Javier Paz
García
Cuando
surge el tema del desarrollo de Santa Cruz uno escucha a menudo que el
departamento fue olvidado y sin embargo prosperó “a pesar del poco apoyo del
Estado”. La idea implica que si el departamento hubiese tenido tal apoyo
hubiera crecido aun más.
Para
objetar esta idea, primero uno tiene que entender que los recursos del Estado
provienen de los impuestos que pagan los ciudadanos. Por lo tanto, para que el
Estado “invierta” en los ciudadanos, debe previamente haberle quitado esos
recursos a los mismos ciudadanos. Entonces, para que la inversión estatal sea
beneficiosa, debe ser mejor administrada de lo que sería en manos privadas, lo
cual es infrecuente. En general cada persona administra mejor su dinero que el
dinero ajeno y pone más ahínco al realizar un trabajo cuando obtiene un
beneficio del mismo, que cuando no lo hace. Veamos por ejemplo las cooperativas
de servicios básicos de la ciudad de Santa Cruz que fueron creadas por el
esfuerzo privado de los propios ciudadanos, sin ayuda estatal. El éxito de las
mismas beneficiaba a sus dueños, por lo tanto sus dueños (los habitantes)
tenían un gran interés en hacer que funcionen. Estas cooperativas, fruto del
esfuerzo privado y el interés propio de los habitantes de Santa Cruz de la
Sierra hoy son un paradigma de eficiencia y buen servicio, incluso a nivel de
Sudamérica. Podemos tener certeza que otro fuera su destino si el Estado las
hubiera creado y administrado. En cambio ahora que el servicio de gas domiciliario
es manejado por la empresa estatal YPFB, el servicio es peor que cuando estaba
en manos privadas. Es más burocrático, más lento, con decenas de casas y edificios
que no tienen gas domiciliario por culpa de las trabas e ineptitudes en YPFB.
Hoy los desabastecimientos y las colas son más frecuentes para obtener una
garrafa o cargar combustible. Y a pesar de que el gobierno se enorgullece de
que YPFB es de todos los bolivianos, el resultado es un peor servicio que
perjudica a todos.
Y
es que, a diferencia del esfuerzo privado que cuando da frutos, beneficia a
quienes hicieron el emprendimiento, la inversión estatal está en manos de
burócratas que ganan un sueldo y cuya recompensa a menudo se mide más por
lealtades políticas que por buenas gestiones gerenciales. Además existe el
aditamento de que en una país centralista, quienes manejan las instituciones
del Estado son en su mayoría paceños traídos de la sedes de gobierno y que por
lo tanto poco o nada se perjudican si no funcionan las cosas en Santa Cruz o
cualquier otra región periférica.
Hoy
el Estado no tiene a Santa Cruz en el olvido, sino al contrario, lo tiene muy
presente. Quienes manejan el poder quieren tener a los productores y
exportadores cruceños a la merced de burócratas otorgando permisos, quieren (no
han podido aun) que las cooperativas sean manejadas por el Estado, etc. En
vista de la evidencia, habría que celebrar en vez de lamentar el olvido del
Estado.
Santa Cruz de la
Sierra, 12/10/12
http://javierpaz01.blogspot.com/
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