Javier Paz García
Escribo estas líneas antes del 4 de mayo y espero que esta fecha transcurra sin mayores incidentes. Imagino para la publicación de esta nota estaremos festejando una victoria mayor al 70% para la puesta en vigencia del referéndum, es decir, por encima de los dos tercios que tanto hemos defendido.
¿Y ahora que tenemos esta victoria abrumadora, qué hacemos? ¿Cómo debemos proceder en lo posterior? Pues sostengo que todavía debemos proceder con la mayor prudencia. La consigna debe ser mantener la compostura.
Que el MAS nos sirva de guía de lo que no debemos hacer. Por ejemplo, el MAS ganó las elecciones con casi 54% y eso les hizo creer que les daba el derecho para atropellar al otro 46%. No cometamos el error de pretender atropellar a quienes no apoyan la autonomía. El MAS cometió el error de satanizar a aquéllos que no estaban de acuerdo con su visión de país, de negar la bolivianidad y el patriotismo de un gran sector de la población. Evitemos ese error. Recordemos que aquellos que hoy nos atacan son tan bolivianos como nosotros y que tienen los mismos derechos que nosotros.
En mi opinión el MAS, a pesar de todavía tener una popularidad nada despreciable, es ya un partido derrotado, al menos ideológicamente. Ya ganó la autonomía en Bolivia y es solo cuestión de tiempo para que se consolide y se constitucionalize. Ya perdió la constitución del MAS y lo único que falta es que vaya a una elección donde pierda rotundamente o ellos mismos decidan archivarla. El MAS no se va a perpetuar en el poder, un poder que cada día disminuye. Entonces lo mejor que podemos hacer es permitir que Evo Morales termine su mandato.
Permitir que el actual gobierno concluya su periodo constitucional de 5 años será una señal de estabilidad y madurez democrática. Pero sobre todo, nos permitirá reconstruir el país sin Morales ni el MAS, porque como van las cosas, para ese entonces estarán tan desacreditados e impopulares, que ya no tendrán la fuerza para poner al país de rodillas con sus huelgas y bloqueos que tanto daño han hecho. La mala gestión que ellos mismos están generando los va a hundir. Pretender en estos momentos la caída de Morales es darle los argumentos para justificar su accionar y fortalecerse. No cometamos otro “Rochazo”.
Mientras tanto la autonomía debe ir consolidándose en el resto del país. Primero en Tarija, Beni y Pando, luego en Chuquisaca y Cochabamba. En segundo lugar, seguir trabajando dentro de cada departamento para mostrar y enseñar en que consiste y como beneficia a cada ciudadano y a la nación en su conjunto. La autonomía es esperanza de progreso, de igualdad ante la ley, de no discriminación, de oportunidad para todos, de mejores empleos. Ese debe ser el mensaje que prime. Otro elemento que nuestros líderes no deben olvidar son las legítimas demandas que hoy embandera el MAS: demandas de inclusión social especialmente por parte de sectores indígenas. Tanto las demandas autonómicas como las demandas indígenas son legítimas e importantes, aquéllos que unan a ambas bajo la misma bandera serán los líderes que logren la paz social y la estabilidad política que este país ha perdido.
Dejemos el odio, el resentimiento y el racismo para los masistas. Incurrir en el revanchismo sería imitar el accionar del MAS, e imitar los métodos del MAS es lo peor que podemos hacer por este movimiento libertario y descentralizador que hemos denominado autonomía.
La Paz, 30/04/08
El Deber, 06/05/08
jueves, 8 de mayo de 2008
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