Javier Paz García
El tipo de cambio es un precio; es el precio de una moneda en términos de otra moneda. Conceptualmente el tipo de cambio no es muy diferente que el precio que uno paga por comprar tomates. En un mercado se intercambian bienes por monedas: un kilo de tomates por 3 bolivianos, 100 achachairuces por 20 bolivianos, etc. Con las monedas sucede lo mismo, con la diferencia que ya no se intercambian bienes o servicios por monedas, sino que se intercambian monedas por monedas: 7 bolivianos por 1 dólar, 10 bolivianos por 1 euro, 1 dólar por 4 pesos argentinos, etc.
El tipo de cambio se determina por factores de oferta y demanda similares a los que determinan el precio del pollo o de la papa en un mercado competitivo. Sin embargo cada Estado que emite una moneda propia, tiene mecanismos para controlar y manipular hasta cierto punto el tipo de cambio de su moneda con respecto al resto de las monedas de otros países.
El tipo de cambio tiene un efecto sobre la inflación a través del costo de los bienes y servicios importados. Veamos un ejemplo. Supongamos que el tipo de cambio actual es 7 bolivianos por 1 dólar y que una licuadora importada cuesta 100 dólares. Esto quiere decir que la licuadora cuesta 700 bolivianos. Si la moneda boliviana se devalúa a 10 bolivianos por dólar, esa misma licuadora en Bolivia sube de precio a 1000 bolivianos. Por ello, para un país que importa una gran cantidad de bienes de consumo, el tipo de cambio tiene efectos directos y significativos sobre el índice inflacionario.
Por otro lado, si la moneda se apreciara a 5 bolivianos por dólar, esa misma licuadora que antes costaba Bs. 700 ahora costaría Bs. 500. Una apreciación del boliviano beneficia al consumidor de productos importados.
¿Por qué entonces no apreciar la moneda y así abaratar los costos de vehículos, televisores, maquinarias agrícolas, medicamentos, etc.? Porque perjudica al sector exportador nacional, la otra cara de la moneda. Por ejemplo, si un productor de aceite vegetal vende su producto a Bs. 7, a un tipo de cambio de 7 Bs. por dólar, ese mismo producto en el extranjero vale 1 dólar. Si el boliviano se apreciara a 3,5 Bs. por dólar, ese mismo aceite vegetal que antes costaba 1 dólar en el extranjero, ahora pasa a costar 2 dólares, a pesar que su costo en bolivianos sigue siendo el mismo. Por supuesto, al aumentar de precio en el extranjero, los compradores dejan de comprar el aceite boliviano y buscan alternativas más baratas. Una apreciación del tipo de cambio le quita competitividad a las exportaciones nacionales.
El tipo de cambio puede ser determinado por las fuerzas del mercado, sin que el Estado intervenga de forma directa. Cuando no es así, los burócratas encargados de determinarlo, deben tener en cuenta tanto el efecto sobre la inflación y el bolsillo del consumidor, como también la competitividad del sector exportador.
Santa Cruz de la Sierra, 22/01/10
jueves, 28 de enero de 2010
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