lunes, 28 de mayo de 2012

Consecuencias del ánimo de lucro


Javier Paz García
Pocos atributos humanos son tan mal comprendidos y objetos de la condena general como el ánimo de lucro.
Sin embargo, el ánimo de lucro es una parte esencial de nuestro instinto de supervivencia; es una expresión de nuestra búsqueda de mejora continua como seres humanos, de progreso, de bienestar, de mejores días para nuestra descendencia. Así como la religión y la meditación son mecanismos para que mejoremos interiormente, el ánimo de lucro es un mecanismo para que mejoremos materialmente. Y no existe una contradicción entre progreso interior y el exterior, sino que se complementan. Ambos son partes del ser humano, como lo son el cuerpo y la mente.
Por supuesto, son condenables el robo, el fraude, la mentira y el abuso; y quienes acumulan riqueza engañando o abusando de otros merecen ser castigados por la sociedad. Pero quien ha acumulado riqueza honestamente no merece la condena de nadie, sino más bien la admiración de todos, porque en una sociedad de mercado la única forma de hacer riqueza es sirviendo a los demás. Y quienes más fortuna acumulan son aquéllos que mejor sirven a los otros. Steve Jobs o Bill Gates contribuyeron al bienestar de la humanidad y la reducción de la pobreza mucho más que cualquier político contemporáneo y crearon tecnologías que revolucionaron el mundo teniendo en mente, entre otras cosas, el ánimo de lucro.
  El ánimo de lucro motiva a los emprendedores a buscar maneras más baratas de producir y servir mejor a los clientes, a los deportistas a entrenar y ser cada día mejores, a los asalariados a destacarse en sus trabajos, a los estudiantes a buscar la excelencia académica. El ánimo de lucro ha sido instrumental para alcanzar el nivel tecnológico actual. Desde el invento del motor de combustión, hasta las computadoras modernas, el celular o el transplante de órganos no hubieran sido posibles si los seres humanos no tuvieran el ánimo de lucro. Las mejores universidades del mundo funcionan con ánimo de lucro y producen miles de profesionales y emprendedores cada año que crean tecnologías nuevas que salvan vidas en África y dan puestos de trabajo para los menos favorecidos. La competencia de las empresas privadas en un mercado libre permite una mejora constante en el precio y la calidad de los productos como también de los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores. El ánimo de lucro es instrumental para permitir que hayan cada vez menos pobres en la sociedad, y que los pobres del mañana tengan una mejor situación que los de ahora.
Las sociedades donde el ánimo de lucro no es mal visto, son precisamente donde los seres humanos han alcanzado los mejores niveles de prosperidad. Por contrapartida, donde el ánimo de lucro es considerado un mal y el Estado ha intentado extirparlo es donde peor vive la gente.
Santa Cruz de la Sierra, 18/05/12
http://javierpaz01.blogspot.com/

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