Javier Paz García
Es la pregunta que hace la revista británica The Economist en un artículo de su última edición. La razón es un alza en el valor de las acciones en el mercado de valores chino y en el precio de las casas. Como explica el artículo, el mercado de propiedades chino no está muy sobreevaluado, los precios de las casas no se están incrementando de forma acelerada, la proporción de la población que tiene su casa hipotecada es baja, y el porcentaje de las hipotecas sobre el valor de las casas es también bajo, por lo cual, incluso si se da una burbuja inmobiliaria, es imposible tenga un efecto similar al que tuvo en los Estados Unidos.
Sin embargo, en el mediano y largo plazo existe el riesgo de que el exceso de liquidez ocasiones dicha burbuja inmobiliaria. Para evitarla, la revista advierte que China debe apreciar su moneda.
El gigante asiático está soportando bastante bien la crisis financiera, creciendo todavía de manera robusta, para ello, ha continuado con su política de mantener el yuan artificialmente bajo para favorecer sus exportaciones.
Apreciar el yuan puede tener importantes consecuencias en el resto del mundo. Primeramente, no hacerlo puede llevar en el mediano, como ya lo dijimos, a una burbuja en el precio de los activos que termine por reventarse y causar ajustes bruscos y dolorosos en su economía, con los consiguientes ajustes bruscos y dolorosos en las economías que son altamente dependientes de la demanda china. Por otro lado, apreciar el yuan puede frenar el ritmo de crecimiento chino y el crecimiento mundial en un momento en que el globo está en recuperación y donde muchos países, especialmente los productores de materias primas dependen de China para colocar sus productos y obtener buenos precios. Además dada la enorme cantidad de bonos del tesoro de los Estados Unidos que China posee, una apreciación del yuan (que implica una depreciación del dólar), significa importantes pérdidas contables para el banco central chino.
Para América Latina, las decisiones que pueda tomar China con respecto a este tema son vitales, ya que una recesión en este país significa casi de manera inmediata una depresión en muchos países de la región que verían los precios de sus productos irse a los suelos.
Aunque técnicamente es posible mantener el yuan (o cualquier moneda) devaluado por el tiempo que se quiera, económicamente no tiene sentido porque encarece los costos de vida de la población y políticamente es muy difícil por las presiones de los países que ven sus balanzas comerciales mantenerse negativas sostenidamente.
Por ello, la pregunta no es si China va dejar o no que su moneda se aprecie, sino cuándo y en qué grado.
Santa Cruz de la Sierra, 08/10/09
viernes, 16 de octubre de 2009
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