Javier Paz García
Carlos Alberto Montaner, coautor de El Manual del perfecto idiota latinoamericano y El regreso del idiota (libro que por cierto describe a Hugo Chávez y a Evo Morales) a menudo habla de un credo liberal. Lo transcribo a continuación de un reciente artículo suyo:
1.- Creemos en la libertad y la responsabilidad individuales como valor supremo de la comunidad.
2.- Creemos en la propiedad privada, para que ambas −libertad y responsabilidad− puedan ser realmente ejercidas.
3.- Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona.
4.- Creemos en que el mercado −un mercado abierto a la competencia y sin controles de precios− es la forma más eficaz o menos imperfecta de realizar las transacciones económicas.
5.- Creemos en la supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos, no por súbditos, que voluntaria y libremente segrega cierto tipo de Estado para su disfrute y beneficio, y no al revés.
6.- Creemos en la democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, siempre y cuando se respeten los derechos de las minorías.
7.- Creemos en que el gobierno-mientras menos, mejor- siempre compuesto por servidores públicos, totalmente obediente a las leyes, debe estar sujeto a la inspección de los ciudadanos.
Y es que la doctrina liberal tiene como objetivo crear sociedades de ciudadanos libres y prósperos. El liberalismo no es, como sus detractores pretenden, una doctrina de dominación y de subdesarrollo. El liberalismo tampoco es sinónimo de derecha (que puede significar muchas cosas). No es dictadura ni autoritarismo, ni fascismo, ni racismo. Un liberal no cree en ciudadanos de primera y de segunda, no cree deban existir privilegiados que se sitúen encima de la ley y no cree en leyes que discriminen a los ciudadanos.
Los latinoamericanos tenemos una rica herencia liberal, de la cual debemos sentirnos orgullosos. Fueron corrientes liberales las que despertaron las ansias de libertad en el continente y produjeron a hombres como George Washington, Simón Bolívar o Pedro Domingo Murillo.
El liberalismo es una doctrina que lucha contra la opresión y contra la pobreza.
Sin embargo hoy el liberalismo es una mala palabra en gran parte del mundo y especialmente en Latinoamérica. Por ello, el reto de quienes creemos que la libertad del ser humano es un valor supremo tenemos el difícil reto de desnudar los prejuicios que existen en torno a la doctrina liberal.
Es una terea monumental que sin embargo debemos cumplir si queremos darle a futuras generaciones la posibilidad de convivir en paz, libertad y prosperidad.
Santa Cruz de la Sierra, 27/07/09
viernes, 31 de julio de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Muy bien escrito Javier. Ciertamente los nuevos gobiernos de corte izquierdista atacan profusamente esta filosofia, porque saben que para completar sus procesos de hegemonización en el poder y en la sociedad deben socavar los principios de individualismo y crear sociedad rebaño, al mejor estilo de gobiernos dictatoriales de corte fascista y comunista.
Saludos.
Publicar un comentario