Javier Paz
García
Los
estatistas para tratar de justificar el agrandamiento del Estado a menudo
recurren al argumento de que el mercado no es perfecto, que existen
externalidades, falta de información y asimetrías que justifican la
intervención estatal. Este argumento no considera que también existen
externalidades, asimetrías e imperfecciones inherentes a la intervención estatal.
Los estatistas presumen que un burócrata o un grupo de burócrata pueden con
facilidad A) encontrar las imperfecciones del mercado, B) determinar la
magnitud de dichas imperfecciones y C) corregirlas de manera eficaz y
eficiente. Sin embargo ni A, ni B, son fáciles de lograr pero incluso cuando se
puede determinar la existencia de una imperfección y su magnitud, la
intervención estatal a menudo puede ser más costosa y distorsionante que la
misma distorsión del mercado que se trata de remediar. Como indicaron James
Buchanan y Gordon Tullock en su seminal libro El Cálculo del Consenso, la acción del Estado, también provoca
externalidades y que por lo tanto “la existencia de efectos externos del
comportamiento privado no es una condición necesaria ni suficiente para que una
actividad sea puesta a cargo de la acción colectiva”. Por lo tanto la intervención
estatal se justifica solo si las externalidades causadas por la intervención
estatal son menores a las externalidades causadas por el mercado.
Entre
los detractores del mercado también es implícita la idea de que el mercado
promueve las actitudes egoístas de los individuos mientras que el Estado
promueve el bien común y es omnisciente, ecuánime, eficiente y eficaz en la
persecución de sus benevolentes objetivos. Olvidan que el Estado está compuesto
por personas al igual que el mercado, que también persiguen sus propios
intereses, al igual que en el mercado, personas con prejuicios y falta de
información, al igual que en el mercado y que por lo tanto es incorrecto asumir
que el Estado siempre puede solucionar eficientemente las fallas del mercado.
De
hecho el Estado es un gran creador de imperfecciones, asimetrías y
externalidades. El poder del Estado puede ser capturado por grupos
corporativistas para servir sus propios intereses, puede imponer barreras
arancelarias o dificultar la competencia para proteger industrias ineficientes,
creando sectores monopólicos manejados por allegados al poder, dilapidar recursos
escasos y valiosos subsidiando empresas deficitarias. Y mientras más grande y
más poderoso es el Estado, mayores son las distorsiones que crea, mayores los
incentivos que genera entre los grupos corporativistas como ser los gremios
empresariales y sindicales para capturar sus rentas o producir legislación que
les otorgue privilegios. Y mientras las imperfecciones del mercado son a menudo
pequeñas y localizadas, las imperfecciones del Estado por lo general son
grandes y afectan a toda la población.
Es
claro que las imperfecciones del mercado no son causa suficiente para
justificar la intervención estatal.
Santa Cruz de la
Sierra, 19/11/12
http://javierpaz01.blogspot.com/
1 comentario:
Hola Javier, encontre un comentario tuyo que subio Willy Kenning. Entre a tu blog y estoy mirando tus articulos. Veo que compartimos la filosofia. Es una dura lucha que tenemos por delante. En mi face vas a encontrar varios comentarios parecidos.
Abrazo
Fernando Montero
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