Javier Paz
García
Una
característica de los países con baja corrupción es que se castigan severamente
los actos de corrupción. Una característica de los países más corruptos es que
apenas se castiga la corrupción. Esta afirmación, que suena a verdad de
Perogrullo, parece ser ignorada por quienes eligen a los gobernantes: los
ciudadanos.
En
Bolivia pueden suceder cosas atroces cuya responsabilidad es del gobierno sin
que apenas exista un costo político para los gobernantes de turno. Desde sus
inicios, el gobierno de Evo Morales dio señales claras de combatir por sobre
todas las cosas la disidencia, antes que la corrupción, de castigar a quienes
cuestionen al gobierno o a sus funcionarios, antes que castigar a los
corruptos. Para ello no hay mejor ejemplo que YPFB, donde, ante denuncias de
corrupción, se castigó a los denunciantes y se premió al denunciado con una
embajada en otro país.
Pero
el causante de la corrupción no es solo de Evo Morales (aunque tiene mucha
responsabilidad), sino también de la ciudadanía en general, que avaló una y
otra vez los actos de corrupción de este gobierno, dándole su apoyo en varias
elecciones posteriores.
No
es suficiente justificarnos diciendo que este es un pueblo de ignorantes (que
lo es), ya que hasta el más ignorante sabe que mentir y robar debería ser sancionable.
El problema no es la ignorancia, sino la complacencia. Somos complacientes con
la corrupción, con la mentira, con la ineptitud. Y por eso un gobierno puede
crear empresas que no funcionan, no rendir cuentas de los gastos, utilizar la
justicia como un arma de persecución política a opositores o intimidar y
coartar a la prensa independiente, con un costo político mínimo.
Nos
movemos según conveniencias y no según principios. Tratamos a los partidos
políticos como si fueran equipos de fútbol, justificando el accionar del
partido de nuestra preferencia y condenando todo lo que hacen los demás.
Si
las acciones antidemocráticas de Evo (que las tuvo desde el principio de su
gestión) y los actos de corrupción de su gobierno (que también existieron desde
el inicio) hubieran tenido un castigo en las urnas, tendríamos un gobierno más
democrático y menos corrupto. Los culpables de la situación actual, son los
ciudadanos. El gobernante, simplemente intentará cimentar su poder hasta donde
se lo permita su nivel de popularidad y la popularidad de Evo, a pesar de todo,
sigue casi intacta.
Santa Cruz de la
Sierra, 25/08/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
1 comentario:
Estimado Javier Paz, me hubiese gustado escribirte por un correo electrónico para pedirte unos minutos de tu tiempo, si los tienes por favor el mio es abernabecolque@gmail.com . Mi interés en escribierte es para poder pedirte orientaciones en cuanto a bibliografía básica sobre el liberalismo, recurdo los libros para principiantes para conocer autores y corrientes psicoloógicas. Agradeceré profundamente tu atención. Te escribe Alex Bernabé.
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