Javier Paz
García
El
ser humano por naturaleza busca su propio interés antes que el interés ajeno.
Procuramos proveer el alimento para nosotros y para nuestros hijos antes que
proveer el alimento para nuestros vecinos. Procuramos satisfacer nuestras
necesidades y placeres antes que satisfacer las necesidades y placeres de los
demás.
La
búsqueda del propio interés no es mala en sí misma, de hecho es la búsqueda del
propio interés la que hace que la mayoría de la gente se levante temprano a
trabajar en vez de quedarse durmiendo; nos lleva a trabajar y ahorrar, para
poder gozar de una mejor vida para nosotros y nuestros hijos; a que nos
vacunemos contra ciertas enfermedades y vayamos al médico cuando nos duele
algo; a que el productor agrícola quiera acrecentar sus cultivos y nos provea
de los alimentos necesarios; es la búsqueda del propio interés por parte de los
comerciantes la que hace que no falten verduras y carnes en los mercados; la
que hace que la tecnología avance y sea cada vez más accesible incluso a los
más pobres.
La
búsqueda del propio interés es parte de nuestro instinto de preservación. Esto
no significa que somos personas ensimismadas y desconectadas de los demás. La
mayoría tenemos un deseo sincero de que a nuestro prójimo le vaya bien y la
mayoría estamos dispuestos a ayudar a nuestros prójimos cuando podemos; el
propio interés no es excluyente de la solidaridad: sufrimos cuando vemos niños
mendigando, pero no estamos dispuestos a cuidar de ellos de la manera en que
cuidamos de nuestros propios hijos; nos angustiamos cuando escuchamos que un
terremoto mató a miles de personas en Japón, pero la angustia es menor a la que
sentimos cuando sucede una tragedia en nuestro propio país y es mucho menor aun
a la que sentimos cuando fallece un familiar cercano.
Por
ello pedirles a los políticos y empresarios que dejen de lado sus intereses
particulares y antepongan el interés común es pedirles algo que va contra la
naturaleza humana… es deshumanizarlos. Quienes piden que los empresarios o
políticos velen por el bien común antes que por su propio interés cometen un
acto de hipocresía intelectual y moral. Piden algo que ni ellos mismos
practican. Y por supuesto, los políticos que dicen buscar el bien común por
sobre sus propios intereses comenten una mentira del tamaño de Júpiter. Lo
máximo que le podemos pedir a otro ser humano es que la búsqueda de su propio
interés la haga de forma honesta, trabajando, sin robar ni mentir.
Santa Cruz de la
Sierra, 28/07/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
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