Javier
Paz García
Es
inevitable hacer comparaciones sobre estos dos personajes de la historia
contemporánea, en parte porque el mismo Morales ha querido proyectarse como el
Mandela sudamericano. Sin embargo una evaluación objetiva muestra grandes diferencias
entre ambos.
En
primer lugar la situación política de Sudáfrica era muy diferente a la de
Bolivia. En Sudáfrica existió el apartheid desde 1948 hasta 1992. Bajo este
sistema los negros no podían votar, participar del poder político y vivían
segregados de los blancos. Nada de esto existía en Bolivia en los tiempos de
Evo Morales. Desde la revolución de 1952, en Bolivia existe el voto universal.
En 1953 la reforma agraria, abolió la servidumbre y redistribuyó la tierra a
favor de los indígenas. La constitución política de 1967 no hacía ninguna
referencia a etnias o grupos raciales y establecía los mismos derechos y
deberes para todos los ciudadanos; es decir, que esta constitución no era ni
racista ni discriminadora, como sí lo es la constitución vigente impulsada por
Morales. La situación política de Bolivia cuando Evo comenzó su carrera
política era muy similar a la de Sudáfrica cuando Mandela dejó el poder.
Mandela heredó una nación que practicaba el racismo de manera institucional y sistemática
y la transformó en una nación donde el Estado reconocía los mismos derechos y
obligaciones para todos los ciudadanos. Evo Morales hizo lo contrario: heredó
una nación donde todos los ciudadanos tenían los mismos derechos y obligaciones
y lo transformó en un Estado que privilegia a los indígenas. Mandela trató de
atenuar las diferencias raciales, mientras que Morales las exacerba. Mandela no
se aferró al poder y gobernó un solo periodo, mientras que Morales incluso
incumpliendo su palabra pretende aferrarse al puesto. Mandela no se puso por
encima de las leyes, mientras que Morales en sus propias palabras “le mete
nomás”.
A
pesar de los profundos cambios que Mandela logró en su país y que Evo Morales
nunca hubiera podido lograr, por el simple hecho de que en Bolivia tales
cambios ya existían, Morales pudo haber sido un Mandela. La euforia que causó
su primer victoria electoral tanto entre los bolivianos como internacionalmente
es prueba de ello. Sin embargo solo ha llegado a convertirse en un caudillo
autoritario y populista, uno de los tantos que pueblan la historia
latinoamericana.
Santa Cruz de la Sierra, 22/12/13
http://javierpaz01.blogspot.com/