los bolivianos podemos tener posiciones diferentes sobre la capitalización como concepto, yo personalmente creo que era una buena idea. Sin embargo también creo, como la mayoría de los bolivianos, que el proceso de capitalización estuvo manchado de una corrupción espantosa por la cual Goni y su ministro Revollo deberían responder ante la justicia. La corrupción del proceso le permitió a Evo abanderar un discurso nacionalista que lo catapultó como defensor de los recursos naturales del país. Es cierto que existió corrupción, pero aun así, ninguna persona seria puede negar que la capitalización trajo inversiones al país, las cuales convirtieron a Bolivia en una potencia gasífera y le dieron al gobierno de Evo Morales los mayores ingresos fiscales de cualquier administración en la historia del país. Si Evo tuvo plata para botar durante los últimos tres años, se lo debe a la inversión que trajo la capitalización del gobierno de Goni.
Me parece totalmente legítimo que Evo haya despotricado contra Goni por la corrupción en el proceso de capitalización, porque es precisamente éste el rol de una buena oposición: criticar las malas políticas del gobierno de turno. Sin embargo me parece deshonesto que se atribuya méritos ajenos como son el Bonosol, la bonanza económica o el superávit fiscal.
La participación popular le dio a Evo los medios para consolidar su proyecto político, pero el mérito sigue siendo de Evo y el MAS y hay que felicitarlos por ello; la capitalización le dio la propaganda para catapultarse a nivel nacional y de nuevo debemos reconocer el arduo trabajo de Evo para abanderar el tema; Goni también le dio el Bonosol y Evo ahora actúa como usurpador, cambiándole de nombre y atribuyéndoselo, lo cual es condenable; y finalmente vivió (y se atribuyó como mérito suyo) una bonanza económica gracias a las inversiones de hace una década, inversiones que él execra, lo cual es hipócrita.
La Paz, 16/04/09

miércoles, 8 de abril de 2009

Liberalismo vs. Socialismo: una valoración ética

Javier Paz García
Es generalmente entendido que quienes propugnan una línea liberal de pensamiento consideran que la libertad es el mayor tesoro del ser humano, mientras que quienes simpatizan con líneas socialistas de pensamiento, consideran que la igualdad entre seres humanos debe ser un fin del accionar de hombres y gobiernos.
Debemos admitir que ambas líneas de pensamiento buscan el mejoramiento y el bienestar humano; sin embargo las implicancias de ambas posturas son diametralmente opuestas. El liberalismo es esencialmente filantrópico: cree que el ser humano no necesita de fuerzas coercitivas para practicar valores éticos como el respeto, la tolerancia o la solidaridad.
En cambio, el socialismo nace de una visión misantrópica del ser humano: el hombre libre es incapaz de conductas éticas y ante la falta de fuerzas coercitivas moralizantes, es guiado por el egoísmo hedonista. Los hombres son malos y egoístas, por lo tanto si los dejamos a su libre albedrío producen sociedades malas y egoístas. Por ello los socialistas tienen una visión mesiánica de si mismos: solo personas con una moralidad superior al común de los hombres pueden poner orden a la sociedad y devolverle un sentido ético. Personajes como Tomás de Torquemada, Vladimir Lenin o Adolfo Hitler en el pasado y Fidel Castro, Hugo Chávez o Evo Morales en tiempos más recientes encajan en este perfil del líder mesiánico, éticamente superior al resto de la población y encomendado (¿por quién?) a reformar a una sociedad en decadencia.
Y por supuesto el medio para reformar esa sociedad mala es generalmente la violencia y la supresión de la libertad.
El liberal no juzga las preferencias de otros, sin que eso signifique que él mismo no tenga fuertes preferencias y valores propios. El católico liberal vive su fe y no encuentra ningún problema en que otros practiquen otras creencias; el católico socialista cree que todos deberían ser católicos y socialistas. El ateo liberal cree que la única forma de imponer sus creencias es mediante la razón; el ateo socialista cree que el Estado debe eliminar la religión por ser el opio del pueblo. Un liberal puede perfectamente admitir el derecho de otros a practicar la prostitución o a consumir drogas, aunque él mismo no lo haga y tenga fuertes objeciones éticas respecto a estas prácticas.
El socialista en cambio, quiere imponer su visión ética a toda una sociedad, aunque sea por la fuerza y lo que para él es malo, debe ser prohibido y castigado por el Estado.
Finalmente, el socialista cree que la persona común es idiota, no sabe lo que quiere, no sabe lo que es bueno o malo y hay que tratarla como un niño. Por ello por dar un ejemplo, para el socialista, el Estado debe obligar a los ciudadanos a ahorrar en fondos de pensiones manejados por el Estado, porque el ciudadano común, irresponsable como es, no puede ahorrar por su cuenta ni prever para el futuro.
El liberal no niega que hay idiotas e irresponsables en este mundo (un ejemplo son los socialistas mesiánicos), sin embargo considera que el ser humano, como persona libre, debe responsabilizarse de sus acciones. Por ello, para el liberal, el Estado no debería interferir en decisiones que son estrictamente personales como ser la creencia religiosa o la decisión de ahorrar para el futuro.
La Paz, 08/04/09

viernes, 3 de abril de 2009

Reivindicación del pensamiento liberal

Javier Paz García
Mi querido amigo Enrique Fernández se queja continuamente del “reduccionismo económico” que sufre el pensamiento liberal; yo estoy plenamente de acuerdo con él. Hoy se discute el liberalismo casi exclusivamente en términos de políticas económicas y para muchos, ser liberal es sinónimo de apoyar a los ricos en detrimento de los pobres, incluso asociando al liberalismo con gobiernos dictatoriales, el racismo o el clasismo; nada más lejos de la verdad.
Los fundamentos del liberalismo son la dignidad de todo ser humano, la libertad individual, la tolerancia y el respeto. De hecho, el pensamiento liberal nace como una crítica a los sistemas monárquicos y aristocráticos con derechos diferenciados entre los ciudadanos. Por ejemplo, en el siglo XVII John Locke, considerado el padre del liberalismo, escribe su Primer Tratado sobre Gobierno, donde hace una crítica a la noción de que los reyes eran enviados de Dios y por tanto superiores a los demás y más bien sostiene que los reyes deben estar al servicio del pueblo y si son tiranos, el pueblo tiene el derecho de removerlos, incluso mediante la revolución.
La libertad y la dignidad de todo ser humano es la esencia del liberalismo; por ello, la tolerancia y el respeto son centrales en la concepción liberal: homosexuales, heterosexuales, mujeres, hombres, negros, indios, blancos, pobres, ricos, ateos, cristianos, judíos o musulmanes tienen los mismos derechos y se deben respeto y tolerancia los unos a los otros. En este sentido, el pensamiento liberal propugna un compromiso con la tolerancia sin parangón.
Por otro lado, conceptos tales como que las leyes deben estar por encima de las personas, incluso que los reyes; que el poder del gobierno debe ser limitado y desconcentrado; que los gobiernos deben respetar la libertad de credo y de expresión; que todas las personas deben gozar de ciertos derechos fundamentales, sin importar su raza, credo, género o posición económica son conceptos puramente liberales.
La democracia moderna donde todos los ciudadanos tienen el derecho a elegir a sus gobernantes es fruto de las ideas liberales.
El liberalismo, como su nombre lo indica, es una línea de pensamiento que valora por sobre todo la libertad individual en el marco de la tolerancia y el respeto entre unos y otros. Denostar el liberalismo es análogo a exaltar las virtudes del fascismo y el comunismo. Reducirlo a su aspecto económico es análogo a mirar solamente el borde de la moneda.
La Paz 03/04/09

martes, 24 de marzo de 2009

La libertad de Sen

Javier Paz García
En su libro Desarrollo y Libertad (Development as Freedom) Amartya Sen (premio Nobel de Economía 1998) nos ofrece una forma novedosa de definir el desarrollo “como un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos. En este enfoque, se considera que la expansión de la libertad es 1) el fin primordial y 2) el medio principal del desarrollo”.
Para Sen la libertad individual es una parte “constitutiva” o fin primordial del desarrollo. Es decir, la libertad de poder expresarse libremente, participar activamente en procesos políticos o participar en los mercados es intrínsecamente valiosa, aunque tal libertad no contribuyese en nada a aumentar la riqueza material de un país. Por ejemplo, evaluando el desarrollo desde esta perspectiva, si imaginamos dos países exactamente iguales en cuanto a su nivel de riqueza, pero un país tiene un régimen autoritario, donde no existen derechos políticos y se censura la libre expresión y el otro país es una democracia, entonces los ciudadanos en el segundo país tienen más libertad, gozan de una mayor calidad de vida y por ende el segundo país tiene un nivel de desarrollo superior al primero.
Sen también atribuye un rol “instrumental” a la libertad. Es decir, la libertad también es vital para el desarrollo entendido en su sentido tradicional (incremento de la riqueza material). La base principal para sustentar este argumento, es la evidencia empírica: los países que menos reprimen a sus ciudadanos, que les permiten participar en los procesos políticos, que intervienen poco en los mercados, son precisamente los países que alcanzan los mayores niveles de crecimiento y riqueza material.
Para Sen “[e]l desarrollo depende totalmente de la libre agencia de los individuos”. El motor del desarrollo es la creatividad e iniciativa de las personas que viven en una sociedad libre y abierta. Un Estado intrusivo y dominante coarta esa creatividad y frena el proceso de desarrollo y libertad en sus componentes instrumental y constitutivo.
Con respecto a los mercados, Sen dice: “Estar genéricamente en contra de los mercados sería casi tan raro como estar genéricamente en contra de las conversaciones entre los individuos… La libertad para intercambiar palabras, bienes o regalos no necesita una justificación defensiva basada en sus efectos favorables, aunque distantes; forma parte del modo en que los seres humanos viven en sociedad y se interrelacionan (a menos que se les impida por ley o por decreto)”.
Sen es crítico de los Estados autoritarios y antidemocráticos por limitar las libertades de los individuos y por ende el desarrollo de los mismos; sin embargo otorga a los Estados democráticos un rol importante en la expansión de las libertades y el desarrollo. Para Sen una limitante de la libertad es la pobreza extrema y la falta de acceso a servicios sociales como la salud y la educación. El Estado puede hacer un aporte valiosísimo para paliar la pobreza extrema y brindar acceso a estos servicios para quienes no pueden hacerlo por sus propios medios.
La violación de los derechos humanos o políticos, la violencia y la inestabilidad social, la pobreza extrema, la falta de libertad económica, la corrupción y la violencia por parte del Estado reducen el desarrollo tanto porque disminuyen la calidad de vida en el presente, como también disminuyen las posibilidades de crecimiento, generación de riqueza y reducción de la pobreza en el futuro.
La Paz, 22/03/09

lunes, 16 de marzo de 2009

Razones para despenalizar la coca y la cocaína

Javier Paz García
Seguramente son pocas las ideas en las que Evo Morales y mi persona podemos estar de acuerdo. Sin embargo concuerdo con él (por razones diferentes) en que el mundo entero debería despenalizar la coca. De hecho voy aun más allá y creo que el mundo también debería despenalizar la cocaína. Las razones para sostener esta posición, poco popular en mi país (excepto entre narcotraficantes, drogadictos y productores de coca, gremios a los que no pertenezco), nacen primeramente por un principio liberal: ningún gobierno debería decirle a los ciudadanos que pueden o no pueden consumir. Si a mi me gusta comer chocolates, masticar chicles, beber whisky, fumar cigarrillos, acullicar coca o inhalar cocaína, pues como persona adulta y dueña de mi mismo, creo tener el derecho a hacerlo.
Pero también existen motivos prácticos para defender la legalización de la cocaína y de todas las drogas. Primero, la guerra contra las drogas es costosa e inefectiva. Cualquier persona puede conseguir cualquier droga, en cualquier país del mundo. Esto es una muestra de los pobres resultados de una guerra con altísimos costos económicos, sociales y políticos.
La despenalización de la coca y la cocaína acabaría totalmente con la corrupción y la violencia que la penalización genera. La cocaína legalizada generaría tanta corrupción y compra de consciencias como hoy la generan el comercio de papas, viagras, cigarrillos, vinos o quesos. Sobre la defensa de la coca por parte de Evo Morales, el excelente articulista Humberto Vacaflor decía en una nota reciente: “Más de un experto de Viena tenía en mente, con toda seguridad, el estado de guerra en que vive México en estos días por culpa de la hojita, los ejércitos de mercenarios que mantiene en Colombia y Perú, además de los esclavos sindicalizados con que cuenta en Bolivia”. Lo cierto es que no es “la hojita” la culpable de las calamidades que él nombra, sino su penalización. Al Capone y el crimen organizado de los años 20 en Estados Unidos nunca hubieran surgido si ese país no hubiera prohibido los licores; y el día que revocaron esa prohibición, se acabó la violencia y corrupción que generaba el “tráfico ilegal” de licores. Si hoy el mundo criminaliza la cebada y el whisky, mañana Escocia se convertirá en un campo de batalla similar o peor al mejicano, boliviano o colombiano. Sin la criminalización de la cocaína posiblemente no hubieran existido personajes como Pablo Escobar o Evo Morales que han aterrorizado a sus países causando muertes, bloqueos de caminos, “esclavos sindicalizados” y otras formas de violencia. Sin la criminalización de la cocaína el mundo podría destinar los millones de millones de dólares que actualmente usa para actividades represivas y violentas, en campañas de prevención y rehabilitación, formas pacíficas y no coercitivas de luchar contra este vicio.
Existen miles de muertos debido a la violencia que causa la producción y el tráfico de drogas, tanto por las actividades represivas llevadas a cabo por los gobiernos, como por las disputas entre carteles y pandillas en todo el mundo. Si se despenalizara el tráfico y el consumo de drogas, en poco tiempo se acabaría este tipo de violencia. Sin la penalización de la cocaína, las FARC tendrían que sembrar sorgo, girasol o el cultivo mejor cotizado en la Bolsa de Rosario. Tal vez las FARC ya hubieran desaparecido. Tal vez no estuviéramos preocupados sobre un resurgimiento de Sendero Luminoso.
La despenalización de las drogas protegería al medio ambiente, ya que se acabarían las fábricas clandestinas y los productores se regirían a las leyes medio ambientales.
Incluso es posible argumentar que en el largo plazo, la despenalización puede causar una disminución en las muertes por sobredosis, debido una mejor calidad de la droga, mayor conocimiento del público en cuanto a su uso y mejores campañas de prevención y rehabilitación. Pero incluso si este último punto no es cierto, en mi opinión existe una diferencia cualitativa entre un muerto por adicción y un muerto por causa de la lucha contra las drogas. La persona que muere porque decidió introducirse un barril de cocaína en el cerebro, pues muere por decisión propia. El soldado que está en una tarea de erradicación y pisa un cazabobo, o la niña que recibe una bala en la cabeza porque dos pandillas iniciaron un tiroteo en su barrio, no mueren por decisión propia. En todos los casos la muerte es una tragedia, pero si me dan a elegir (y si le dan a elegir al drogadicto, al soldado o la niña), seguramente todos elegiremos la primera opción.
La Paz, 16/03/09

viernes, 13 de marzo de 2009

Anatomía de un gobierno irresponsable

Javier Paz García
Los principios de responsabilidad financiera son aplicables tanto para individuos, empresas, como gobiernos. Las personas que gastan menos de lo que ganan, tienen la posibilidad de ahorrar e invertir esos ahorros. En el futuro esas inversiones terminan incrementando los ingresos y mejorando sus niveles de vida. Por otro lado, quienes gastan más de lo que ganan, pueden mantener ese gasto solamente mermando sus ahorros o recurriendo a préstamos. Por supuesto, quien se presta dinero, debe pagarlo en el futuro y mientras mayor sea el préstamo, mayor serán los sacrificios que la persona tendrá que hacer en el futuro para devolver ese préstamo.
Aunque a veces pensamos que los países no se rigen por estas normas de sentido común, lo cierto es que estas normas son inescapables para todas las personas o entidades.
En este sentido, uno de los gobiernos más irresponsables del planeta en cuento al manejo de su hacienda es el gobierno de Estados Unidos. La deuda pública de este país es de aproximadamente $us 1,09 x 1014, es decir 10,9 billones de dólares (los anglosajones dicen “trillones”). Esto es aproximadamente 76% del PIB del país. Para tener una referencia de lo que esto significa podríamos ver la deuda de otros gobiernos irresponsables, pero que en este sentido muestran más prudencia que el de Estados Unidos. Por ejemplo, la deuda pública de Argentina es de aproximadamente 51%, de Bolivia 53%, de Ecuador 29%, de Venezuela 17,4% (Datos proporcionados por la CIA – The World Factbook). No por nada, el gobierno de China, que es acreedor de un billón de dólares de deuda del gobierno americano, está preocupado por esta situación, según una nota de la BBC Mundo.
El gobierno de Estados Unidos ha mantenido déficit fiscales crónicos durante la mayor parte del siglo XX comenzando en los años 30, comienza el siglo XXI gastando cientos de millones en una guerra pobremente justificadas (Irak), y ahora gastando otros tantos cientos de millones en rescatar empresas y bancos que no deberían ser rescatados por ineficientes o irresponsables.
A la irresponsabilidad fiscal, debemos agregar la irresponsabilidad monetaria y crediticia del gobierno, que es en buena parte culpable de la actual crisis en el país del norte. Durante gran parte de la presente década la Reserva Federal de los Estados Unidos (Banco Central) mantuvo los intereses bancarios muy bajos, lo cual creó los incentivos para que la gente se preste dinero de los bancos. Por otro lado el gobierno creó leyes y normas que facilitaron el crédito de viviendas. A las corporaciones semi-públicas Fannie Mae y Freddie Mac que tienen la mayoría de los créditos de vivienda en el país, se las hizo rebajar sus requisitos de solvencia para adquirir un crédito hasta el punto que incluso un desempleado sin patrimonio podía adquirir una casa sin poner ningún capital en avance. Como resultado de esto, no es de extrañar que miles de personas adquirieran créditos que no podían pagar.
Como dije al comienzo, cuando una persona adquiere una deuda, tiene que hacer un sacrificio en el futuro para poder pagarla. Con los gobiernos es lo mismo, con una gran diferencia: en el caso de una persona, es la misma persona quien realiza el sacrificio de ahorrar en el futuro para pagar esa deuda. En el caso de un gobierno, son futuras generaciones de ciudadanos quienes tendrán que pagar las deudas contraídas por la irresponsabilidad de generaciones actuales y pasadas. Por su puesto, esto crea el incentivo para que los gobiernos gasten; total si quienes van a pagar la cuenta son personas que todavía no han nacido.
La Paz, 13/03/09.