Javier Paz García
En El costo de la vida Juan Luis Guerra canta sobre problemas cotidianos como el costo de la vida, la corrupción, el desempleo o la delincuencia; Visa para un sueño es una historia muy latinoamericana, la de gente dando los primeros pasos para abandonar su país en busca de mejores oportunidades; Me enamoro de ella explora las diferencias socioeconómicas; El Niágara en bicicleta es la odisea de un pobre hombre procurando atención médica en un hospital público; Ojalá que llueva café es el deseo de un mundo mejor.
Las canciones antes mencionadas hablan sobre las injusticias sociales, la pobreza, el hambre y sin embargo no son canciones tristes. De hecho son canciones muy alegres que celebran la vida, incluso en sus matices tristes e invitan a bailar, cantar y sonreír a quien las escucha.
La bilirrubina cuenta los problemas de salud que el amor puede ocasionar; Rosalía parece demorar en responder las intenciones amorosas de un pretendiente; En Como abeja al panal la propuesta amorosa de un hombre es rechazada; otro se decide a escribir una Carta de amor con puntos y comas, esperando un poquitito de amor de respuesta; La llave de mi corazón demanda una solución a la mujer amada y otra canción dice que Si tú te vas ya no me queda nada. Y es que Juan Luis celebra el amor con bachatas y merengues, con júbilo y optimismo, como algo digno de celebrarse incluso cuando no es correspondido.
En su música vemos con frecuencia la utilización de ritmos lentos para abordar temas alegres; verbigracia Bachata rosa, Burbujas de amor y La hormiguita, tres odas al amor. Por otro lado también vemos la utilización de ritmos rápidos e intrínsecamente alegres para abordar temas tristes como ser la pobreza, o el amor no correspondido. Está aparente dicotomía entre el ritmo y la letra no es casual y más bien responde a un panteísmo que celebra la vida y el amor en todas sus facetas. Esta dicotomía parece querer decirnos, al igual que la película de Roberto Benigni, que la vida es bella, incluso con sus dificultades y sobresaltos.
Muchas de las canciones de este cantautor tocan los temas más tristes del género humano y sin embargo, nos provocan alegría y optimismo. Precisamente la magia de Juan Luis Guerra está en convertir los tópicos más tristes en una canción alegre y provocarnos una sonrisa.
Santa Cruz de la Sierra, 10/09/09
viernes, 16 de octubre de 2009
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