miércoles, 6 de noviembre de 2019

Bajo un régimen fascista

Javier Paz García
El 2006, Álvaro García Linera dio un discurso en Warisata en el que afirmó que buscaban el poder total: económico, político y cultura. También dijo que “a partir de ahora, desde diciembre, se abren 500 años de luchas y victorias”, mostrándose así un poco más modesto que Hitler quien auguró 1000 años para su Reich. Esta declaración, al principio del periodo de gobierno del MAS, daba indicios de las inclinaciones fascistas del MAS. Ya en ese entonces escribí algunos artículos haciendo notar estas similitudes, alguna respuesta tengo en mi blog, considerando tales paralelismos como exageraciones y comparaciones trilladas. 
El MAS no es un régimen socialista al estilo de Cuba y la Unión Soviética porque permite la propiedad privada. El MAS es esencialmente un régimen fascista. Para sustentar esta afirmación voy a mostrar una serie de citas sacadas directamente de la entrada de Wikipedia sobre fascismo. Invito a que lean la entrada completa: 
El fascismo es una ideología política y cultural fundamentada en un proyecto de unidad monolítica denominado corporativismo, por ello exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo.

El fascismo utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder dictatorial en el que se concentra todo el poder con el propósito de conducir en unidad al denominado cuerpo social de la nación.

Aprovecha demagógicamente los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común (real o imaginario, interior o exterior), que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de manera irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. La desinformación, la manipulación del sistema educativo y un gran número de mecanismos de encuadramiento social, vician y desvirtúan la voluntad general hasta desarrollar materialmente una oclocracia que se constituye en una fuente esencial del carisma de liderazgo y en consecuencia, en una fuente principal de la legitimidad del caudillo.

La incoherencia de los postulados no era ningún inconveniente: el antiintelectualismo y el predominio de la acción sobre el pensamiento eran conscientemente buscados. Incluso la modernidad estética inicial se llegó a despreciar (arte nazi y concepto de Entartete Kunst o Arte degenerado, quema de libros, estigmatización de determinados intelectuales o de colectivos enteros).

El fascismo rechaza la tradición racionalista y adopta posturas de desconfianza en la razón y exaltación de los elementos irracionales de la conducta, los sentimientos intensos y el fanatismo. Se busca con todo cinismo la simplificación del mensaje, con absoluto desprecio por sus destinatarios

Cualquier idea emanada del jefe es un dogma indiscutible, y una directriz a seguir ciegamente, sin discusión ni poder ser sometida a análisis.

No obstante, no hubo en ningún sistema fascista ni planes quinquenales al estilo soviético, ni cuestionamiento de la propiedad privada siempre que cumpliera lo que el Estado dictaminara como «función social», ni alteraciones radicales del sistema capitalista convencional más allá de una fuerte intervención del mercado favoreciendo determinadas áreas de las grandes empresas industriales. Estas características sirven como base a una crítica (de orientación tanto liberal como materialista) que resalta la conveniencia del fascismo para un sector importante de la burguesía.

El agrarismo es propio de los movimientos fascistas, tanto en la retórica como en ciertos programas económicos y sociales; la identificación con la tierra y los valores campesinos frente a la decadencia y corrupción que se denuncian en las masas urbanas desarraigadas, lo que a veces se veía como una tensión entre modernidad y tradición (véase la expresión del agrarismo en carlismo en España).54​ Una constante es la colonización planificada de zonas improductivas (desecación de pantanos en Italia, Plan Badajoz en España). Incluso en la industrializada Alemania, Hitler planteó la expansión del espacio vital (Lebensraum) hacia el este como un proyecto esencialmente de colonización agraria que lograría la germanización de extensos territorios en la Europa oriental poblada por la raza inferior de los eslavos (recuperando la Drang nach Osten medieval).

Se lleva a cabo una «estatización» de todos los ámbitos de la vida: económica, social, política, cultural e ideológica. (Casi una copia exacta de lo que dijo García Linera en Warisata).

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. La identificación de pueblo y estado se hace en un todo orgánico, el de un organismo cuasi-biológico y autónomo cuyos miembros han de responder a las órdenes de la mente directora.

Los agentes ejecutores podían ser los aparatos del Estado, pero más frecuentemente fueron grupos juveniles organizados paramilitarmente.

Una vez generalizada, y demostrada la impunidad de quienes la ejercen, la represión política opera como un mecanismo por el cual no solamente el que la recibe directamente pierde la libertad: sino que la sociedad entera —al reprimirse cada uno de sus miembros a sí mismo, temeroso de sufrir el mismo castigo— pierde la libertad para todos.
Santa Cruz de la Sierra, 06/11/19
http://javierpaz01.blogspot.com/

1 comentario:

Chaly Vera dijo...

Es un grave error que Camacho vaya acompañado de políticos.

Desvirtúa la esencia del movimiento cívico.

Y asocia a Santa Cruz, con siglas rechazadas por otros bolivianos.

CUANDO EN BRASIL SE DERROTÓ AL FASCISMO EN LAS CALLES
http://www.laizquierdadiario.com/Cuando-en-Brasil-se-derroto-al-fascismo-en-las-calles

Saludos