Javier
Paz García
Un
joven recurrió a una objeción de conciencia para no cumplir el servicio militar
obligatorio. Cuando yo era adolescente, también expresé mi oposición a asistir
al premilitar. Mis padres no se convencieron de mi argumentación y me obligaron
a hacerlo. Quisiera decir que mis razones eran tan profundas como las del joven
en cuestión, pero simplemente no quería ir porque consideraba que perder todos
los sábados por un año era demasiado. Ahora pienso que este joven no sabe el
orgullo que sentirá al prestar su servicio militar, pienso que (como muchos
dicen) sólo quien ha hecho su servicio militar puede entender el orgullo de
servir a la patria. Pienso que en retrospectiva mis razones para no querer
asistir al servicio militar eran acertadas y que mi participación en los
cuarteles fue un pérdida de mi tiempo. Pienso que tengo muchas cosas por las
cuales puedo sentirme orgulloso y entre ellas no se encuentra el haber
realizado el premilitar. Pienso que más beneficioso será para el país si este
joven se dedica a algo útil en vez de hacer el servicio militar.
¿Ha
causado revuelo la noticia de un juez que intentó cobrar coimas a una pobre y
sufrida señora para fallar con justicia en una audiencia? En realidad, lo
curioso, lo inaudito, lo increíble, lo absolutamente inverosímil sería abrir el
periódico y leer que han encontrado un juez probo, que actúa de acuerdo a la
ley, no tiene grotescas cadenas de oro ni autos de lujos porque solo vive de su
sueldo, no acepta coimas y falla con justicia y celeridad. Eso nadie lo
creería, en cambio que un juez venda sus fallos no sorprende a nadie. Lo único
novedoso es que el juez se haya dejado pillar.
Ganó
Mauricio Macri y a la Argentina se le viene lo peor. No lo digo porque Macri
vaya a hacer un peor gobierno que Cristina; creo que nadie puede hacer eso (el
rimbombante Hugo Chávez tal vez podría, pero afortunadamente se transmutó en un
pajarito silbador). A la Argentina se le viene lo peor, porque los Kirchner
dilapidaron todo, hasta las pensiones de la gente y el que venga, no importa
quien sea, tendrá muchas cuentas por pagar y poca guita para hacerlo. En la
siempre amarga tarea de elegir a los políticos, creo que los argentinos por
esta vez, le han dado un descanso a su larga tradición de equivocarse y han
optado por el menos malo de los candidatos. Enhorabuena.
Santa Cruz de la Sierra, 22/11/15
http://javierpaz01.blogspot.com/
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