martes, 24 de septiembre de 2013

Aquí no pasa nada


Javier Paz García
Tal vez solo en Bolivia pueden darse los casos más escandalosos de corrupción, espionaje, tráfico de influencias, robo, deshonestidad de autoridades públicas sin pase nada. El FBI ha encontrado infraganti a un coronel de policía en pleno acto de extorsión. La Policía Boliviana simplemente lo ha dado de baja y el gobierno se ha hecho el desentendido y caso cerrado. De cierta manera la reacción se entiende porque en un país tan corrupto como Bolivia, un caso más no es ninguna novedad y no debe sorprender a nadie. Aquí la corrupción y la trampa es lo normal. Por eso, el gobierno puede hacer seguimiento a opositores, intervenir celulares, armar tramoyas como muertos incluidos para culpar a la oposición, y al ser descubiertos no pasa nada, simplemente impera la ley del más fuerte. Por eso es posible que un concejal falsifique su título universitario y siga en el cargo, cuando en otros países presidentes y primeros ministros deben renunciar por lo mismo.
Yo sostengo que los culpables de esta situación no son los políticos, sino los electores. Cuando un político comete un acto ética o legalmente censurable y vuelve a ser reelegido por el voto popular, el mensaje que la ciudadanía manda al resto de la clase política es que no hay castigo por cometer actos ilegales o inmorales. La clase política es un reflejo de la ciudadanía y si tenemos políticos corruptos y ladrones, la ciudadanía en general no está muy lejos de ellos.
Si queremos un Estado más eficiente y transparente, pues tenemos que empezar por elegir a políticos preparados y honestos. Esto no siempre es posible, ya que en el abanico de opciones que tenemos es infrecuente encontrar candidatos honestos y capaces. A menudo tenemos que elegir “al menos malo” de todos. También nos equivocamos a la hora de elegir, porque no conocemos al 100% las intenciones y los valores éticos de los aspirantes a servidores públicos. Pero lo menos que podemos hacer, si de verdad nos molesta la corrupción, el robo y la mentira, es no reelegir a políticos que han sido encontrados en actos de corrupción, robando o mintiendo. El hecho de personas corruptas, ladronas y mentirosas sean reelegidas, significa que en realidad, la búsqueda de un Estado más transparente y menos corrupto no es una de nuestras prioridades.
Santa Cruz de la Sierra, 08/09/13
http://javierpaz01.blogspot.com/

No hay comentarios.: