Javier
Paz García
Evo
Morales ha planteado la libre migración de los ciudadanos del mundo. La
iniciativa me parece encomiable; sin embargo hay razones para dudar de la
sinceridad de Morales. En primer lugar hay que destacar que la libre migración,
aunque no exclusivamente, es un postulado propio del liberalismo y Morales es
un declarado enemigo de esta filosofía política. Y es que el socialismo
significa control y dependencia de los ciudadanos por parte del Estado. Todo
Estado socialista es por definición burocrático, policiaco, liberticida porque
el objetivo del socialismo es el control de los medios de producción y su
distribución de acuerdo a los designios de la élite política. El liberalismo es
lo contrario: la mayor libertad para la gente conviviendo en un Estado cuya
función principal es garantizar ciertos derechos civiles y políticos.
En
segundo lugar quiero notar que la postura de la libre migración es análoga a la
del libre comercio, la cual es un anatema de Morales. Las consecuencias
económicas de ambas políticas son similares en el sentido en que ambas generan
mayor desarrollo económico y mejores condiciones de vida en lo agregado.
En
tercer lugar hay que notar que los mayores oponentes a la libre migración son
las personas o países que Evo Morales admira y toma como ejemplo. Fidel Castro,
ídolo de Morales, tenía prohibida la salida al exterior de sus ciudadanos; La
Unión Soviética, China y los países comunistas en general construyeron grandes
aparatos represivos para limitar la movilidad de sus habitantes incluso dentro
de sus mismos países y por último, y no porque no hayan más ejemplos, rememoro
el muro de Berlín, ese monumento a la ignominia socialista. Basta notar que
Morales es un admirador y defensor de Castro, Gadafi, Ahmedinejad o Bashar al
Asad para evidenciar la hipocresía de su postura.
En
cuarto lugar Bolivia no es ningún ejemplo en cuanto a buen trato a los
migrantes, ni siquiera cuando hay situaciones humanitarias de por medio. Para
ejemplo rememoro la llegada y expulsión de Bolivia (nada menos que por
ilegales) de 6 africanos el 2011 huyendo de las guerras civiles en sus países.
Todo sentido de humanidad indicaba que estas personas debieron ser acogidas por
el Estado boliviano: africanos huyendo de países en permanente guerra civil,
pobres, con un idioma ajeno al nuestro, en busca de una tierra de paz y
esperanza. En Bolivia no encontraron más que rechazo. Esto es uno, de
numerosísimos casos, donde no hay congruencia entre lo que Morales dice y lo
que en realidad hace.
Santa Cruz de la Sierra, 14/06/15
http://javierpaz01.blogspot.com/
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