Javier Paz García
No es mi intención en este artículo defender a Gonzalo Sánchez de Lozada, pero creo conveniente hacer resaltar algunas de sus políticas (buenas y malas) que tienen como denominador común el haber contribuido al auge y a la popularidad del actual mandatario Evo Morales.
Comencemos con la participación popular. Esta medida descentralizó parcialmente el poder y permitió la profundización de la democracia, empoderando a las comunidades y pueblos indígenas y distribuyendo recursos públicos a las poblaciones más remotas del país para que sean administrados por sus mismos pobladores. La participación popular le dio importancia y vitalidad a los municipios, prueba de ello es la explosión municipal que vivió el país, donde antes de 1994 solo existían 24 municipios mientras que ahora hay más de 300. Es gracias a la ley de participación popular, creada durante la primera administración de Goni, que los municipios empiezan a tener un peso político propio. Y es gracias (en parte) al control de los municipios del trópico cochabambino por parte del MAS que el MAS y Evo Morales logran posicionarse como una fuerza política.
Goni crea el Bonosol, Hugo Banzer le cambia el nombre a Bolivida, y Evo, imitando a Hugo Banzer vuelve a cambiarle el nombre a Renta Dignidad. Hoy la Renta Dignidad es una de las banderas electorales del masismo.
La capitalización es otra de las políticas por las que Evo está en deuda con Goni. Los bolivianos podemos tener posiciones diferentes sobre la capitalización como concepto, yo personalmente creo que era una buena idea. Sin embargo también creo, como la mayoría de los bolivianos, que el proceso de capitalización estuvo manchado de una corrupción espantosa por la cual Goni y su ministro Revollo deberían responder ante la justicia. La corrupción del proceso le permitió a Evo abanderar un discurso nacionalista que lo catapultó como defensor de los recursos naturales del país. Es cierto que existió corrupción, pero aun así, ninguna persona seria puede negar que la capitalización trajo inversiones al país, las cuales convirtieron a Bolivia en una potencia gasífera y le dieron al gobierno de Evo Morales los mayores ingresos fiscales de cualquier administración en la historia del país. Si Evo tuvo plata para botar durante los últimos tres años, se lo debe a la inversión que trajo la capitalización del gobierno de Goni.
Me parece totalmente legítimo que Evo haya despotricado contra Goni por la corrupción en el proceso de capitalización, porque es precisamente éste el rol de una buena oposición: criticar las malas políticas del gobierno de turno. Sin embargo me parece deshonesto que se atribuya méritos ajenos como son el Bonosol, la bonanza económica o el superávit fiscal.
La participación popular le dio a Evo los medios para consolidar su proyecto político, pero el mérito sigue siendo de Evo y el MAS y hay que felicitarlos por ello; la capitalización le dio la propaganda para catapultarse a nivel nacional y de nuevo debemos reconocer el arduo trabajo de Evo para abanderar el tema; Goni también le dio el Bonosol y Evo ahora actúa como usurpador, cambiándole de nombre y atribuyéndoselo, lo cual es condenable; y finalmente vivió (y se atribuyó como mérito suyo) una bonanza económica gracias a las inversiones de hace una década, inversiones que él execra, lo cual es hipócrita.
La Paz, 16/04/09
viernes, 17 de abril de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Creo que mas que nada evo tiene que agradecer al embajador de estados unidos que nos prohibio votar por el , por que si no hubiera sido asi el nunca hubiera subido del 5% por que ni mujer tiene para que vote por el.
Publicar un comentario