lunes, 23 de abril de 2007

Impresiones de Colombia

Javier Paz García
En los Estados Unidos conocí a bastantes colombianos y en general me parecieron gente alegre, sencilla y auténtica. Luego de atravesar Colombia de oriente a occidente puedo confirmar tal impresión. El colombiano es alegre; cada día para él es un tributo a la vida y ni la pobreza ni la violencia le quita las ganas de vivir. De hecho se jacta de que a pesar de sus males tiene los más altos índices de felicidad en el mundo. El colombiano ama y se siente orgulloso de su país. Con el turista es de una gran hospitalidad y se esfuerza por mostrar la cara bonita de Colombia – la verdadera – la del hombre trabajador, alegre y cortés.
En lo socio-económico es muy similar al resto de Latinoamérica. La pobreza, la desigualdad de género, los bajos niveles educativos y la discriminación son parte de la realidad colombiana y frenan su desarrollo.
El talón de Aquiles de este país es la presencia de guerrillas y paramilitares. Sin embargo la lucha contra la guerrilla y el paramilitarismo ha tenido muchos éxitos en el gobierno de Álvaro Uribe. Los secuestros, asesinatos y actos terroristas ya no son cosa de todos los días y los grupos armados ilegales están en constante repliegue. Pongo como evidencia el hecho de que yo haya hecho el siguiente recorrido: Maicao (frontera con Venezuela) – Cartagena – Medellín – Manizales – Popayán – Ipiales (frontera con Ecuador) sin ningún inconveniente. Antes de Uribe me dicen que era casi imposible hacer un viaje similar sin encontrar algún retén de la guerrilla. Las ciudades ya no están sitiadas por guerrilleros y la gente puede transitar por el país con relativa tranquilidad. Por tales motivos Uribe goza de mucho respeto y aprecio de parte de la mayoría de la población. Quisiera hacer un comentario sobre esto: el gobierno de Pastrana intento hacer la paz con la guerrilla por medio del diálogo. Para ello cedió hasta lo absurdo y dio todas las muestras posibles de buena fe. Algunos dicen que Pastrana regaló el país a la guerrilla. El intento fue un fracaso y una gran tomadura de pelo por parte de las FARC, que usó esta tregua para armarse. Sin embargo mostró al pueblo colombiano y al mundo que eran un grupo sin ideología, sin intenciones de paz y sin palabra. Los mostró como son: un grupo narco-terrorista y nada más. Lo que hizo Pastrana era un paso necesario ya que destruyó cualquier apoyo que la guerrilla pudo haber tenido entre el pueblo colombiano, los destruyó políticamente, convenció al pueblo que a la guerrilla había que darle con todo, permitiendo así el ascenso de Uribe y sus políticas duras.
La guerrilla ha costado miles de vidas humanas, cientos de miles de desplazados y ha perpetuado la pobreza y el subdesarrollo en sus aproximadamente 50 años de vida. Además ha creado un estado de alerta, miedo e inseguridad en la psique del colombiano que va a perdurar por mucho tiempo. Acabar con la guerrilla tiene que ser el primer paso para un futuro brillante en un país ubicado estratégicamente, con acceso a dos océanos, con una geografía muy diversa, con cordilleras, valles y llanos, con una gran biodiversidad y con personas de primera categoría.
Quito, Ecuador, 23/04/07.
El Deber, 11/05/07.

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