Javier Paz García
En el segundo día del paro cívico cruceño Evo Morales se ha hecho la burla diciendo que son “dos o tres personas amarrando pititas y poniendo llantitas” y que él sería “capaz de hacerles seminarios y talleres sobre cómo hacer un paro”.
Para entender su postura, uno tiene que entender cómo se ha forjado Evo. Su hoja de ruta siempre ha sido y sigue siendo la violencia y la fuerza bruta. Ascendió como líder cocalero por ser radical y violento. Su fama a nivel nacional no provino de su oratoria, sino de su capacidad de bloquear el país. Su llegada a la presidencia se debió en parte a la idiota tesis de muchos votantes quienes, ante tanta convulsión social (causada por él), veían en Morales al único capaz de reducirla y conseguir estabilidad política (vaya el precio que hemos pagado por ese simulacro de estabilidad). Su asamblea constituyente y su nueva constitución se gestaron con bala, sangre y muerte, violando toda legalidad, pero bajo el amparo de la fuerza y la popularidad. El cerco a Santa Cruz, la quema de la prefectura de Cochabamba, la masacre de Porvenir o la pateadura a la marcha indígena son algunos ejemplos de cómo el MAS ha conseguido cada objetivo estratégico en su lucha por la hegemonía política, utilizando la violencia. Y ante cada abuso, ante cada muerte, ante cada pateadura su popularidad subía, impulsada por un aparato propagandístico impecable y la ingenuidad o la apatía de la población.
Evo Morales siempre fue violento y le funcionó muy bien, lo de la cultura de la paz sólo fue para el discurso, para la ONU o para los encuentros con los europeos que estaban tan embobados por Evo como muchos acá (hasta lo consideraron para premio Nobel de la Paz, dizque). Evo Morales y el MAS han conseguido el control total de los poderes públicos con violencia, con amenazas, con persecución judicial y con turbas armadas y pagadas para generar desmanes. En la violencia está la fortaleza del MAS que se ha ido refinando en el ejercicio del poder con asesoramiento de los servicios de inteligencia cubanos y venezolanos principalmente.
Por lo expuesto, para Evo es incomprensible un paro cívico como el cruceño donde entre vecinos y amigos salimos a “poner llantitas” y a charlar, escuchar música y contar chistes. Evo tiene razón cuando afirma poder enseñarnos cómo hacer un paro violento. Pero nosotros seríamos tontos si queremos seguir su ejemplo. Le seguiríamos el juego si entramos al territorio donde nunca le vamos a ganar. Nosotros no somos violentos porque esencialmente somos gente de familia, porque a diferencia de él que ha sido un padre ausente, sabemos lo que es pasar noches en vela por un hijo enfermo y aun así considerar la paternidad como el milagro más maravilloso que existe, porque a diferencia de su vicepresidente que se enorgullece de haber aprendido a matar, nosotros nos enorgullecemos de ayudar a otros, de contribuir al bienestar del país y sentimos tristeza y dolor ante la muerte de cualquier ser humano.
Hemos vivido periodos muy oscuros en este país bajo un gobierno que ya lleva al menos 5 años usurpando el poder y se vienen horas más difíciles aun, porque si el libreto chavista es una guía, no se van a ir fácilmente como son ejemplo Cuba, Venezuela, Nicaragua y Honduras. Pero como oposición democrática, tenemos que entender nuestras fortalezas y debilidades y luchar desde nuestras fortalezas, no desde nuestras debilidades. No le vamos a ganar al MAS siendo violentos; al contrario, los actos vandálicos y los enfrentamientos serán el pretexto para militarizar el país, arrestar a los líderes de la resistencia democrática y reprimir a la población. Por eso es que quien más ansioso está porque haya enfrentamientos y muertes es el partido de gobierno y por eso su líder máximo ha solicitado a sus bases organizarse y por eso quieren “desbloquear”, con civiles militantes del MAS y no con militares y policías. Y es muy posible que logren su cometido porque ellos han planificado escenarios, analizado alternativas, estudiado los pro y los contra antes de lanzar cada palabra y decidirse por una línea de acción. Y una vez definida la estrategia, la cumplen de manera organizada y militante, con perfecta logística y comunicación. Por otro lado nosotros somos un grupo espontáneo, desorganizado, fragmentado, articulado alrededor de amigos y vecinos en miles de barrios diferentes con apenas comunicación entre sí y sin ninguna planificación estratégica. Y esta situación empeora si consideramos que para lograr la recuperación de la democracia, se requiere un movimiento a nivel nacional y no solo en uno o dos departamentos. El Comité pro Santa Cruz convoca pero no controla a nadie, entonces es fácil para cualquier grupo de vecinos, ante la bronca, ante la violencia masista, caer en la provocación y querer dar ejemplos de hombría y valentía que generalmente sirven a los propósitos del MAS. Tal es así, que cuando no caemos en ello, el mismo MAS arma un grupo de pandilleros supuestamente opositores para generar desmanes, como aparentemente sucedió hace días en la corte electoral de Santa Cruz. Entonces, si un grupo de masistas quiere pasar por una calle, hay que dejarlos, total, la ciudad está paralizada, las empresas cerradas, la gente acatando voluntariamente, y eso es lo que determina el éxito de la medida.
La recuperación de la democracia no se hará en una refriega en Santa Cruz con un puñado de masistas, no se logrará de la noche a la mañana pateando a unos cuantos tipos pagados. Esta es una lucha larga, difícil, donde llevamos las de perder, y donde nuestra única chance es luchar desde nuestra fortaleza que es el paro pacífico, y la protesta masiva en las calles y ciudades de todo el país. Y aunque hacer esto requiere tiempo, requiere inteligencia, es cansador y por momentos parece no dar resultados, sí los da. Lech Walesa y su movimiento solidaridad lograron la recuperación de la democracia en una Polonia controlada por la dictadura comunista con masivas protestas pacíficas, Mahatma Gandhi logró la independencia india mediante métodos de no violencia y el muro de Berlín cayó sin que haya un solo disparo. Seamos inteligentes y no pongamos en riesgo con acciones hormonales, la libertad de nuestros líderes cívicos y políticos y la recuperación de nuestra democracia.
Santa Cruz de la Sierra, 24/10/19
http://javierpaz01.blogspot.com/
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