Javier Paz García
Algunos opinan decididamente que sí existe. Argumentan por ejemplo que los medios de prensa son muy críticos de Morales, que existe separación de poderes, que Evo no controla al legislativo y al judicial, que vivimos en un país donde cualquiera puede opinar libremente o cosas por el estilo.
Efectivamente, en Bolivia no ha desaparecido el pluralismo democrático, pero también es innegable que el mismo se encuentra bajo un ataque constante y un debilitamiento por parte del partido de gobierno. Los cercos al Congreso, la quema de la prefectura de Cochabamba, el amedrentamiento a la prensa, los latigazos Marcial Fabricano, el descabezamiento del Poder Judicial, el veto para hacer campaña en las zonas masistas son apenas algunos ejemplos que demuestran fehacientemente que el pluralismo democrático en Bolivia está en crisis.
La ciudadanía no debería esperar a que Evo declarase que Bolivia va a tener partido único o que confisque los medios de prensa independiente. El totalitarismo y las actitudes antidemocráticas del Jefe de Gobierno son evidentes y deberían ser castigas mediante el voto.
Desafortunadamente, es difícil que aquello suceda. Los bolivianos tienen una deficiente cultura democrática, y tienden a poner al caudillo por encima de las instituciones. Evo es el nuevo caudillo, y tiene enamorada a las masas como antes lo hicieran Belzu o Barrientos. Y como sucedió con estos caudillos, el pueblo entenderá (ya lo entiende) que vivimos en tiempos especiales, y que Evo tiene sobrados justificativos para ponerse por encima de la ley y quebrantarla a gusto, entenderá que si alguien es encarcelado sin debido proceso, es porque se lo merece y porque los supremos intereses del país no se pueden frenar a causa de trabas procedimentales (leyes burguesas diría Marx).
Bajo argumentos populistas, Evo obtendrá seguramente el apoyo mayoritario de la población, y el abanico de partidos políticos de oposición será usado como un argumento adicional para mostrar el pluralismo democrático. Con seguridad la OEA, de la mano de Insulza (de la mano de Chávez), avalarán los resultados y congratularán al país por su sólida democracia.
Personalmente no soy optimista sobre el futuro cercano, vislumbro un deterioro en las garantías y derechos de los ciudadanos, supongo que no vamos a llegar al punto donde se declare un partido único, ya que eso no es necesario, y mantener varios enanos en el juego le da legitimidad al régimen. También estoy seguro que incluso si llegásemos a ese extremo, igual existirían apologistas asegurándonos que en Bolivia sí existe pluralismo democrático. Total, la mentira repetida hasta el cansancio termina siendo verdad.
La Paz, 15/07/09
miércoles, 22 de julio de 2009
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