Javier
Paz García
A
corto plazo el doble aguinaldo eleva el costo laboral de las empresas y puede
incluso significar la quiebra o el cierre de algunas empresas que no estén en
condiciones de cumplir con una obligación inesperada y onerosa. La medida
tampoco beneficia inequívocamente a los trabajadores: efectivamente beneficia a
quienes trabajan en empresas formales, pero para quienes estaban buscando
trabajo cuando el decreto fue publicado, las perspectivas de encontrarlo se les
dificulta, ya que muchas empresas se protegen congelando las contrataciones u
ofreciendo salarios menores, además de quienes pierdan sus trabajos
precisamente a causa de la medida.
En
el mediano plazo, a medida que las empresas internalizan el pago del segundo
aguinaldo dentro de sus estructuras de costos ya sea 1) bajando los salarios
nominales o 2) subiendo el precio de sus productos, tanto el costo para las
empresas como el beneficio para los trabajadores se va diluyendo
paulatinamente.
En
el largo plazo, cuando las empresas internalizan totalmente el shock, el
beneficio del segundo aguinaldo desaparece. De hecho el doble aguinaldo en el
largo plazo se transforma en un perjuicio para el trabajador, ya que obliga a
las empresas a pagar parte del trabajo realizado por un empleado a fin de año,
en vez de recibirlo mensualmente. Y es que en el largo plazo, la decisión de
contratar o no contratar a alguien y cuánto pagarle está dictada por la
capacidad productiva del trabajador y las condiciones de mercado.
Pero
aunque tanto el shock negativo para las empresas, como el shock positivo para
los empleados desaparece en el largo plazo, eso no significa que esta u otras
medidas similares tengan efectos neutros en el largo plazo. Tales medidas
generan malas señales de inseguridad jurídica que duran décadas en borrarse,
generan inflación que distorsiona los planes de inversión y reduce el poder adquisitivo
de los trabajadores. Por supuesto, una menor inversión y una mayor inflación a
la larga significan menos ofertas de trabajo para los asalariados.
Aunque
en el corto plazo, el doble aguinaldo beneficia a los asalariados que al
momento del decreto tienen trabajo en el sector formal, en el largo plazo, la
medida perjudica a los futuros asalariados porque reduce la seguridad jurídica
lo cual tiene como consecuencia menos inversión y por ende menos puestos de
trabajo y por otro lado aumenta la inflación.
Santa Cruz de la Sierra, 11/10/15
http://javierpaz01.blogspot.com/
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