Javier
Paz García
Todas
las personas somos ignorantes. Esto no es un insulto, es un hecho. La persona
más sabia, inteligente y culta que exista o haya existido domina apenas una
parte infinitesimal del conocimiento humano. Adquirir conocimiento tiene un
costo que mínimamente consiste en el tiempo invertido. Y como es imposible
saberlo todo, los seres humanos nos especializamos en un área, digamos
carpintería, y cuando necesitamos ayuda en otra área buscamos a un experto que
nos provea tales bienes, servicios o conocimientos. Por eso en vez de mediocres
“todólogos” tenemos albañiles, abogados, zapateros, administradores, médicos… e
incluso dentro de cada área encontramos un sinfín de subdivisiones como
neurólogo, cardiólogo, traumatólogo, etc.
Algo
análogo sucede cuando elegimos a nuestros líderes políticos. Cada votante
podría interiorizarse en el perfil de cada candidato, su historial, su
propuesta ideológica y programática y elegir de manera realmente racional y educada.
En la práctica, conocer a profundidad a un candidato no es algo que pueda
hacerse en unos minutos, ni siquiera horas. Una mujer que cría dos hijos y
vende refrescos en un mercado, un agricultor que atiende su chaco de sol a sol
o un empresario que administra una empresa, no tienen el tiempo para
verdaderamente conocer a los candidatos a una elección. A la mayoría de las
personas les sucede lo mismo y por eso toman su decisión con información
limitada. Algunos votan siempre por el mismo partido, sin importar quién es el
candidato, porque confían en la línea ideológica del partido, otros votan por
lo que les dice su cónyuge o su amigo, unos por quienes prometen algún
privilegio para su sector, otros por quien les regaló una polera…
Imagínese
que tenga que votar para elegir a los cirujanos en un hospital, sin usted saber
nada de medicina ¿Cree posible elegir correctamente? Algo similar sucede con la
pronta elección de magistrados en Bolivia. ¿Qué sé yo del Tribunal
Agroambiental o las funciones del Consejo de la Magistratura para elegir a sus
miembros? Educarse sobre los candidatos es costoso y el beneficio particular es
ínfimo, después de todo, un voto rara vez decide una elección. Más aun si los
cargos a llenarse son varios y altamente especializados. La mayoría elegirá no
educarse sobre los candidatos y votará sabiendo poco o nada de ellos.
Santa Cruz de la Sierra, 27/11/17
http://javierpaz01.blogspot.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario