Javier Paz
García
Jorge
Luis Borges dijo que “no hay hombre que, fuera de su especialidad, no sea
crédulo”. Precisamente, lo peligroso de comentaristas como Alberto Bonadona es
que la gente puede pensar que por ser él economista, sabe de economía y
creerle. Ningún encono personal me lleva a criticar las opiniones de este
señor, pero sus notas de prensa, por ser abundantes en mitos falaces, son
propicias para desvirtuar tales mitos y errores conceptuales.
En
su último artículo Del egoísmo y el
mercado (El Deber, 10/11/12), Bonadona critica a los economistas que desvirtúan
el pensamiento de Adam Smith al pintarlo como un defensor irrestricto del
egoísmo. Esta reflexión es cierta, pero es irónico que provenga de alguien que
hace lo mismo. Sino recordemos su artículo La
lógica del propio interés (El Deber,
21/01/12) donde afirma que “No hay nada que pueda frenar la búsqueda de la
propia satisfacción y no hay nada, en la concepción smithiana, que diga por
cuál vía lograrlo. No hay prójimo por quien preocuparse, se trata de cada uno
por sí mismo.” Y que “lo que ocurre hoy
es la consecuencia de la lógica que inició Smith”. También es irónico que
Bonadona, citando a Amartya Sen, critique a quienes no han leído en su totalidad
La riqueza de las naciones, cuando es
evidente que el mismo Bonadona no lo ha hecho.
Es
bueno recordar que Adam Smith era un filósofo y moralista interesado en
comprender las causas que hacían posible que una sociedad funcione. Por
ejemplo, en La teoría de los sentimientos
morales, Smith escribió: “No importa cuán egoísta supongamos que sea el
hombre, posee evidentemente unos principios en su naturaleza que hacen que se
interese por el bienestar de otros y que la felicidad de otros sea necesaria
para él, aunque no gane nada por ello”. De todas maneras, el acercamiento de
Bonadona hacia una versión más acertada del pensamiento de Smith es algo
positivo.
Pero
Bonadona fiel a sus prejuicios concluye diciendo que: “Lo más destacable de
esas posiciones defensoras del mercado como el único y más eficiente mecanismo
asignador de recursos es que presentan sus ideas como libres de todo interés
material o sin mancilla de cualquier ideología, posición que solo revela
intereses profundos de defensa de privilegios propios e incluso, de manera nada
egoísta, intereses ajenos de individuos poderosos que justifican una despiadada
acumulación como naturales consecuencias del mercado.”
Es
simplón decir que quienes defienden el mercado defienden privilegios e
intereses ocultos, pero Bonadona tendría que explicar qué intereses defienden
personas como Ludwig von Mises que demostró la imposibilidad del cálculo
económico en un régimen socialista, o Friedrich Hayek que no quería que se
repita la experiencia nazi, o Milton Friedman cuyo orgullo más grande fue
lograr eliminar la obligatoriedad en el servicio militar en su país, A Ayn Rand
que sufrió la injusticia del comunismo o a ex socialistas como Mario Vargas
Llosa o Plinio Apuleyo Mendoza, que ante la evidencia rectificaron sus ideas.
Santa Cruz de la
Sierra, 11/11/12
http://javierpaz01.blogspot.com/
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