viernes, 27 de octubre de 2006

Es una simple confusión

Javier Paz García

De lo más simple. Es también comprensible, y cuya rectificación despeja muchas incógnitas y aclara muchos hechos – aparentemente contradictorios. El error consiste en alterar una letra del alfabeto, mejor dicho dos vocales, o para ser más preciso, la permutación de una vocal por otra.
¿Sino cómo podemos explicarnos el mensaje de odio y revanchismo de Evo Morales? ¿Y su empeño en inventar golpistas y complots en vez de dedicarse a gobernar? ¿O la evocación nostálgica de García Linera al volver a la tierra en la que “aprendió a matar”? ¿Y su llamado a empuñar los fusiles bajo el poncho rojo? Tampoco podemos olvidar las asombrosas declaraciones de nuestro cósmico canciller Choquehuanca, quien en su niñez obtuvo el calcio de la coca y no de la leche, que no necesita leer libros pues obtiene suficiente sabiduría mirando las arrugas de los ancianos, y que si tuviera la oportunidad, envenenaría a los paceños de la zona sur. No es menos famosa – ni menos infame – la frase de nuestro in-felix Patzi de que Santa Cruz estaría mejor sin cruceños; el mismo Patzi que desea eliminar la educación religiosa y privada, y que seguramente en sus noches de delirio sueña con prohibir el uso de la calculadora en los colegios – por ser esta un invento del neoliberalismo – y reintroducir el quipu para nutrir a nuestros niños de la sabiduría milenaria.
Toda esta estrafalaria sucesión de aparentes despelotes, contradicciones y absurdos viene bien acompañada de una política económica inexistente en el mejor de los casos, y catastrófica en el peor, seguida de una corrupción rampante y descarada. Y el descontento se nota, y la desilusión es grande en quienes creían (y sospecho que casi todos creíamos) de que Evo iba a sacar al país de la crisis.
Pero repito que el error es de lo más sencillo, consiste en la permutación de dos vocales en una palabra. Porque aunque Evo y su equipo llegaron al gobierno con la promesa de refundar Bolivia, creo yo que se confundieron y en realidad quisieron decir que iban a “refundir Bolivia”. Hay que admitir que el desliz es inocente, e incluso comprensible dado el pobre dominio del español en algunos de nuestros más altos funcionarios públicos (lo cual no es motivo de burlas ya que estos señores también hablan quechua o aimara). Mas una vez corregido el error gramatical, vemos que en sus actos no hay el mínimo error procedimental: siguen eficazmente su proyecto ‘refundicional’, sin incoherencias ni desvaríos. Vemos que las aparentes contradicciones en realidad no existen pues el objetivo no es refundar, sino refundir. Y posiblemente lograrán su objetivo porque al paso que avanzamos, vamos a acabar todos refundidos y recagados.
Fayetteville, 10/10/06.
El Deber, 27/10/06.

lunes, 23 de octubre de 2006

Mi último otoño en Fayetteville


La clorofila se repliega lentamente y el verde que dominaba el paisaje va desapareciendo para dar lugar, por cortísimo tiempo, a un explosivo espectro que va desde tornasolados amarillos y naranjas hasta rojos vivos y purpúreos. Las temperaturas son agradables, el sol radiante y el paisaje en los Ozarks Arkansianos es cada día más deslumbrante. Son siete otoños los que ya he pasado aquí, éste será el octavo y último. Por eso lo espero, por eso lo añoro y lo disfruto más que los anteriores. Ya pasó el equinoccio y a este milagro apenas le quedan unas semanas; posteriormente el color y la vida abandonaran a las hojas y éstas a los árboles. Será el presagio del invierno apático que, con su irremediable frío, nos acompañará por varios meses. Por ahora pretendo ignorar tal futuro y elijo disfrutar de este regalo de magia y esplendor.

domingo, 22 de octubre de 2006

Álvaro García Linera, Huanuni no nos alegra

Javier Paz García

Parece inagotable la capacidad que tiene este gobierno para causar asombro. Cuando uno piensa que lo ha visto y oído todo, viene usted, y en calidad de vicepresidente proclama que en el oriente estamos contentos por las muertes de Huanuni, de que estamos felices, de que estamos aplaudiendo tales hechos. Primero permítame decirle que no hay nada cómico en la tragedia de Huanuni, y que no tenemos por que alegrarnos de la muerte de gente que no nos ha hecho ningún mal, quienes no son nuestros enemigos y con quienes mas bien compartimos una misma lengua, historia y nacionalidad. No nos alegramos porque como ciudadanos de bien, nos interesa que exista la paz y estabilidad necesaria para generar trabajo y prosperidad. Sabemos como personas racionales que somos, que el bienestar de nuestros vecinos repercute en nosotros de forma positiva, y que el caos y la violencia acaecida en cualquier parte de Bolivia repercuten de forma negativa. No señor, no nos alegramos para nada de las muertes en Huanuni, porque ver viudas y huérfanos desamparados, sin hogar y sin medios de subsistencia no son motivo de alegría, sino de congoja. No nos alegramos porque somos concientes de que, por culpa de su gobierno, el día de mañana puede ocurrirnos lo mismo a nosotros, y no ver la violencia, la muerte y el luto por televisión y periódicos, sino en vivo y en directo en nuestras mismas ciudades. No nos alegramos, ni mucho menos aplaudimos o apoyamos tales enfrentamientos porque somos gentes de paz, quienes, a diferencia de usted, no tenemos la experiencia de haber matado, y que creemos que el asesinato es motivo de repudio y no de evocaciones nostálgicas. Le vuelvo a repetir que no nos alegramos de lo acontecido en Huanuni, porque apostamos al progreso y estamos convencidos de que la dinamita debe ser usada para extraer minerales y no para matar compatriotas – o destruir torres de electricidad. Huanuni no nos alegra, Huanuni nos enluta y nos llena de congoja. Huanuni nos asusta porque tal vez es el presagio de cosas peores. Huanuni nos une en solidaridad con los heridos – sean quienes sean – con las viudas, con los huérfanos y con quienes han perdido sus posesiones. Creo señor vicepresidente, que nos debe una disculpa, pero no se la voy a pedir porque estoy convencido que no hay sinceridad en sus palabras, ni arrepentimiento en sus actos. En cambio sí le exijo que usted y su gobierno abandonen de una vez por todas el discurso demagógico y divisionista que han tenido hasta ahora, y empiecen a trabajar por Bolivia, para que haya paz, progreso y para que la tragedia de Huanuni no se vuelva a repetir.
Fayetteville, 11/10/06.
El Deber, 22/10/06.

viernes, 20 de octubre de 2006

Poder total: político, económico y cultural

Javier Paz García

Fue el mensaje que Álvaro García Linera, en condición de Presidente interino de la República dio en Warisata. En su discurso fue enfático al declarar que nada ni nadie iba a impedir que el MAS alcance tal objetivo. ¿Pero qué significa esta afirmación? ¿Cuáles son las implicaciones de tener el poder total: político, económico y cultural?
Primeramente hay que notar que cuando Linera usa el adjetivo “total”, deja claro que no existe poder residual: no hay sindicato, partido político, comité cívico, junta vecinal, o persona de a pie que ostente algún poder o potestad fuera del MAS.
Tener, entonces, el total poder político implica la desaparición de toda oposición, sea cívica, política, mediática o militar. Bajo un régimen que ostente el total poder político no hay opción a decir “no me gusta”; la única voluntad que se cumple es la del partido de gobierno.
Por otra parte, poseer el total poder económico implica controlar todos los medios de producción, incluso el capital humano. Esto quiere decir que el MAS es dueño de todas las tierras, todos los bienes y todas las almas. Nadie puede tener la osadía de decir “este terruño es mío”; nada señor, usted no es dueño ni de su camisa. El MAS como soberano total del poder económico le va a decir que tierras puede trabajar, donde trabajar, a quien puede o no puede vender sus productos y cuanto puede cobrar por ellos. Como simple inquilino de las tierras que trabaja, usted no las puede vender o trocar, porque las tierras pertenecen al MAS. Obviamente, como el MAS es claramente anti-capitalista, en el nuevo estado masista no hay lugar para capitales privados, el gobierno es propietario de todo negocio y beneficiario único de toda ganancia.
Pero no solo a esto aspira el actual partido de gobierno, sino que también quiere el total poder cultural. Es decir que en el estado masista la educación se adecuará a estrictos cánones oficiales. Es evidente que tal sistema será estrictamente laico e indigenista, con la supresión total de la enseñanza religiosa o privada (algo que ya intentaron hacer en el Congreso de Educación). No habrá libertad de prensa y el único culto permitido será al Líder Supremo Evo Morales Aima, que estará retratado en estampillas postales, y cuya casa y ciudad natal serán monumentos de la Nación. En este Estado se eliminará al Dios judeo-cristiano y se pondrá en su lugar al “Che” Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes formarán la Santísima Trinidad. Yo por mi parte no podré exhibir mi mal gusto en una oda a Adam Smith y tendré que conformarme con analizar los aciertos de Carlitos Marx.
Este es el plan del partido de gobierno expuesto claramente por el vicepresidente en su discurso en Warisata. Algunos afirman que lo dicho en tal discurso son solo metáforas, y que hemos malinterpretado al señor Linera. Me imagino entonces que cuando alude a diciembre como el principio de la “revolución” se refiere a un diciembre platónico, aquel mes caluroso, soleado, lluvioso, de vacas gordas y ríos caudalosos, de abundancia y algarabía, con un leve chilchi en Noche Buena, que no espanta, y más bien augura paz y prosperidad. Tal vez Linera se haya referido a este diciembre arquetípico, pero considero más sensato suponer que habla del diciembre próximo, aquel diciembre de oscuros agüeros que llegará en 60 días, aquel en el que saldrán hordas paramilitares financiadas por el gobierno boliviano y con fusiles venezolanos bajo el poncho rojo, estarán dispuestos a matar para otorgarle al MAS el poder total: político, económico y cultural.
Fayetteville, 26/09/06.
El Deber, 16/10/06.

Paralelismos funestos

Javier Paz García

Hitler en su libro “Mi lucha” dice que él está dispuesto a firmar cualquier tratado, pacto o convenio que favorezca a sus intereses y romper tales acuerdos el momento que ya no le sirvan. No solo dijo lo dijo, sino que cumplió a cabalidad su palabra de no tener palabra: incrementó su Ejército más allá de lo que permitía el tratado de Versalles, anexó Austria, invadió Checoslovaquia, posteriormente firmó el tratado de Munich prometiendo no anexar nuevos territorios y casi al año invadió Polonia (lo que ocasionó la segunda guerra mundial); firmó también en agosto de 1939 un pacto de no agresión por diez años con la Unión Soviética y en 1941 la atacó.
El optimista Chamberlain, primer ministro británico de la época, trató de apaciguar la angurria alemana pero se quedó con los crespos hechos y fue reemplazado por el aguerrido y posterior premio Nobel de literatura Sir Winston Churchill quien salvó a Inglaterra y luego a Europa del terror nazi.
Nuestro vicepresidente que se las da de erudito y bibliófilo, tal vez haya leído el libro de Hitler porque sigue su receta al pie de la letra: él tampoco se hace problema en dar su palabra y renegar de ella a discreción. García Linera fue artífice de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente y ahora es un acérrimo promotor de la mayoría absoluta y la originalidad de ésta; prometió que no se revertirían tierras productivas y las primeras propiedades en revertir están sembradas de soya; habla de democracia y tiene un pasado terrorista; convoca a los prefectos al diálogo y llama a los campesinos a la lucha armada; proclama la nación pluricultural y multiétnica y declara que el objetivo del MAS es el control absoluto: político, económico y cultural. Se adhiere a la autonomía y después, solapadamente se vuelve contra ella. Es en pocas palabras un hipócrita. Escribo estas líneas motivado por su infame discurso en Warisata y sospecho que mañana él y su gobierno se desvivirán en disculpas, correcciones, y alegatos de mal interpretaciones. Sin embargo lo que dijo no se lo quita ni con lavandina y aquellos ilusos “Chamberlains” que todavía creen que el MAS está con la paz y la democracia tienen que despertar y ver la realidad. También Hitler subió al poder democráticamente, también Chávez y una vez allí la aniquilaron.
Quiero notar otro paralelismo: ambos buscaron un chivo expiatorio. Los nazis crearon el mito de que fueron los judíos los causantes de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial y los acusaron de controlar el país y mantener a los arios puros en la pobreza; tal mito les sirvió para matar a seis millones de ellos y esclavizar a otros tantos. El MAS en una movida idéntica creó y propagó el mito de la oligarquía cruceña como la causante de todos los males del país y la pobreza de sus habitantes, en especial los de origen indígena. Ojalá el siguiente paralelismos no sea la masacre de cruceños y la negación de lo oriental. Esperemos que llegue un Churchill que no lo permita.
Fayetteville, 21/09/06.
El Deber, 04/10/06.

Theodore Roosevelt, el hombre en la arena

Javier Paz García

Nacido en Nueva York el 27 de octubre de 1858, graduado con honores de la universidad de Harvard, político, escritor, naturalista aficionado, ambientalista, ganadero fracasado, subsecretario de la naval, teniente coronel en la guerra hispano-americana, explorador, y el hombre más joven en llegar a la presidencia de los Estados Unidos, luchador incansable por su país y por aquello que creía justo. La revista Time en su edición del 3 de Julio del 2006, cuenta su vida y le rinde homenaje, y yo, con la ayuda de esta revista, aprovecho esta oportunidad para rendirle el mío.
Asmático y débil en niño, se convirtió en un infatigable y tenaz hombre mediante lo que él mismo llamó la “vida extenuante” forzándose él mismo a ir por el camino difícil y peligroso, haciendo bastante ejercicio físico y pasando tiempo al aire libre. Pruebas de su carácter son el hecho de que en mayo de 1898 renunció a su cargo en la burocracia gubernamental para enlistarse voluntariamente en la guerra hispano-americana, en la cual lideró dos batallas; él decía que un hombre debería estar dispuesto a pagar con su cuerpo por sus convicciones, y estaba decidido a demostrarlo. En otra oportunidad, durante su última campaña por la presidencia alguien le disparó en el pecho, “él metió sus dedos en sus labios, vio que no estaba sangrando por la boca y concluyó que la bala no había perforado el pulmón”, a pesar de la herida, dio un discurso de 90 minutos antes de dejarse llevar al hospital. Fortaleció la naval de su país y convirtió a los Estados Unidos en una potencia mundial, se enfrentó contra los monopolios de su época, promovió la separación de Panamá para construir el canal, recibió el Premio Nobel de la Paz por su intervención en el conflicto Ruso-Japonés, creó 150 reservas forestales, 51 refugios de vida silvestre y 5 parques nacionales e influenció a la nación americana profundamente y hasta nuestros días. Fue un amante de la naturaleza, cazó en las sabanas africanas para recolectar especimenes que el museo Smithsonian todavía tiene en exhibición y casi perdió la vida explorando el río brasileño que hoy lleva su nombre. Fue un pensante hombre de acción cuyo lema fue “hacé lo que podás, con lo que tengás, donde estés”.
Un colega de mi trabajo tiene en su pared el fragmento de un discurso titulado “El hombre en la arena” que Theodore Roosevelt pronunció en la Sorbonne de París en 1910. Es este discurso que inspiró esta nota, y por ello ahora lo traduzco y lo transcribo:
“No es el crítico quien cuenta; no es aquél que muestra como el fuerte se tambaleó o donde el bienhechor pudo haberlo hecho mejor. El crédito le pertenece al hombre que está en la arena; cuyo rostro esta pringado de polvo, sudor y sangre; que lucha valientemente; que yerra y queda corto una y otra vez; que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones, y gasta su vida por una causa justa; aquél que, en la cúspide, conoce el triunfo de los grandes logros, y que en el peor de los casos, si es que falla, por lo menos falla atreviéndose a mucho, para que su lugar nunca esté entre aquellas frías y tímidas almas que no conocen ni la victoria ni la derrota”.
Fayetteville, 04/08/06.
El Deber, 28/09/06.

Costumbres cavernícolas

Javier Paz García

La mujer es físicamente más débil que el hombre: de menor estatura, menor peso, menor fuerza y además es la que carga por nueve meses a sus crías y tiene que darles de mamar, lo cual las hace aún más vulnerables. Esto, en las épocas donde la supervivencia dependía de la fuerza bruta, hacía del hombre efectivamente un ser superior y de la mujer un ser relegado a los caprichos de éste. En nuestros días el progreso de las naciones depende del capital intelectual de sus habitantes más que de su fuerza física. Por el lado mental es difícil argumentar la superioridad de cualquiera de los dos géneros, aunque el acceso limitado de la mujer a la educación, y el casi monopolio que el hombre ha tenido sobre el control político y económico a lo largo de la historia nos podría llevar a pensar (erróneamente) que el hombre es también superior en este aspecto. Lo cierto es que la mujer es tan capaz como el hombre para casi cualquier cosa, prueba de ello son la cantidad de arquitectas, doctoras, ingenieras, economistas, líderes políticas, escritoras, poetisas, cantantes y profesionales que desempeñan sus funciones tan bien como el mejor de los hombres en su campo: la mujer es ahora una igual del hombre.
Sin embargo siguen existiendo vestigios de las épocas cavernícolas donde el macho era el amo y señor de la hembra. En demasiadas familias la mujer sigue relegada a roles caseros sin voz ni voto sobre las decisiones de inversión y trabajo. Es intenso y generalizado el abuso físico y psicológico del que tantas son víctimas por parte de sus maridos. Son muchas las niñas que son robadas de una educación por la fatalidad de haber nacido mujeres y esto es verdaderamente trágico. La doble moral que existe en cuanto al comportamiento de los dos géneros es una aberración: mientras que el hombre puede trasnocharse y embriagarse a sus anchas, la mujer decente debe guardar recato en su casa; mientras es aceptable y hasta motivo de orgullo que el hombre tenga dos o tantas mujeres como le plazca, que la mujer haga lo mismo es causa de repudio por parte de la sociedad; mientras la mujer debe llegar virgen al matrimonio, el hombre debe tener experiencia abundante en el area. Es tal la doble moral existente que podríamos perfectamente definir, la palabra ‘puta’ como “aquella mujer que actúa como un hombre” sin que varíe en un ápice el significado actual. Las desigualdades y la doble moral a la que están sujetas las mujeres son injustas e injustificadas y deben acabar. Las únicas diferencias aceptables respecto al trato entre géneros son aquellas dadas por la galantería y la caballerosidad, lo demás es mierda.
Fayetteville, 04/09/06.
El Deber, 18/09/06.

Conspirando contra Evo

Javier Paz García

El presidente de la República, Evo Morales, viene diciendo casi desde el inicio de su mandato constitucional que hay sectores que conspiran contra él y su gobierno. Presento aquí pruebas irrefutables de que en efecto existe una conspiración en contra suya.
Tenemos un Presidente que ha acusado indiscriminadamente a todo y a todos de conspirar contra el gobierno, sin haber presentado nunca una sola mísera prueba para respaldar tales acusaciones; un Presidente que en vez de gobernar el país ha dedicado sus energías a dividir a la nación mediante discursos demagógicos llenos de odio, revanchismo y mentiras; un Presidente que atenta cuanto puede contra las instituciones republicanas, comenzando con las Fuerzas Armadas, en el afán de ubicar en puestos de gobierno a sus obsecuentes seguidores; un Presidente que ha promovido la lucha de clases y no la unión y cooperación entre éstas; un Presidente que ha exacerbado el enfrentamiento entre regiones a un nivel que yo no había visto hasta ahora; un Presidente que amenaza cerrar el Legislativo y que se ha puesto por encima la ley de la nación y del Congreso Nacional; un Presidente que pretende alterar el rol que el Congreso y el pueblo le han dado a la Asamblea Constituyente con el propósito de satisfacer sus ansias totalitarias; un Presidente que ha llevado a la democracia a sus niveles más débiles desde que ésta se reinicio a comienzos de los 80; un Presidente cuyo gobierno tiene como política oficial, públicamente anunciada y repetida en cada acción y discurso que Santa Cruz está mejor sin cruceños, que los cruceños son oligarcas culpables de todos los males de la patria y que hay que acabar con éstos a toda costa; un Presidente que sataniza a todo aquel que se opone a él; un Presidente que gobierna sólo para aymaras y quechuas en detrimento de todos los demás y que toma decisiones no basado en el sentido común, sino en sus rencores, complejos y resentimientos. Por esto y por cosas que la memoria y la mesura me obligan a omitir es que concluyo que Evo Morales Ayma, teniendo una oportunidad tal vez única de sacar adelante al país, habiendo comenzado con la mayor legitimidad que un presidente puede tener, siendo capaz de unir al país, ha hecho todo lo contrario: ha perdido la confianza de gran parte del pueblo boliviano, ha perdido legitimidad, ha defraudado las esperanzas de muchos, ha traicionado a la democracia y ha traicionado a la nación. En definitiva, ha sido Evo el mayor conspirador contra Evo.
Fayetteville 14/08/06.
El Deber, 08/09/06.

miércoles, 18 de octubre de 2006

La importancia de creer en sí mismo

Javier Paz García

Voy a decir que tenía trece años para ubicar la historia en el tiempo, pero la fecha exacta escapa a mi memoria. El lugar del suceso es uno de los parajes más hermosos que mis ojos hayan visto: la laguna Suárez en Guarayos. Era éste un lugar habitual de vacaciones para nuestra familia, y no era, por lo tanto la primera vez que yo iba. Sin embargo en esta ocasión alguien había llevado un par de ski acuáticos, los cuales eran la sensación del momento. Como sucede en la mayoría de los casos, los mayores eran los únicos privilegiados con el juguete nuevo, pero un primo mío, un par de años mayor que yo, no dejaba de insistir en el derecho de ser partícipe de tal diversión. Yo al verlo pensaba para mí que nunca nos iban a dejar ‘skiar’ a nosotros los pelaus y que incluso si nos dejaban, seguramente tal deporte era difícil y no íbamos a poder hacerlo; en fin, este era un juego para ‘los grandes’, y nosotros tendríamos que limitarnos a adoptar el rol de mirones y ayucos.
Al mediar la tarde y después de que los viejos se cansaron de skiar (o de intentarlo según la persona), le dieron la oportunidad al más insistente y fregonazo de los sobrinos. Él no consiguió pararse en su primer intento, pero luego de ensayar un par de veces más, pudo dominar los ski sin dificultad. Así les llegó el turno a cada uno de los pelaus, hasta que me tocó a mí. Yo tampoco triunfé la primera vez, pero eventualmente lo logré. Todo lo que necesitaba para poder ‘skiar’ era intentarlo, y sin embargo me había cerrado a priori a tal idea con argumentos falaces y derrotistas que yo mismo, sin ayuda de nadie había conjurado y creído.
Éste fue un hecho pivotante en el desarrollo de mi personalidad ya que comprendí que muchas veces el mayor obstáculo para alcanzar las metas – o mejor dicho, para ponerse las metas – está en la mente de uno mismo. Posteriormente otras vivencias fortalecieron tal conclusión. Yo tuve la oportunidad y la dicha de estudiar en otro país, hacer paracaidismo, buceo, viajar por media Europa y escribir estas líneas, entre otras cosas, gracias parcialmente a aquel hecho acaecido cuando tenía quizás trece años. Lo comparto ahora para animar a otros jóvenes como yo a no tener miedo, a aspirar alto, a soñar.
Franklin Roosevelt decía que “no hay nada que temer más que al mismísimo miedo”; el miedo al fracaso, al ridículo, a los convencionalismos, el miedo a nosotros mismos.
Dominemos esos miedos y animémonos a creer en nosotros mismos; creámonos capaces y merecedores del éxito y la felicidad; creamos que podemos cambiarnos a nosotros mismos y que podemos cambiar el mundo; creamos que el cielo es el límite porque nunca llegaremos más allá del límite que nosotros mismos nos impongamos.
Yo no sé cuál será mi destino: si voy a morir mañana o voy a vivir cien años, si me rodeará la riqueza o la miseria, la abundancia o la necesidad, el amor o la desdicha, la paz o el tormento, pero decido creer que la moneda caerá del lado de la fortuna y voy a luchar porque así sea.
El más grande optimismo no nos asegura el éxito y la felicidad, pero el derrotismo nos garantiza el fracaso y la desdicha.
Fayetteville, 21/08/06.
El Deber, 31/08/06.

Democracia y legitimidad

Javier Paz García

Democracia es aquella forma de gobierno donde el pueblo elige a sus representantes por votación, y donde el ciudadano es libre y tiene la opción de participar del proceso político tanto activamente (como candidato, haciendo proselitismo, prensa, dando su opinión, etc.) o pasivamente simplemente emitiendo su voto. Es un elemento indispensable en toda democracia la libertad del ciudadano. Un mecanismo también indispensable para mantener la democracia y asegurar las libertades civiles es la denominada división de poderes del Estado. Toda democracia moderna está dividida en tres poderes independientes e interdependientes: el poder legislativo, encargado de crear las leyes de la nación; el poder ejecutivo, encargado de ejecutar y hacer respetar las leyes de la nación; y el poder judicial, encargado de interpretar las leyes de la nación. Cada uno de estos poderes tiene funciones específicas dadas por la Constitución y ninguno de ellos puede, en democracia, usurpar las facultades de otro poder. Este sabio sistema está hecho precisamente para evitar la ascensión de déspotas que pretendan acumular todo el poder y eventualmente coartar la libertad de los ciudadanos de la nación. Sin embargo este sistema de chequeos y balances no es infalible, y a veces uno de los poderes (casi siempre el ejecutivo) elimina a los otros poderes o los subordina a su absoluto control. El momento que esto ocurre, la democracia desaparece, quienes tienen el poder dejan de representar al pueblo y pierden toda legitimidad. Incluso si un presidente fue elegido democráticamente, si este vulnera la democracia y a sus instituciones, éste pierde su legitimidad y el pueblo tiene el derecho de deponerlo. La lógica es sencilla: La legitimidad de un gobierno democrático radica en su elección por voto popular, la división de poderes, y el respeto a las leyes del Estado. Si se violan estos preceptos, la democracia deja de existir, y el gobierno deja de ser legítimo. Ante un gobierno ilegítimo el pueblo puede y debe sublevarse para reponer la democracia y la libertad.
Evo Morales ha violado la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, menguado al poder judicial, extorsionado al poder legislativo, es presidente de la república, líder de los cocaleros, jefe nacional del MAS, presidente de facto de la Asamblea Constituyente, y líder de grupos casi paramilitares. ¡Cuánto más poder quiere este señor!
Tal vez este gobierno me llame traidor por escribir silogismos y publicar pasquines. Si tal es el caso, le agradezco el honor de incluirme entre traidores tan ilustres como lo fueron Pedro Domingo Murillo y la generación de 1809, Samuel Adams y Thomas Jefferson, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre todos mártires o próceres de la libertad y la justicia.
Fayetteville, 14/08/06.
El Deber, 26/08/06.

Anécdotas de nuestro servicio exterior

Javier Paz García

Los títulos universitarios obtenidos en el extranjero deben seguir una serie de trámites para tener validez en Bolivia. Uno de los trámites necesarios es la legalización en un consulado del país donde se obtuvo el título. Con la intención de informarme sobre que necesitaba para cumplir con este requisito es que decidí llamar por teléfono al consulado de Bolivia en Houston, Estados Unidos. Llamé un viernes a las 9:10 a.m. – hora prudente para encontrar ya gente trabajando – sin embargo nadie contestó el teléfono. Decidí entonces llamar al consulado en Oklahoma. Me atendió una mujer y cuando le expliqué lo que necesitaba, me dijo que me iba a transferir con otra persona. Efectivamente me transfirió a otra línea, pero nadie contestó. Aproximadamente a las 9:30 a.m. llamé de nuevo al consulado en Houston, esta vez con suerte ya que una mujer atendió el teléfono. A continuación transcribo el diálogo que tuvimos tan fielmente como mi memoria me lo permite:
- Buenos días, soy un graduado de la Universidad de Arkansas y quisiera saber que necesito para convalidar mi título.
- Bueno, tiene que hacer ‘notariar’ los documentos que sean necesarios, hacerlos firmar por el secretario del estado de Arkansas y luego enviarlos aquí para que nosotros los legalicemos y le digamos cuanto cuesta, y ya en Bolivia no sabría decirle que más hay que hacer.
- ¿Y cuales son los documentos que necesito enviar?
- La verdad es que no sé, lo que generalmente nos llega son el título original, la lista de sus notas y la descripción de las materias que ha llevado, pero no sé y para estar seguro, tendría usted que pedirle a algún familiar en Bolivia que averigüe bien allá.
- ¡Ah, OK! Otra consulta más, yo no voy a retornar a Bolivia inmediatamente, entonces, si hago este trámite ahora, ¿existe un límite de tiempo en el cual deja de ser válido?
- Tampoco sabría decirle, lo mejor es que consulte en Bolivia.
- Bueno, muchas gracias y hasta luego.
- Hasta luego.
Esta es una transcripción bastante fiel de la charla que tuve con la funcionaria del consulado. La mujer no me dio una sola respuesta concreta sobre un trámite que probablemente hacen decenas de veces al año. Pero no solo no me dio la información que yo requería, sino que tampoco se ofreció a averiguarla – lo cual es su trabajo – mas bien me dijo que me busque un pariente en Bolivia para hacerlo.
Acostumbrado a vivir en un país donde el cliente es el rey y donde las cosas funcionan como deben ser, colgué el teléfono bastante molesto. Es evidente que los funcionarios de nuestras embajadas y consulados no tienen el adecuado entrenamiento y orientación de servicio al cliente; es imperativo que la cancillería trabaje en ello. Los trámites que realiza una embajada o consulado tienen que estar escritos en formularios que estén a la mano de todos los que trabajan allí, en especial si interactúan con clientes externos (sean bolivianos o extranjeros). Los trámites y procedimientos deben ser del conocimiento de todos los funcionarios ¡para eso se les paga, para informar y orientar a la gente, no para decirle que busque algún pariente que averigüe en Bolivia!
Ahora que esta nota ha sido publicada no me queda más que rogar que quienes van a hacer mis trámites en el consulado no la lean (hubiera sido prudente usar un pseudónimo), rogar que mis documentos no se extravíen misteriosamente, y rogar que la próxima vez que necesite llamar a un consulado, la persona que me atienda haga su trabajo como debe ser.
Fayetteville, 06/08/2006.
El Deber, 13/08/06.

Casi me gano un Mercedes-Benz

Javier Paz García

Leyendo el periódico hace unos días, me encontré con la noticia de que el Gobierno central pretende no pagar el 11% de regalías ni el impuesto a los hidrocarburos sobre los ingresos adicionales en concepto del incremento del precio del gas a Argentina. Algo que me llamó la atención fue que el motivo que da para sustentar tal decisión es que así lo estipula algún inciso del contrato de compraventa entre los dos países, y como el tal contrato ya está firmado, así tiene que ser, porque los contratos no se pueden violar.Terminé de leer mi periódico y salí a pasear con mi amigo Sancho Panza. Mientras conversábamos sobre la situación en Bolivia y otros temas, vi estacionado un automóvil Mercedes-Benz último modelo, descapotable, con asientos de cuero y todas las pilchas que uno se puede imaginar. Fue entonces cuando se me ocurrió la brillante idea –que no fue propia, sino tomada de este Gobierno tan creativo e iluminado – de firmar un contrato con mi amigo Sancho que diga que tal automóvil pasaba inmediatamente a mi propiedad, sin que yo tenga que dar ninguna compensación a nadie. Efectivamente, así lo hicimos; yo redacté un contrato bellísimo, sin errores de ortografía, sin posibilidad de dar lugar a interpretaciones semánticas y de un estilo breve y elegante, casi poético.Luego estampamos nuestras firmas Sancho y yo. Una vez que hice una fiel traducción al idioma inglés y saqué las fotocopias necesarias, ubiqué al dueño del auto, le entregué una copia del contrato, le expliqué la situación y le pedí que me entregara las llaves. El dueño me miró extrañado y me dijo que no tenía la mínima intención de darme su auto. Ante tal obstinación, yo traté de usar mis más convincentes argumentos para explicarle que él no tenía otra opción más que darme su auto, pues existía un contrato firmado entre Sancho y yo, el cual era un instrumento legal que debía ser respetado. A pesar de todos mis esfuerzos, no pude convencerlo de la legalidad y la justicia de mi causa, por lo tanto me apresté a sacarle la llave por la fuerza y echarme a correr. Desgraciadamente, no pude arrebatarle la tan ansiada llave, y encima de todo recibí una tunda de ésas que no se olvidan nunca. Fue tal la tunda, que acabó de una vez por todas con mis intenciones futuras de firmar contratos para no pagar el alquiler, para que el peluquero no me cobre y no tener que ir a trabajar los lunes ni viernes. Reposando en mi cama para recuperarme de mis contusiones, me puse a pensar en el porqué de mi fracaso para apoderarme del Mercedes. Luego de muchas vueltas al asunto, me di cuenta de cuál fue el problema: dos personas no tienen nada que hacer firmando contratos sobre cosas que no les pertenecen. Ningún contrato puede legalizar la usurpación de algo a una tercera persona, especialmente si la tercera persona no es una parte en el contrato. Los departamentos productores de gas no firmaron ningún contrato cediendo sus regalías y recursos, y no lo piensan hacer. Las regalías les corresponden por leyes que están muy por encima de cualquier contratucho que el Gobierno pretenda hacer. No importa cuántos contratos firme el Gobierno central o si escribe sus incisos en mayúscula y usando negrillas; no importa si los escribe en inglés, español, quechua o aymara; los departamentos van a luchar por lo que les corresponde por ley y no van a permitir jugarretas de este Gobierno, que donde puede trata de pasarse de vivo. Le aconsejo que se comporte y vuelva a sus cabales, no vaya a ser que reciba una tunda como la que me dieron a mí.
Fayetteville 18/07/06.
El Deber, 24/07/06.

El mensaje del Mundial

Javier Paz García

“Dile no al racismo, es tiempo de hacer amigos”. Esta frase inauguró cada encuentro de la Copa Mundial de Alemania 2006. El mensaje es claro, hermoso y trascendental. ¿Por qué preferir odiar en vez de amar? ¿Por qué preferir tener enemigos en vez de amigos? Es tiempo de hacer amigos. Es tiempo de juzgar a las personas por su probidad, su capacidad, su comportamiento para con el prójimo, su integridad. Es tiempo de rechazar el odio y la intolerancia. Es tiempo de decir que la raza, el color de la piel, la religión, el género, la orientación sexual, la clase social o la discapacidad física o mental nunca deben ser motivos para maltratar o humillar a un ser humano.
No hay paz sin tolerancia y el racismo es la máxima expresión de la intolerancia; aquella que odia todo lo diferente; aquella que no sabe por que odia, no cuestiona por que odia e incluso no conoce lo que odia, pero lo odia; aquella que se jacta del sufrimiento de otros, aunque estos nunca hayan hecho mal a nadie.
Acabar con este flagelo debe ser uno de los principales objetivos de la humanidad en su conjunto. El racismo no tiene fundamentos científicos y menos aún fundamentos morales; éste genera conflicto y sufrimiento, deshumaniza al hombre y lo aleja de Dios; crea pobreza y atraso, perpetúa las desigualdades socio-económicas y conlleva a la lucha de razas o de clases.
Rechacemos el racismo y la intolerancia, y si por alguna razón nosotros no podemos deshacernos de nuestros prejuicios, al menos no seamos causantes de que nuestros niños los adquieran. ¡No cometamos el pecado de enseñar a nuestros niños a odiar! Inculquemos en la niñez el amor y el respeto por todos. Enseñemos que ser diferente no significa ser mejor ni peor. Seamos concientes de los comentarios que hacemos sobre grupos diferentes al nuestro, en especial si hay niños presentes, que ellos retienen todo lo que oyen y terminan creyendo lo que oyen a menudo.
Felicito a la FIFA por usar el más universal y más bello de los deportes para propagar un mensaje de paz y hermandad. Hagamos de este un mundo mejor, para nosotros y para nuestros hijos, después de todo, ¡es tiempo de hacer amigos!
Fayetteville, 11/07/06.
El Deber, 19/07/06.

El barullo de los decretos de Camiri

Javier Paz García

La firma de los “decretos prefecturales” para elegir subprefectos por voto democrático causó un barullo en el gobierno central, quien dijo que tales decretos eran inconstitucionales y eran una maniobra para figurar por parte del prefecto Rubén Costas. A esto respondo que Bolivia está en un periodo de transición, que las autonomías son algo nuevo e incompleto en el país, con muchas áreas grises y negras. Los vacíos jurídicos, inherentes en todo proyecto de tal envergadura, como es crear autonomías, necesitan tiempo para ser llenados. Por ahora los prefectos están desempeñándose en una función que están construyendo mientras avanzan, por lo tanto están destinados a cometer errores. Volviendo al tema de los decretos de Camiri, el gobierno pudo haber dicho que apoyaba la iniciativa del prefecto Costas pero que existían ciertos aspectos jurídicos que debían ser resueltos antes de continuar con tal iniciativa. Un comunicado del gobierno que vaya por estas líneas hubiese sido prudente y laudable. Sin embargo, el gobierno central en ninguna ocasión, hasta donde yo sé, ha dicho algo positivo sobre la iniciativa del prefecto Costas. Más bien, se ha agarrado del único punto del cual podía agarrarse para crear una confrontación con la primera autoridad del departamento. Ha dicho, irónicamente, que lo que Costas busca es protagonismo, cuando nada más y nada menos que nuestro Presidente de la República, Capitán General de las Fuerzas Armadas y el más alto funcionario de este gobierno ha hecho un hobbie de decir disparates en los medios de prensa. Con respecto al tal deseo de protagonismo, aclaro que el compromiso de tener elecciones de subprefectos fue parte de la plataforma de campaña de Rubén Costas, él reiteró este compromiso una vez fue elegido prefecto, y en Camiri simplemente oficializó lo que ya había dicho. Nada nuevo fue dicho en Camiri, por lo tanto no tengo claro de donde viene la acusación de buscar protagonismo. Lo que sí tengo claro es que al gobierno no le interesa trabajar de manera conjunta y constructiva con las prefecturas. Tengo clarísimo que es el gobierno central el que busca protagonismo a como dé lugar al mismo tiempo que trata de desprestigiar a los prefectos. Es evidente asimismo que al gobierno le interesa poco o nada que las autonomías lleguen a las provincias. Es obvio para mí que este gobierno se agarró de un tecnicismo menor para criticar a Costas y desviar la atención del fondo del asunto: llevar la democracia a las provincias (si los decretos hubiesen sido para cambiar las tejas de la prefectura, no se hubiera armado este barullo). Lo que no tengo claro son los motivos que pueda tener el gobierno para atacar a Costas. ¿Es porque tiene algún interés en desprestigiar y desgastar al prefecto cruceño? ¿Será que no le conviene que las autonomías lleguen a las provincias? ¿O es porque fue Santa Cruz la de la iniciativa, y hay que hacerle oposición a toda iniciativa cruceña? Tal vez son las tres cosas, tal vez algunas más. Por mi parte propongo que el prefecto deje de emitir decretos, por ser estos inconstitucionales. Pero como algo hay que emitir, y estas emisiones precisan de nombre, sugiero la siguiente lista: ordenanzas prefecturales, iniciativas departamentales, códigos de la región, asuntos importantes, proyectos a realizarse, estudios vinculantes, y deseitos mañaneros. Seguramente el gobierno tendrá alguna objeción para cada uno de estos nombres, pero cuando se acabe esta lista, nos inventamos otros.
Fayetteville, 05/0?/06.
El Deber, ??/??/06.

martes, 17 de octubre de 2006

Autonomías: refutando el No

Javier Paz García

Evo Morales y el MAS están haciendo campaña por el No en el referéndum autonómico. Para sustentar su decisión han dado una serie de argumentos; trataré aquí de refutarlos.
1) Las autonomías departamentales irán al servicio de las oligarquías regionales. Refutación: los prefectos serán elegidos por voto popular, de la misma manera que es elegido el jefe de Estado, por consiguiente será el pueblo quién elija a sus líderes y no una oligarquía. Incluso si en algún departamento un grupo oligárquico se hiciera con el poder, y lo usara en detrimento del pueblo, este grupo oligárquico solo podría mantenerse en el poder por un periodo constitucional, ya que el pueblo no volvería a votar por tal parcialidad. El voto popular garantiza que las autonomías beneficien al pueblo.
Quiero agregar que al argumentar que las autonomías democráticas favorecen a los oligarcas, Evo Morales y el MAS están implícitamente diciendo de que el pueblo es estúpido e incapaz de elegir a sus representantes mediante el voto y de que él puede elegir a mejores lideres departamentales que el pueblo mismo.
2) Hay que rechazar la autonomía departamental porque una mejor opción es la provincial y de pueblos originarios. Refutación: las autonomías departamentales y las provinciales no son excluyentes entre sí. Estas pueden coexistir juntas, por ello el argumento de que, o elegimos una o elegimos otra, es falaz. Además, el MAS no ha presentado hasta ahora ningún proyecto serio para autonomías provinciales, y por tanto lo que hasta ahora ha dicho al respecto es propaganda vacía. Aquí creo conveniente notar que la prefectura cruceña pretendió llevar a cabo elecciones de subprefectos, y fue el gobierno del MAS el que se opuso y criticó duramente tal iniciativa, por lo cual pongo en duda la honestidad del discurso sobre las autonomías provinciales y de pueblos que pregona Evo Morales.
3) Las autonomías van a dividir al país. Refutación: las autonomías van a descentralizar al país y hacerlo más eficiente, van a disminuir la corrupción y burocracia del centralismo y van a permitir un mayor nivel de democracia y participación del pueblo. Esta mayor eficiencia incluso podría llevar una disminución en el número de huelgas y bloqueos que actualmente asfixian al país. Como resultado de esto, la nación se verá fortalecida.
4) Las autonomías favorecen solo a la media luna. Refutación: Los regimenes autonómicos y democráticos, permiten a cada región un mayor control sobre sus propios recursos y planes de desarrollo. Por ello las autonomías benefician a cada región y por ende a todo el país. Sin embargo las regiones autónomas siguen aportando al gobierno central y este puede implementar mecanismos de compensación para regiones menos desarrolladas.
5) Las autonomías son malas porque algunos prefectos no hacen lo que a Evo Morales le da la gana. Refutación: Los prefectos también fueron elegidos por el pueblo y Evo Morales no tiene por que creerse el único con autoridad para hablar por el pueblo. El gobierno central y el departamental pueden no estar de acuerdo, pero eso no significa que uno sea más patriota que el otro. De hecho queremos autonomía para poder diferir del centralismo y al mismo tiempo preservar la unidad nacional.
Creo haber refutado con claridad los principales argumentos dados por Evo Morales y el MAS para apoyar el No a la autonomía. Estos argumentos son débiles y falaces pero fáciles de refutar. Sin embargo pienso que el verdadero motivo por el cual Morales no quiere autonomías es su deseo por concentrar el poder para sí mismo, lo demás es solo un pretexto. Las autonomías son la mayor amenaza en contra los deseos de poder de Evo Morales. Son tal vez lo único que puede evitar que vayamos hacia un totalitarismo al estilo de Hugo Chávez.
Con el Sí a las autonomías no tenemos nada que perder y mucho que ganar. Por ello debemos promocionar y aclarar lo que estas significan para que el 2 de julio el pueblo boliviano y el Sí ganen de forma contundente.
Fayetteville, 20/06/06.
El Deber, 28/06/06.

La falacia del discurso anti-autonomista

Javier Paz García

En fecha 5 de junio de 2006 El Deber publicó un artículo sobre el debate de la autonomía. En el artículo el dirigente del MAS Román Loayza expresa que “[e]l planteamiento del referéndum autonómico es de los comités cívicos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. Si en el occidente votamos por el sí, estaríamos apoyando a la media luna de Santa Cruz...”. Tal aseveración da a entender que la oposición que existe hacia las autonomías, no es porque tal idea sea mala, sino porque fue en Santa Cruz donde se originó. Este es un claro ejemplo del argumentum ad hominem, una falacia lógica que consiste en atacar a la persona que presenta un argumento, sin analizar el argumento en sí. El siguiente ejemplo demostrará tal falacia. A dice que 2+2 es 4, entonces B dice que A es un mentiroso, que dice eso solo porque le conviene, y que por tanto 2+2 no es igual a 4. Similar situación sucede en Bolivia, entre oriente y occidente. Cualquier propuesta que Santa Cruz genera es descartada y atacada en occidente usando el cuento de que Santa Cruz es de oligarcas y terratenientes antipatrias, sin siquiera entrar en el debate sobre la propuesta misma. Existen dos modalidades en las que esta falacia es usada por occidente: la primera es ad hominem abusiva en la cual se ataca a la persona para desprestigiar el argumento (cruceños oligarcas, antipatrias). La segunda es la ad homimem circunstancial donde se descarta el argumento porque beneficia a quien lo propone (La autonomía beneficia a Santa Cruz y por eso hay que rechazarla). No me sorprendería que si mañana el oriente proclama que 2+2 es 4, el occidente altere las reglas de la aritmética con tal de negar tal resultado.
Este tipo de comportamientos ‘epitomiza’ la actitud predominante del occidente boliviano hacia los orientales. Tales acciones demuestran una diferencia importantísima entre estas dos regiones de Bolivia: mientras el discurso oriental es progresista, el occidental muestra un regionalismo xenófobo y un resentimiento hacia el oriente. ¿Resentimiento a qué? No sé, porque el oriente nunca ha tenido ni el poder político ni económico del país; es apenas hace unas décadas que Santa Cruz surgió económicamente.
Volviendo al tema central de esta nota, un argumento tiene que ser refutado con otro argumento y no con insultos. Una idea debe valerse por si sola y ser analizada por si sola, sin importar de donde proviene; el postulado 2+2=4 tiene el mismo valor si lo dice un premio Nobel de economía o lo dice un analfabeto y nadie puede desvirtuar tal resultado porque provino de un analfabeto.
El debate de las autonomías debe girar alrededor de los beneficios que estas traerán al país y a cada región. A estas alturas, es irrelevante discutir quien tuvo la idea primero. Es demagógico y divisionista desvirtuar las autonomías porque nacieron en Santa Cruz.
Esperemos que cuando llegue el referéndum primen la cordura y el buen sentido en el pueblo boliviano y que la mayoría no se deje llevar por un bullicioso grupo de charlatanes y resentidos.
Fayetteville, 06/06/06.
El Deber, 19/06/06.

Leyes laborales III: el rol del Estado

Javier Paz García

En dos anteriores notas argumenté que entre un conjunto de leyes que imponga excesivos costos para despedir empleados y otro que no los imponga, es más beneficioso para el país elegir el segundo conjunto de leyes. Hay, no obstante, una falacia en tal argumento ya que el conjunto de leyes que el Estado pueda adoptar al respecto, no esta dado por dos opciones opuestas, sino más bien por un espectro. Usé el caso de dos opciones opuestas para motivos ilustrativos. Ahora pretendo persuadir de que el extremo de laissez-faire tampoco es el adecuado y que el Estado tiene un rol importante que jugar. También reivindico el papel que los sindicatos han jugado para lograr mejores condiciones laborales a nivel mundial. Aclaro que no reniego de lo expuesto en anteriores notas: dadas dos opciones polarmente opuestas, creo que en la mayoría de los casos es mejor la opción menos restrictiva, no solo en lo laboral, sino también en la vida en general.
Existen condiciones bajo las cuales un modelo de libre mercado laboral es lo óptimo para una economía. Ningún país cumple esas condiciones, y por tanto todos los países necesitan de ciertas normas que rijan las relaciones laborales. El gobierno debe proteger a la clase laboral, especialmente la obrera y campesina, ya que sus miembros, por tener poca educación, y ser fácilmente reemplazables, están muchas veces expuestos a abusos y violaciones de los más básicos derechos humanos. En un país como Bolivia, donde las diferencias en educación son abismales y donde existen el clasismo y el racismo, el Estado tiene un rol esencial en la defensa de las clases más desprotegidas y marginadas. El derecho a huelgas y protestas -que son últimamente formas de libertad de expresión- deben ser respetados. El derecho a denunciar tratos injustos, situaciones ilegales o no éticas sin sufrir retribuciones por parte del empleador, es también algo que el Estado debe instituir y hacer respetar. En tal sentido, los sindicatos a nivel mundial, han jugado y siguen jugando un rol fundamental en la defensa de los derechos de los trabajadores. Siguen siendo esenciales en la concienciación de la población y en la denuncia de abusos por parte de empleadores. Es más, muchas de las mejoras en el ambiente laboral se deben a las luchas de estas agrupaciones y por tal motivo, todos los asalariados somos beneficiarios de las luchas sindicales pasadas y presentes.
Sin embargo, más que enfocarse en leyes que aumenten o limiten la facilidad de despedir empleados, el Estado debe orientar sus esfuerzos a crear leyes y mecanismos que aseguren condiciones laborales decentes, con tratos justos, y respeto por todos. Para tal efecto, el Estado debe convertirse en enemigo número uno de la discriminación, el racismo, el sexismo y el abuso en el ambiente laboral.
De todas formas, mantengo que el Estado no debe poner excesivas restricciones a la libertad de contratación; tal medida iría en perjuicio de la mayoría de la población, incluso de aquellos que la ley pretende ayudar. Después de todo, ningún empleador desea deshacerse de un buen empleado.
Fayetteville, 21/05/06.
El Deber, 09/06/06.

Leyes laborales II: ¿quién se beneficia de los altos costos de despido?

Javier Paz García

Hemos visto que restringir la libertad de contratación desalienta a los empleadores a incrementar personal, vuelve más rígido el mercado laboral, crea incentivos en los empleados para ser menos productivos, y como resultado lleva a un mayor nivel de desempleo y una menor productividad, menor eficiencia y menor crecimiento económico.
Este resultado se lo puede derivar teóricamente, pero existe también fuerte evidencia empírica para sustentar la teoría. Entonces, ¿quiénes se benefician de leyes que hagan prohibitivamente costoso despedir a empleados? Los mayores beneficiaros son los empleados que actualmente tienen trabajo, y en especial aquellos que están agrupados en sindicatos. Estos ya tienen sus fuentes de ingreso aseguradas y este tipo de leyes les da un mayor poder para negociar salarios y beneficios. Por otro lado, debido a que las empresas contratan a menos empleados, pagan mejores sueldos al personal restante. Existe por lo tanto una transferencia de ingresos de aquellos que hubiesen tenido trabajo, si las leyes laborales fueran diferentes, pero que actualmente están desempleados, hacia aquéllos que actualmente tienen trabajo y ganan mejores sueldos. Como resultado, los ingresos totales del país (PIB) disminuyen, y posiblemente aumenta la desigualdad de ingresos.
Haciendo una distinción entre labores profesionales vs. manuales, vemos que el primer grupo por tener conocimientos que requieren de mucho tiempo y experiencia para ser adquiridos, son menos afectados por este tipo de leyes, porque sus puestos son más difíciles de ser reemplazados. En cambio el obrero o el que trabaja en una línea de producción es el mayor beneficiario de estas leyes, si es que tiene un puesto de trabajo, pero es también el más perjudicado si es que actualmente se encuentra desempleado.
Es por ello que vemos a sindicatos oponiéndose a ultranza a cualquier ley que incremente la libertad de contratación, y apoyando las leyes que restringen esta libertad. Estos grupos se oponen a la libertad de contratación no necesariamente porque busquen el bienestar de todos los trabajadores, sino el bienestar de los miembros de su agrupación.
También es importante considerar los efectos dinámicos de tal medida, ya que si en el corto plazo restringir la libre contratación puede beneficiar a muchos asalariados, a la larga este mismo grupo se puede ver perjudicado por la falta de competitividad y de un crecimiento económico adecuado que tales leyes pueden ocasionar.
Decir que poner excesivas restricciones a la libre contratación puede aumentar el desempleo, no es necesariamente intuitivo, pero es un resultado lógico. El que no sea intuitivo explica el fuerte apoyo que este tipo de políticas tiene entre las clases trabajadoras. Poner excesivas restricciones a la libertad de contratación perjudica al aparato productivo de un país y a su población en general. Recalco el adjetivo ‘excesivas’ en la anterior frase, ya que eliminar toda restricción a la libre contratación no es necesariamente óptimo.
Fayetteville, 21/05/06.
El Deber, 03/06/06.

Leyes laborares I: sobre la libre contratación

Javier Paz García

Para decidir que leyes laborares adoptar, debemos considerar las consecuencias a corto y largo plazo que dichas leyes puedan tener. Tales consideraciones no deben enfocarse solo en los empleados, sino también en los empleadores, los desocupados, la productividad, y el crecimiento económico en general.
¿Cuáles son las consecuencias de leyes que permitan a empleadores contratar y despedir a sus empleados sin mayores complicaciones ni costos, vis-à-vis leyes que pongan restricciones y altos costos de despido?
Para motivos ilustrativos, asumamos dos extremos: uno donde empleadores pueden contratar y despedir a sus empleados sin ninguna dificultad, ni mayores costos, y otro donde despedirlos implica costos altos (hay que aclarar que los costos a los cuales nos referimos son exclusivamente derivados de las leyes que se adoptan, y no incluyen costos tales como la búsqueda de un nuevo empleado, su entrenamiento, etc.).
Ahora analicemos los diferentes agentes y resultados en los dos escenarios. Bajo un régimen sin costos de despido el empleador puede contratar y despedir a su personal cuando lo desee. Por lo tanto contratará a alguien si ese alguien le genera ganancias, y lo despedirá cuando le genere pérdidas. Luego, cada empleado se esforzará por producir por lo menos hasta el punto en que genere ganancias a su empresa, porque si no lo hace, sabe que tarde o temprano será despedido. El empleado sabrá también que otras empresas pueden contratar con facilidad, y tendrá la opción de renunciar si encuentra mejores oportunidades en otro lugar. Por contraparte, en un régimen donde el costo de despido es alto, el empleador no contratará tanto personal debido a que, si en el futuro le va mal a la empresa y necesita reducir personal, o alguien no cumple satisfactoriamente sus funciones, el empleador no podrá despedirlo, y quedará atado a él. Asimismo, el asalariado no tendrá el mismo incentivo a ser tan productivo, porque sabe que aunque su desempeño sea excelente o mediocre, su trabajo está asegurado.
Comparando las dos opciones, vemos que un régimen que permita el despido sin mayores costos conlleva a un nivel de desempleo menor, mayor productividad, mayor eficiencia en la distribución de empleados y empleadores, y mayor crecimiento económico en comparación a uno donde despedir a alguien tenga altos costos impuestos por el Estado. Este no es un resultado puramente teórico, Estados Unidos y Europa, por ejemplo, tienen economías similares, pero el nivel de desempleo en Europa es significativamente mayor al de Estados Unidos. Tal diferencia se explica en buena parte por la rigidez del mercado laboral europeo, producto de leyes que imponen altos costos de despido.
Fayetteville, 21/05/06.
El Deber, 30/05/06.

¿Por qué lucha Santa Cruz?

Javier Paz García

Las luchas cívicas cruceñas no son contra Bolivia o contra La Paz, son contra el centralismo. La sede de gobierno está en La Paz y esta ciudad se beneficia por tal condición. Parte del desarrollo de esta metrópoli se debe a la posición estratégica que ha tenido a lo largo de su historia, a su industria y al esfuerzo de su gente. Sin embargo, otra parte es debida al aparato burocrático que allí existe, al flujo de ingresos que llegan de todas las regiones del país por concepto de impuestos y no vuelven a salir y al excesivo poder político y administrativo que concentra. Es contra tales beneficios que los cruceños estamos luchando, no para trasladarlos a nuestra ciudad o departamento, más bien para distribuirlos entre todo el país y que Santa Cruz reciba lo que le corresponde, ni más ni menos. Santa Cruz no busca quitarle a La Paz lo que La Paz ha logrado con su trabajo y esfuerzo; tampoco pretende arrebatarle el poder político derivado de ser la sede de gobierno. Pero si pretende descentralizar y desburocratizar al país y cualquier paso en esa dirección significa para La Paz una pérdida de ciertos beneficios, por lo menos en el corto plazo. Es natural en cualquier persona defender sus posesiones, aunque estas hayan sido adquiridas de manera justa o injusta. Es también natural que ahora La Paz (capital del centralismo anacrónico y excluyente) se aferre con uñas y dientes a beneficios que no le corresponden y que ya ha disfrutado por bastante tiempo. Es bajo esta visión como resulta entendible la posición paceña; no obstante, lo que es natural no siempre es correcto.
Santa Cruz se ha puesto a la vanguardia de las luchas autonómicas y esto ha generado una confrontación entre las dos ciudades; las crisis económicas y políticas que hemos vivido, junto con el usual regionalismo dañino que existe en ambos lados han exacerbado los ánimos, creado susceptibilidades, y elevado la retórica ofensiva. Los insultos y las acusaciones han llegado a niveles preocupantes.
El propósito de esta nota es recordarle al pueblo cruceño y hacerle saber al resto de Bolivia que no peleamos contra una raza, una región, una ciudad o un gobierno: peleamos contra una injusticia. Los gobiernos autonómicos serán una realidad, y eventualmente La Paz tendrá que resignarse a ello. Esperemos que la actual tensión entre las dos urbes se disipe y no queden rencillas ni cicatrices. Al final, Bolivia necesita de La Paz tanto como de Santa Cruz. Solo una Bolivia unida en su diversidad puede emprender los retos del siglo XXI y llevarnos hacia un desarrollo económico y social sostenible y duradero.
Fayetteville, 08/05/06.
El Deber, 23/05/06.

Una tarea urgente para el Comité Pro Santa Cruz

Javier Paz García

Hace pocos días, un periódico paceño publicó una nota de opinión atacando al Comité Pro Santa Cruz, vindicándolo de racista, secesionista, vendido a las transnacionales y refugio de las oligarquías cruceñas. La nota abundaba en insultos y acusaciones genéricas, y llegaba al límite de sugerir que el gobierno central tome acción militar contra el comité.
Esto me motivó a escribir un artículo enumerando los logros de la institución, su trayectoria y la importancia que ha tenido en el desarrollo de Santa Cruz y la vida del cruceño. Para tal efecto busqué información en Internet y fue una sorpresa realmente desalentadora encontrarme con innumerables foros, artículos de prensa y páginas web dedicadas con ahínco a desprestigiar al Comité pro Santa Cruz. Esas publicaciones tienen un formato y presentación de primera calidad, lo que crea un aire de autenticidad y veracidad para el lector desprevenido o aquél que desconoce el tema y la historia.El Comité pro Santa Cruz necesita trabajar su imagen y mostrar al país –no sólo a Santa Cruz– cuáles son sus objetivos. Quien ha leído un poco la historia de Bolivia, y la de Santa Cruz, valora nuestro comité y sabe la trascendencia que ha tenido para el departamento; es consciente de que algunos de sus mayores aportes no sólo han forjado una Santa Cruz mejor, sino también una Bolivia mejor; conoce el abandono y las vicisitudes de las que nuestro departamento ha sido objeto por parte del centralismo; en fin, entiende que nuestro deseo de autonomía no es nuevo ni infundado, ni caprichoso ni egoísta. Desafortunadamente, no son mayoría los que conocen la historia de nuestro país, y para muchos su única fuente de información es lo que ven en la televisión, escuchan en la radio o en conversaciones, o leen esporádicamente en algún periódico. Con tales condiciones, y dado el formidable aparato propagandístico que existe para desprestigiar a Santa Cruz y, además, siendo el comité cívico la más representativa de las instituciones cruceñas, no es de extrañar que exista una imagen negativa y tergiversada de ese genuino instrumento de representación, ¡incluso entre los mismos cruceños! Considero imperativo, por lo tanto, que el Comité pro Santa Cruz inicie una campaña de concienciación de la comunidad con respecto a su historia, luchas, logros y objetivos, a través de una Internet informativa, veraz y clara, que coordine con periódicos, canales de televisión y radioemisoras cruceñas para armar una estrategia de educación y esclarecimiento sobre la mayor de nuestras instituciones.Si la presente nota logra despertar esta inquietud y hacer efectiva tal estrategia, creo oportuno hacer una aclaración más: cualquier campaña de concienciación debe ser llevada a cabo con objetividad y ética. El Comité tiene muchas conquistas enaltecedoras en su historial, y sus objetivos y métodos actuales son justos. Por lo tanto, éstas resultan sus mejores armas. Tal esfuerzo debe mostrar al boliviano imparcial (sea éste cruceño, paceño o de cualquier otro departamento) que el Comité busca lo mejor para Santa Cruz y para Bolivia, y no así a costa de Bolivia. No precisa enfrascarse en una guerra de insultos con aquéllos a quienes no es posible cambiar de opinión y que tergiversan los hechos con tal de hacernos ver mal; esto sería como tirar diamantes a los puercos. Creo que la justicia y la razón están de nuestro lado y, para conservarlas y defenderlas, tenemos que fortalecer nuestros valores esenciales.
Fayetteville, 07/05/06.
El Deber, 17/05/06.

Los bolivianos no deberíamos trabajar

Javier Paz García

Sorprendente declaración hecha por el actual canciller, David Choquehuanca. Sorprendente porque tal sentencia implica que los bolivianos actualmente trabajamos, lo cual me niego a creer. Los bolivianos no trabajamos, vivimos como vividores, buscando la vida fácil. Y por eso somos el país más pobre de América.
El boliviano de la clase baja es un haragán. No le interesa producir por encima de lo necesario para su mínima subsistencia y así mejorar su nivel de vida y el de su familia, no le interesa la educación de sus hijos (y peor de sus hijas) y es un borracho e irresponsable. Me contaba un amigo que administraba una imprenta que los lunes no faltaban ausencias entre sus empleados (borracheras de fin de semana). Si habían recibido sueldo el viernes, era peor: se bebían hasta la leche para sus hijos y terminaban en la cárcel por pegarle a su mujer. Así es la clase baja, sin aspiraciones de superarse, sin deseos de escapar de las cadenas de la pobreza, siempre arreados como bueyes.
Nuestra clase media está repleta de vividorcitos. Aquellos que viven tumbando a la gente con el cuento del tío. Los que llegan con ese negocio que te va a hacer millonario en dos meses – si me adelantás cien dolaritos. Son estos verdaderos parásitos que no producen ni lo necesario para su propia subsistencia y tienen que tomarlo de otros.
Luego tenemos a las clases altas, a los “patricios” de la nación. Estos que ya sea por designios de Dios, la providencia o la suerte, están en una posición económica y política privilegiada y tienen todas las condiciones y los medios para ser los líderes de la nación, los guías del pueblo, los que levanten a Bolivia de su letargo y eleven a las clases inferiores. Sin embargo, esta clase se consagró a usufructuar del gobierno y vivir la buena vida. Aquí están los empresarios que manejan la última Land Cruiser mientras sus empresas están en quiebra. A esta clase que, por orden natural está destinada a liderar, le interesa más aparecer en la sección de sociales y que la hija tenga la más lujosa fiesta de quinceaños. Si en el presente sufrimos el infortunio de tener un presidente sin la preparación ni el carácter necesarios para ser un buen estadista, es porque en el pasado nuestra clase alta produjo líderes altamente preparados… para la melea y nada más.
En la juventud pongo pocas esperanzas. Esta vive para esperar los viernes y así poder alcoholizarse hasta la idiotez. Se cree con derecho a todo tipo de atropellos. Si uno de estos intocables bota botellas en la acera, pobre del paquito que se aventure a reclamarle ¿no ven que es hijo o sobrino de tal ministro? Si a uno se le ocurre pararse en plena avenida a conversar tendido, ojala el de atrás no ose tocar la bocina, porque no importa si es niño, mujer o anciano, va a recibir una tunda por atrevido. Para ellos es más importante estar en la comparsa que pega, que la situación del país; sacan sus títulos universitarios invitando churrascos a sus profesores y comprando sus tesis y saben perfectamente quien es Paris Hilton pero nunca han escuchado de Pedro Shimose.
Vivimos en una sociedad donde hacer huelgas y bloqueos es más rentable que crear bienes y servicios; donde nadie paga impuestos pero exige que el gobierno le compre hasta las camisas; donde la causa de nuestras desgracias nunca está en nosotros mismos, sino en gringos, chilenos y marcianos. Vivimos en un país de gente que no sirve pa’ nada y por eso estamos donde estamos.
Don David, usted dice que los bolivianos no tendríamos que trabajar, yo digo que nos queda mucho por trabajar. Lo primero y más difícil: cambiar nuestra mentalidad.
Fayetteville, 15/04/06.
El Deber, 10/05/06.

La lucha no ha terminado

Javier Paz García

Hemos conseguido que la elección de prefectos sea por voto directo. Este es un gran paso, un hecho histórico y significa el principio del establecimiento de autonomías departamentales. Sin embargo, la lucha por las autonomías esta lejos de terminar; nos esperan batallas duras y cada vez se abren nuevos frentes.
El gobierno de Evo Morales, o mejor dicho Evo en si, ha mostrado poco o nada de respeto por la democracia y sus instituciones y está en este momento trabado en una ofensiva voraz para copar todas las dependencias gubernamentales y acabar con toda oposición. Cabezas han rodado en las fuerzas armadas, el CNE, y quien sabe donde más rodarán. El objetivo es acabar con la independencia de poderes y tener el control total. Este gobierno ha sido enfático en su oposición a las autonomías provinciales, y en vez de felicitar al prefecto Costas por su iniciativa, lo ha acusado de protagonismo. Esta actitud muestra que Evo en principio no está en contra de las oligarquías, solamente de aquellas en las que él no es partícipe. Y ahora se encuentra en el proceso de crear la oligarquía única, la de Evo Morales. Si Evo es consecuente con esta línea de acción, la autonomía departamental sigue en riesgo de no concretarse.
La elección de prefectos por voto directo es la cúspide del proceso autonómico, pero prefectos democráticamente elegidos no es sinónimo con autonomías. Para alcanzar una verdadera autonomía faltan dos cosas más: plata y autoridad. Para tener plata, es necesario que los recursos que genere el departamento, vayan en su mayoría y en forma directa a la prefectura. No deben ir a La Paz para que el gobierno central distribuya lo que quiera y cuando quiera. Con respecto al segundo punto, la prefectura debe tener autoridad y jurisdicción: debe, entre otras cosas, tener potestad para llevar a cabo proyectos de desarrollo regional, crear o eliminar impuestos, tener autoridad sobre la policía y crear leyes, mientras estas no contradigan las leyes nacionales. Estas atribuciones del poder departamental no están garantizadas y, si este gobierno es consecuente con su accionar, va a hacer una férrea lucha para no ceder tales atribuciones y para disminuir las actuales (aunque Evo ha mostrado ser inconsecuente y errático, bordeando en la incoherencia y la estupidez, estoy casi seguro que en este campo mostrará una coherencia sorprendente).
Es posible vislumbrar un sistema donde se priva a la prefectura de toda jurisdicción y se crea un “delegado departamental” puesto a dedo por el presidente, con toda la facultad para administrar recursos y tomar decisiones o simplemente para vetar cualquier iniciativa de la prefectura. De esta forma tendríamos un prefecto democráticamente elegido cuya única función sería recibir un sueldo, y otro de facto nombrado a dedo.
Este escenario no es inverosímil. Tenemos un gobierno que ha mostrado claros tintes de ser anti-democrático, racista y anti-cruceño, y cuyo objetivo es hegemonizar el poder. No bajemos la guardia, que la lucha no ha terminado.
Fayetteville, 05/04/06.
El Deber, 12/04/06.

Soluciones definitivas a todos los problemas de Bolivia

Javier Paz García

El magnánimo gobierno de izquierda revolucionaria, luego de haber derrotado a la lepra neoliberal de ultra-derecha que mantuvo a este país en la pobreza y la miseria acérrima, que ha sido causante de todos los desastres, naturales y artificiales, cuyas políticas de libre mercado han mantenido a Bolivia en el estancamiento y en la sumisión a los superpoderes, etc. etc., decreta lo siguiente:
En materia política:
Para consolidar y perpetuar al gobierno de izquierda, se atacará enérgicamente a cualquier grupo, institución, comité cívico, medio de prensa, país o persona que pretenda criticar o contradecir los designios de este Supremo Gobierno del Pueblo. Para este propósito el gobierno tendrá a su disposición todos los medios disponibles.
Para evitar doctrinas dañinas y pro-imperialistas se evitará la discusión de temas que molesten al régimen, y cualquiera que ose contravenir tal disposición, será insultado y satanizado como oligarca, logiero y antipatriótico. Las discusiones no se ganarán con lógica (esta estrictamente prohibido el uso de silogismos para evitarle la fatiga al Líder Supremo), las discusiones se ganarán con diatribas y acusaciones infundadas.
Es potestad del gobierno culpar de todos los problemas a los gringos, cambas, marcianos, comité cívicos o lo primero que al Líder Supremo se le venga en mente.
En materia social:
El gobierno apropiará todas las tierras, será dueño de todas las empresas, y controlará los destinos de toda la población. Con un decreto se eliminarán la pobreza y a los sindicatos que no sigan los designios del Supremo.
En una jugada magistral y de extrema genialidad, el gobierno incrementará los salarios al doble, y como no hay dinero, incrementará los precios en la misma proporción, así los trabajadores estarán felices porque ganan más y los empresarios también porque venderán a mejores precios.
Para reducir la tasa de mortalidad infantil, esta estrictamente prohibido que los niños se mueran.
En materia económica:
Para eliminar el hambre se decretará que las plantas de soya produzcan el doble, el maíz el triple y la quinua el quíntuplo.
Que la deuda externa la compre Venezuela a un interés del menos quince por ciento para que en un par de años desaparezca.
Se decretará también que todos los países del mundo nos compren los productos que producimos con los precios que el gobierno dicte, y que nos vendan lo que queramos a precio solidario.
Es un placer comunicarle al pueblo boliviano que este Supremo Gobierno va a solucionar de una vez y por siempre todos los problemas de todos los bolivianos. Amén.
Fayetteville, 25/03/2006.
El Deber, 07/04/06.

Manteniendo el compromiso autonomista

Javier Paz García

El prefecto Rubén Costas anunció recientemente que los subprefectos serán elegidos democráticamente por las diferentes provincias. Con esta decisión, él se adelantó a una nota mía en la cual remarcaba la necesidad de no dejar las autonomías a medias. Es preciso que llevemos el proceso autonómico hasta las provincias, tanto en el ámbito político-administrativo como económico. La lucha por autonomía es una lucha por la libertad, por la potestad de los pueblos para administrar sus propios recursos y regir sus propios destinos, dentro de un marco de legalidad y justicia creado por el Estado. No se trata aquí de pedir limosnas a nadie o reclamar lo que no nos pertenece. Solo queremos que nuestro trabajo beneficie a nuestra tierra, y es tal vez esta frase la mejor síntesis del por qué somos autonomistas. El anuncio del prefecto y la eventual realización de elecciones de subprefectos son una muestra más de la legitimidad de las luchas cruceñas. Son una muestra más de que nuestras élites están comprometidas con la democracia y el bienestar de la nación. Con esto queda totalmente desvirtuada la tesis de que las oligarquías cruceñas, lideradas por blancos racistas, usaron el pretexto de las autonomías para adueñarse del poder. Los inventores de esta tesis van a tener que buscar otra para seguir atacándonos, y cuando lo hagan, Santa Cruz una vez más demostrará con su accionar la hidalguía de su gente y la legitimidad de su lucha. Felicidades Don Rubén por ser impulsor de las autonomías desde el Comité Cívico, y ahora primer prefecto elegido por voto popular. Felicidades por ser consecuente con su discurso y llevar la autonomía hasta las provincias. Y felicidades por ser un cruceño que por su entereza y compromiso con su pueblo es ya un ejemplo para muchos jóvenes, y forma parte de aquellos que con trabajo, capacidad y honestidad harán una Bolivia mejor. Siga adelante que su pueblo está con usted.
Fayetteville, 26/03/06.
El Deber, 03/04/06.

Sobre élites y oligarquías

Javier Paz García

En el occidente de Bolivia, muchos (faltos tal vez de un diccionario), confunden estos dos términos que tienen significados tan diferentes. La palabra “élite” significa lo mejor, lo más alto. Pertenecer a la élite es pertenecer a lo mejor de un grupo con ciertas características. Se denomina élites intelectuales al grupo de personas más inteligentes, más preparadas de nuestra sociedad. Las élites empresariales están compuestas por los empresarios más exitosos y con mayores capitales disponible. Es importante aclarar que la élite no es una organización. Dos personas pueden formar parte de una misma élite sin haberse conocido nunca. La élite, como tal, no tiene como objetivo la acumulación de poder, pero en general, el poder esta en ésta porque en la élite están los más aptos para guiar y representar al pueblo.
Una oligarquía por otro lado, es un grupo de personas que buscan el poder, para beneficio propio y exclusivo. Este grupo es unido, reducido, y entre sus miembros pueden haber personas capaces, como también burros y pillos. En la élite están los mejores del pueblo, al servicio del pueblo. En una oligarquía esta cualquiera, al servicio de si mismo.
Existe por lo tanto una diferencia abismal entre ambos conceptos, y no debería existir confusión en su uso. Sin embargo, para el que tiene dudas sobre el significado de estas palabras, algunos ejemplos pueden ser esclarecedores:
Aferrarse con uñas y dientes a escaños parlamentarios que no les corresponden es propio de una oligarquía.
Democratizar el gobierno departamental e incluso el gobierno provincial, es propio de élites comprometidas con el pueblo.
Ocasionar una guerra civil con el mezquino objetivo de trasladar la capital de la república es obra de oligarquías. Llamar a esa guerra “revolución federal” es hipocresía. Y peor aún, 126 años después renegar de las autonomías (que son menos descentralizadas que un sistema federalista), llega al límite del cinismo.
Luchar para que cada pueblo (dentro de la nación) busque y persiga su destino y maneje los recursos que él mismo generó, es un ejemplo de lo que hacen las élites.
Vender al país a precio regalado, repartirse la plata y mandarse mudar (a los Estados Unidos) es propio de oligarquías.
Defender las regalías a costa de sangre, sin recibir ningún beneficio directo de ellas, es lo que hacen las élites.
Lanzar una campaña propagandista para mostrar al oriente como oligarca y separatista, y así engendrar odios y desconfianzas entre bolivianos es trabajo de oligarquías.
Trabajar por una Bolivia progresista, emprendedora y mejor que aquella que heredamos es lo que hacen nuestras élites.
Mantener el status quo, el centralismo: propio de oligarquías.
Pedir más democracia, más poder para el pueblo: propio de élites.
Mantener a Bolivia en la pobreza y la ignorancia extrema: lo que las oligarquías occidentales han hecho a lo largo de nuestra historia.
Levantar a este país de su adormecimiento y retraso, e insertarlo en un mundo dinámico, competitivo, sin fronteras: el reto de las élites cruceñas.
Fayetteville, 17/01/06.
El Deber, 11/03/06.

Sobre el porqué y para qué de la unidad nacional

Javier Paz García

Antes de comenzar esta nota, creo necesario hacer una aclaración. Éste no es un artículo ni a favor ni en contra de autonomías o independencias. Su propósito es criticar ciertas actitudes que existen en el presente cuando estos temas son discutidos, y así encauzar el debate en ríos más fructíferos.Leo a menudo artículos en la prensa que exaltan la unidad nacional y la ponen como el mayor y más sublime objetivo. Sin embargo, en esos artículos nunca he visto ni siquiera el intento de explicar por qué la unidad nacional debe ser la meta de nuestra existencia y el propósito de nuestros rezos y plegarias.Este tipo de artículos denota un nacionalismo fanático, ése que no acepta críticas ni razonamientos opuestos y que sigue su objetivo ciegamente, así como la Alemania nazi siguió a Hitler. Cualquier pronunciamiento, o sugerencia, que aparente quebrantar la unidad nacional es correspondido con una ola de ataques que no están dirigidos al argumento en sí, sino a las personas que lo propusieron. A estos expertos de la diatriba parece que se les eriza el pelo al escuchar hablar de autonomía, descentralización, federalismo o independencia, y defienden a muerte la unidad nacional, pero hasta ahora no responden por qué debe ser la unidad nacional el objetivo superior de los bolivianos. ¿Será que tal vez ni ellos mismos se han hecho esta esencial pregunta antes de atrincherarse en sus posiciones? ¿O tal vez les conviene mantener el status quo de la pobreza, la exclusión social y la corrupción despampanantes que existen en Bolivia?Cuando hablan de unidad nacional, es obvio que se refieren al control político y administrativo del espacio geográfico que hoy es Bolivia, pero de ningún modo se refieren a la unidad de los ideales y objetivos de los habitantes que la comprenden. Digo esto porque mientras claman por la unidad nacional, satanizan a una importante proporción de sus habitantes, en su mayoría del oriente. Desde el punto de vista semántico es un oxímoron pedir la unidad de los bolivianos y, al mismo tiempo, llamar traidores y sediciosos a tal vez una cuarta parte de su población.Pero si vamos más allá del territorio geográfico como referente de nación, vemos que el concepto no es constante. La nación cambia, muta, evoluciona con cada nueva Constitución, Constituyente, generación, golpe de Estado, etc. y, por ende, el concepto de unidad nacional se vuelve difuso. ¿Por qué es lícito que la nación cambie con respecto a mil cosas menos a su espacio geográfico?Tal vez estos defensores de la unidad nacional no han oído hablar de Locke y Rousseau, y viven todavía en la era monárquica donde el vasallo está para servir al Estado, sin que el Estado sirva al vasallo. En la nación moderna, el individuo es libre y soberano, y crea al Estado para su beneficio, el Estado nunca crea al individuo. Bajo esta noción, los miembros de un Estado tienen la potestad de elegir la organización política y administrativa que crean más adecuada para lograr el mayor bienestar de éstos. También tienen el derecho de cambiar su organización si ésta no va de acuerdo con las metas de sus miembros o se vuelve obsoleta o inadecuada para lograr el mayor bienestar colectivo. Si aceptamos que el propósito único del Estado es servir a la prosperidad de los habitantes que lo conforman y velar por ella, entonces sólo podemos defender la unidad del Estado si su desintegración causara que sus pobladores estén peor que antes. No es lícito luchar por la unidad nacional si ésta no conduce a alcanzar altos niveles de bienestar posible de sus miembros. Es decir, si la población que habita cierto espacio geográfico puede acceder a mayores índices de desarrollo social bajo dos o más naciones, entonces no hay razón para que exista una sola nación unitaria – si me permiten la redundancia. Dados estos argumentos, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿estaríamos los habitantes de la actual Bolivia mejor si ésta se dividiera? Ésta es una pregunta a la que yo no tengo respuesta, y existen argumentos sólidos en defensa de ambas opciones.
Fayetteville, 12/02/06.
El Deber, 18/02/06.

¡Un lujo que no podemos darnos!

Javier Paz García

Cuando una empresa contrata a alguien para una posición, busca o debería buscar a la persona más calificada para tal posición. Cuando alguien compra algún servicio, digamos el servicio de un médico, elige o debería elegir al médico más idóneo para desempeñar tal servicio.
Ahora supongamos que existen dos candidatos para una posición y la empresa contrata al candidato menos capaz para el puesto. Como resultado de esta elección, la empresa no se desempeñará tan bien como lo hubiera hecho si hubiese contratado al mejor de los candidatos; en pocas palabras, la empresa será ineficiente. Una empresa ineficiente produce menos cantidad o menor calidad, y hace menos dinero del que ganaría si fuese eficiente. Como resultado, el país produce menos (la producción de un país es la suma de la producción de cada individuo o empresa que lo compone), hay menos dinero para distribuir entre sueldos, dividendos e inversión, el estado recibe menos impuestos, y el nivel de desarrollo del país es menor. De igual manera, cuando no elegimos al médico más apto, el valor del servicio que recibimos es menor, con efectos similares para el país.
Es claro que si es solamente una empresa o una persona la que no contrata al más idóneo para algo, la ineficiencia es minúscula y sin efectos significativos para el país. Pero si existen muchas empresas y personas con este comportamiento, el efecto será significativo en el desarrollo del país.
Bueno, ¿Y a qué viene todo esto? Después de todo, ¿quién en su sano juicio contrata a sabiendas al menos idóneo? La respuesta es que más de uno. Cuando no se contrata a un ingeniero civil porque es mujer; cuando una mujer con todas las cualidades necesarias para ser ingeniera civil decide no serlo porque sabe que, por ser mujer, le será más difícil encontrar trabajo; cuando no se usan los servicios de un médico, solamente porque este tiene la tez muy oscura o apellida Mamani; en todos estos casos estamos potencialmente descartando a personas más capaces y eligiendo a otras menos competentes para tal oficio. ¡Este es un lujo que no podemos darnos!
Cada vez que en la compra de un servicio excluimos a alguien basados en factores totalmente irrelevantes y externos al servicio que esa persona va a desempeñar, estamos discriminando. Imaginemos que el director técnico de un equipo de fútbol elija a sus titulares basado en quienes son los más bonitos de su plantel, o que un bufete de abogados en busca de un nuevo abogado para la firma, elija a su candidato basado en quien tiene las orejas más redondas. Por más ridículos e inverosímiles que estos ejemplos parezcan, la discriminación laboral que aquí describo es totalmente análoga a estos ejemplos.
La discriminación, en todas sus formas, es dañina, retrograda y limitante del desarrollo nacional. Por lo tanto, luchar contra la discriminación no es solo un imperativo moral, es también una necesidad económica.
Fayetteville, 05/02/06.
El Deber, 11/02/06.

Los retos de Evo presidente

Javier Paz García

Evo Morales ganó las elecciones con más del 50% de la votación, algo histórico en Bolivia. En enero comienza un nuevo periodo en su vida con retos y responsabilidades que todavía no conoce. Como líder cocalero y diputado nacional Evo fue reaccionario y crítico del gobierno y otros grupos sociales. Su base fueron los cocaleros del Chapare y nunca tuvo que responder a ninguna otra organización. Desde enero Evo tendrá que responder a todos: cocaleros, empresarios, obreros, agricultores, etc. Como conductor del país ya no tendrá a nadie para echar la culpa. Tendrá que lidiar con todos los grupos sociales, y de exigir, tendrá que aprender a negociar y conciliar. Tendrá que distribuir un presupuesto limitado para aplacar demandas inacabables. De bloqueador pasará a bloqueado, de repartidor de culpas a culpable, de prometedor de utopías pasará a responsable de poner en practica políticas económicas y sociales. Dada nuestra cultura de bloqueos y protestas, Evo no tardará en quedar cercado de pliegos petitorios, demandas, bloqueos, plazos, huelgas y marchas y toda la gama de productos que nuestras organizaciones sociales y sindicales han creado y pulido hasta la perfección.
Gobernar Bolivia en estas condiciones no es fácil para nadie y no lo será para nuestro próximo presidente, un hombre autoritario, sin educación ni experiencia en la administración pública y más acostumbrado a insultar y atacar que a conciliar y crear propuestas. A esto hay que agregar dos puntos adicionales, Evo no tendrá el mismo control de las prefecturas que hasta ahora han tenido los presidentes y segundo, dado su origen indio y su discurso electoral, las expectativas de la gente que lo apoyo son muy altas. Este segundo punto será devastador para su presidencia. Muchos esperan que con Evo, los problemas de Bolivia se acaben de la noche a la mañana. Tales expectativas son irrealizables, y por más voluntad que el próximo gobierno ponga, Bolivia seguirá siendo un país pobre y atrasado por muchos años más. Eventualmente las protestan y los bloqueos van a comenzar y probablemente vendrán de la misma gente que lo apoyó y votó por él.
Existe un punto a favor de Evo, hoy por hoy tiene un apoyo sin precedente, y en el corto plazo era el único candidato que tenía chance de alcanzar paz y estabilidad social, la victoria de cualquier otro candidato hubiese mantenido el estado de agitación en que se encuentra el país. Por mi parte lo felicito por su victoria y le deseo éxito en la difícil tarea que está por empezar.
Fayetteville, 20/12/05.
El Deber, 30/12/05.

lunes, 16 de octubre de 2006

El racismo como herencia histórica

Javier Paz García

En Bolivia existe una gran disparidad entre la mayoría de origen indígena y la minoría de origen europeo. El boliviano promedio de origen indígena es pobre, con poca educación e históricamente sin mayor participación en la vida política de la nación. El boliviano de origen europeo en promedio tiene ingresos más altos, mejor educación e históricamente ha tenido el control político y económico de la nación. Ante esta situación es legítimo preguntarse si las razones de estas diferencias son genéticas o históricas.
Aceptar la doctrina de que ciertas razas son intelectualmente o moralmente superiores, implica admitir que si dos niños, uno de origen indio y otro de origen europeo, son criados bajo las mismas condiciones, con similar acceso a educación, salud y oportunidades, el niño de origen europeo se desempeñará mejor que el indio. Me rehúso a admitir tal hipótesis, mas bien creo que el origen de estas diferencias es histórico.
La conquista española destruyó a los imperios y reinos originarios de América, diezmó a su población original con balas y enfermedades y a gran parte de los sobrevivientes los esclavizó mediante el pongueaje. La vida republicana no cambió mucho la situación; el indio siguió como siervo del patrón, sin acceso a educación, derechos civiles ni protección del Estado. El indio fue un ciudadano de segunda clase cuya función era servir a las clases altas de origen europeo. Esta relación de patrón-sirviente impuesta a la fuerza en un comienzo y posteriormente perpetuada por la falta de educación y oportunidades para el indio generó un sentimiento de superioridad en los unos y de inferioridad y resentimiento en los otros. Este estado de cosas, aunque en menor grado, persiste hasta hoy. Es recién en 1952 que el Estado reconoce al indio como ciudadano con los mismos derechos que los “blancos”. Nuestra actual legislación reconoce que Bolivia es pluricultural y multiétnica y da los mismos derechos y garantías a todos sus ciudadanos. No obstante, en la práctica el indio sigue en su mayoría en la extrema pobreza y con limitado acceso a educación, poder político o económico y en casos aislados todavía existe la figura del pongueaje. Es penoso admitir que tomarán décadas para que estas desigualdades económicas desaparezcan. Sin embargo, lo más triste es que en el siglo XXI existe todavía el sentimiento de inferioridad en unos y de superioridad en otros. Todavía hay personas que creen que Dios los puso en la tierra para mandar y ser servidos. Todavía existen los que creen que tienen un derecho divino sobre la vida y el destino de otras razas y consideran tremenda osadía que un indio quiera educarse, prosperar o peor aún, aspirar a presidente de la nación. Muchos de los conflictos sociales de la Bolivia de los últimos 100 años se pueden explicar como efectos de las diferencias económicas de estos dos grupos, la lucha por unos por acceder al poder y la de los otros por excluirlos del poder. A medida que ambos grupos aprendamos a aceptar nuestras diferencias, sin ver a unos por encima de otros, a medida que aprendamos a compartir el poder, Bolivia alcanzará estabilidad social, requisito indispensable para el crecimiento económico y el progreso de la nación.
Fayetteville, 20/12/05.
El Deber, 07/01/06.

Los errores de la derecha

Javier Paz García

Podemos resumir los problemas de la derecha boliviana en una frase: llevó una política de exclusión hacia el indio y el pobre, marcada por la corrupción y el cuoteo político.
La teoría económica muestra que bajo ciertas condiciones, el libre mercado es la forma más eficiente de producción. Bolivia en su Constitución de 1878 adoptó un modelo de libre mercado. Este periodo “liberal” duro hasta mediados de los treinta, sin que los niveles de vida de la mayoría de la población mejorasen. Existen causas económicas para este bajo desarrollo (país monoproductor, monopolizado política y económicamente, población analfabeta, pobre desarrollo vial e institucional, para nombrar algunas). Sin embargo la conducción política del país tendría que paulatinamente haber subsanado estos males y crear las condiciones bajo las cuales el libre mercado tiene los efectos positivos que la teoría predice. En vez de ello, los gobiernos “liberales” fueron verdaderas oligarquías políticas que representaron a los intereses de la otra oligarquía: la minera. En este periodo gran parte de la población vivió bajo un estado de servidumbre, sin derechos civiles, tierras propias o educación, como ciudadanos de segunda clase. La derecha gobernante no hizo nada por cambiar tal situación.
Es la izquierda, con el MNR y la COB a la cabeza, la que en 1952 lleva a cabo una de las revoluciones más importantes de Latinoamérica. Ésta, elimina el pongueaje (al menos en papel, ya que en Bolivia todavía existe esclavitud) e instituye el voto universal (63 años después de la revolución francesa). También lanza una reforma agraria, educativa, y laboral. Por ello, es justo reconocer el rol que la izquierda boliviana ha tenido en el desarrollo social de nuestro país. Es la izquierda la que históricamente estuvo del lado de los pobres y marginados. Es la izquierda la gestora de mejores condiciones de trabajo para el obrero y el campesino. Es la izquierda la que se preocupó por el desarrollo rural. Y así como la izquierda fue protectora del indio y trató de insertarlo a la vida nacional, la derecha fue excluyente y represiva. Podemos decir que esta derecha vio a Bolivia como un club privado del que ellos eran los únicos socios y beneficiarios.
La derecha de los 80s y 90s fue más consciente que la anterior con respecto a la inclusión social, pero cayó en un estado de corrupción, nepotismo, impunidad e ineficacia que la desprestigió totalmente. Y es de esta forma como la teoría queda en eso: teoría.
Bolivia tiene mucho que agradecerle a la izquierda, en especial las clases más pobres. Por eso, ésta está lejos de desaparecer del escenario nacional. Hoy, una Bolivia cansada de la derecha, se vuelca contundentemente hacia la izquierda, y creo que con mucha razón. Esperemos que esta izquierda luche por las clases desprotegidas, como es su característica, pero que también maneje el país con políticas pragmáticas y viables que subsanen sus problemas estructurales y que aumenten nuestro nivel de vida en vez de poner tapones temporales. Esperemos también que la próxima derecha salga purgada de sus males pasados y presentes. Que esta derecha este liderada por gente con ética, comprometida socialmente con Bolivia y con la visión de un mejor futuro para todos los bolivianos.
Fayetteville, 30/12/05.
El Deber, 14/01/06.

¿Por qué la izquierda está en auge?

Javier Paz García

En dos notas anteriores he argumentado, basado en la historia del siglo XX y en un análisis básico de la psicología humana, que el comunismo es inapropiado y dañino para un estado y que futuros intentos de implementarlo están destinados a fracasar. Me parece que la evidencia a favor de mi conclusión es abrumadora.
¿A qué se debe entonces, que las corrientes comunistas y ultra izquierdistas sigan vigentes (y en aparente crecimiento en Latinoamérica)? Existen varias razones, quiero tocar tres:
1) Vivimos bajo un modelo de libre mercado en el que existen cada día más pobres y marginados sociales.
2) El comunismo promete un mundo sin pobreza (y sin riqueza). La esperanza es lo último que se pierde, reza un dicho; un sistema igualitario y homogenizador es tal vez la última esperanza para muchos que, aparte de vivir en miseria, tienen la desdicha de presenciar la riqueza de unos pocos.
3) Los grupos más empobrecidos y marginados no tienen nada que perder y potencialmente algo que ganar con un cambio del sistema económico y político. Tal como sucede en los bloqueos, el bloqueador no exporta ni transita por la vía que bloquea, entonces bloquear no le representa ningún costo, mientras que potencialmente puede traerle beneficios (que el gobierno atienda sus demandas, por ejemplo).
Sobre el primer punto, existe una confusión entre causa y efecto. El capitalismo no es responsable de la pobreza de nuestro país (estoy convencido que estaríamos peor bajo un capitalismo de estado o un comunismo). Pero es el sistema imperante, por lo tanto al único al que se le puede culpar. Repito que no es el capitalismo el causante de la pobreza, son mas bien la corrupción, las luchas de poder a lo largo de nuestra historia, la ineptitud de nuestros líderes, la baja inversión en educación, salud, tecnología y caminos, mala distribución de tierra, mal sistema judicial y pobres garantías jurídicas los mayores causantes de nuestra pobreza. Es muy improbable que un cambio de sistema político y económico den fin por si solos a estos endémicos males que sufre Bolivia.
Sobre el segundo y tercer punto pienso que el comunismo, como el populismo, da solo esperanzas y la idea de una sociedad en armonía, sin dar políticas factibles y pragmáticas que conduzcan a tal sociedad. La baja educación y la extrema pobreza en la que vive la mayoría, hacen fácil convencer a esta mayoría que un sistema alternativo, de corte izquierdista sería mejor que el actual. Asegurar que la mayoría de la población esté convencida de que otro sistema económico es peor que el actual es tarea de nuestros futuros líderes. Nuestros líderes deben integrar social, política y económicamente a las masas hasta ahora excluidas, educar a la población, luchar contra la discriminación, el nepotismo y la corrupción. Deben darse cuenta que Bolivia es de todos, que no están en el poder por derechos divinos, sino por la voluntad del pueblo y es para el pueblo por quien deben trabajar. En la actualidad, la mayoría de nuestra población no tiene nada que perder porque simplemente no tiene nada. Tal situación hace que las protestas y revoluciones no sean difíciles de generar. Solo cuando cambiemos eso, alcanzaremos estabilidad económica, y política. No es un cambio radical del modelo económico lo que necesita Bolivia, es un cambio radical de mentalidad. Más fácil dicho que hecho.
Fayetteville, 03/11/05.
El Deber, 1/12/05.

Refutación filosófica de la doctrina comunista

Javier Paz García

El hombre es eficiente, racional, insaciable en sus deseos y busca su propio interés. Postulados básicos de la teoría económica clásica. Es eficiente porque busca minimizar su esfuerzo para alcanzar un objetivo dado; por ejemplo, si para conseguir un pan puede elegir entre trabajar una hora o trabajar dos horas, optará por trabajar una hora. Por racional se entiende que puede distinguir entre lo que le conviene y lo que no le conviene, y tomar las decisiones que más le beneficien. Es insaciable en sus deseos, porque siempre quiere más y mejores cosas: no importa cuanto tenga siempre querrá más ropa, mejor casa, mejor educación, otro automóvil, etc. Por buscar su propio interés se entiende que pone su propio bienestar antes del bienestar de otros. Este último punto tal vez no sea aplicable 100% al individuo, pero si tomamos a la familia como una unidad, se vuelve totalmente incontrovertible. Adam Smith ilustra el propio interés con un ejemplo en el que compara el pesar que sentiríamos si nos cuentan que un terremoto en China causó miles de muertes (nos lamentaríamos unos minutos y luego continuaríamos con nuestra rutina diaria); en cambio si nos dicen que mañana nos van a cortar el dedo meñique izquierdo (el más inútil de nuestros dedos), probablemente no podríamos concentrarnos en nada, pasaríamos una noche de insomnio y tormento, y nuestra rutina se haría insoportable.
El comunismo ignora estos postulados básicos del comportamiento humano y dice que “de cada uno según su capacidad, y a cada uno según su necesidad”. Asume, en su forma básica, que todos los hombres por voluntad propia trabajarán mucho y pedirán poco. En esta sociedad el diligente y capaz recibirá el mismo pago que el inútil y haragán. Ante esta situación, el hombre eficiente y racional elegirá trabajar menos; la psicología y la historia son prueba de ello. Que se entienda que el hacerle lance al trabajo en estas condiciones, no es cuestión de flojera, sino de viveza. El comunismo como su nombre lo indica, solo sirve para comunidades pequeñas, donde la gente se conoce; es factible que funciones en una ciudad-estado, pero es utópico y dañino en un estado-nación, donde el trabajo de un individuo beneficia a millones que nunca va conocer. El comunismo no da incentivos para que crezca la industria, para que existan avances tecnológicos, y lleva más bien al estancamiento y empobrecimiento general.
Fayetteville, 5/11/05.
El Deber, 21/11/05.